Con la lanzada precandidatura de Bahl a la Gobernación, se aceleran los intentos por aglutinar la mayor cantidad de dirigentes oficialistas de peso tras la estrategia de mantener el poder en Entre Ríos. Mientras, en Juntos por el Cambio las diferencias entre sectores son indisimulables y el desafío estará puesto en incorporar incluso a los que critican sin reparar la figura de Frigerio.
Redacción EL DIARIO
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Lentamente, los actores principales de las próximas contiendas electorales empiezan a ocupar sus lugares en la escena política. Como se sabe, el proceso desembocará
en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias que se desarrollarán el domingo 13 de agosto, antesala de las generales previstas para el 22 de octubre.
En Entre Ríos los comicios para elegir autoridades provinciales, municipales y legisladores coincidirán con los nacionales. El detalle, por un lado, acompaña las estrategias comarcales a las federales, en un país de marcado centralismo, también en las comunicaciones.
Pero, además, posibilita a las fuerzas armar un tándem proselitista con una mayor cantidad de candidaturas a cubrir: gobernador y vice, senadores y diputados provinciales, diputados y senadores nacionales, intendentes y concejales. Es cierto, si las fuerzas aprovechan la circunstancia, tendrán una disposición mayor número de alternativas para urdir eventuales
alianzas internas.
UN SACUDÓN
La decisión del gobernador Gustavo Bordet de proclamar la precandidatura del intendente de Paraná, Adán Bahl, significó un sacudón al interior del oficialismo provincial.
Del movimiento de piezas también tomó nota la oposición, toda vez que el promovido conoce el territorio de la época en que fue superministro (Gobierno y Obras
Públicas) y luego Vicegobernador. Además, en Paraná, ha logrado que su gestión como intendente refleje su modo de gobernar, lo que deberá reconocerse con
independencia de la opinión que se tenga de los resultados efectivamente alcanzados.
Si su idea es permanecer en el poder, el oficialismo deberá revertir un resultado electoral notablemente adverso, que al diputado nacional Rogelio Frigerio lo catapultó como aspirante natural a la Gobernación.
Aseguran quienes frecuentan el principal despacho de la Casa de Gobierno que Bordet está convencido de que Bahl es el dirigente peronista que está en mejores condiciones de disputarle electorado a Frigerio que, además, sólo tiene como antecedente de gestión su paso por el gobierno de Mauricio Macri, entre 2015 y 2019. A favor, Frigerio hasta ahora no parece tener contrincante que le haga sombra en los sondeos de opinión. En fin, esa rueda es la que ahora empezará a moverse: el tiempo y las estrategias dirán qué ocurrirá con las preferencias ciudadanas.
ALTERNATIVAS
En el imaginario juego de naipes, la jugada de Bordet de nominar a Bahl como precandidato a sucederlo, dejó atónitos a más de uno dentro del Frente de Todos. Resta
por ver ahora si, al factor sorpresa, el mandatario provincial le añade muñeca política para terminar de cerrar acuerdos que posibiliten que, al principal dirigente de Paraná, se le sumen otros, de distritos igualmente clave, como Concordia y Gualeguaychú, sin ir más lejos, y de peso específico propio, aunque no sea numerosa la tropa que comandan.
Los pedidos públicos para que sean incorporadas las representaciones de la minoría tienden, directamente o indirectamente, a que quede claro que -parafraseando a Arturo Jauretche- es mejor si la cobija de la estrategia alcanza a la mayor cantidad de interesados porque es cierto y concreto el riesgo de que todos sufran la llegada del invierno, en el corto plazo.
El caso del grupo que lidera Sergio Urribarri es diferente. Puede que la determinación de competir por afuera de la estructura del Frente de Todos ya esté tomada. Y que lo que quede por dilucidar es si esa estrategia local se mantendrá en el caso de que Cristina Kirchner tenga un papel destacado en la oferta electoral nacional y entienda que lo más conveniente es fortalecer la unidad, en un escenario de confrontación con JxC.
Por otro lado, aún en el caso de que Urribarri mantenga su postura de afrontar las PASO con partido propio, es una incógnita si el kirchnerismo en la provincia se encolumnará detrás suyo o seguirá otra táctica y en todo caso cuál será.
DUDA Y SEMICERTEZA
En el caso de Juntos con el Cambio, debe decirse que el sector que lidera el diputado nacional Pedro Galimberti no ha dejado de desarrollar una discursividad crítica hacia la figura y el proyecto de Rogelio Frigerio. Esa situación produce una duda y una semicerteza. La duda es si, a la hora decisiva, los díscolos se encolumnarían detrás de Frigerio pese a todo, como un mal necesario, dado que no hacerlo podría beneficiar al peronismo que esperan desplazar del poder. La semicerteza es que a este paso es difícil imaginar que el sector formará parte de una hipotética distribución de áreas de gobierno, en el caso
de que Frigerio mantenga su caudal electoral y se imponga en las PASO y en la general.
Como se advierte, el panorama en uno y otro colectivo mayoritario ofrece tensiones que sólo el paso del tiempo y las acciones de sus dirigentes podrán multiplicar o
diluir.
