La derecha logró un 56 % de los votos en las elecciones, por lo que tendrán 34 de las 51 bancas que conformarán el Consejo Constitucional. El proceso que surgió de sectores progresistas ahora estará en manos de aquellos que en su mayoría no querían cambiar la Constitución.
La derecha chilena logró un sorprendente triunfo en la elección de consejeros constitucionales y controlará la redacción de la nueva carta magna, un proceso que surgió de sectores de izquierda y progresistas pero ahora estará en manos de aquellos que en su mayoría no querían cambiar la Constitución heredada de la dictadura.
La derecha y extrema derecha consiguieron un 56,99% de los votos en las elecciones del domingo en Chile, por lo que tendrán 34 de las 51 bancas que conformarán el Consejo Constitucional, el órgano que se encargará de escribir la Constitución que reemplazará a la elaborada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
TRAS EL ESTALLIDO
La izquierda y centroizquierda sumaron el 37,5% de los votos, consiguiendo 16 consejeros constitucionales, lo que significa una nueva derrota para el presidente Gabriel Boric luego del rechazo, en 2022, a la Constitución escrita por la anterior Convención Constituyente, nacida a partir de un estallido de protestas de 2019 en exigencia de mayor justicia social.
Nerea Palma, académica de la Facultad de Ciencias Sociales e Historia de la Universidad Diego Portales (UDP), dijo que el triunfo de la derecha, y principalmente el Partido Republicano puede explicarse en que, con gran oportunismo, supo “manejar la agenda actual” de Chile, dominada por el combate a la inseguridad y la inmigración ilegal.
En declaraciones a Télam, la profesora agregó que “la ciudadanía tiene una fatiga con la política tradicional”, que vio en el republicano un partido político fuera de estos “tradicionales”, a pesar de que gran parte de sus miembros provienen de la Unión Demócrata Independiente (UDI).
POPULARIDAD
Respecto a la derrota electoral del Gobierno de Boric, asumido en marzo de 2022, Palma dijo que se explicaba en que Chile “quien gana una elección pierde rápidamente en popularidad”, porque “las demandas ciudadanas que explotaron en el estallido social de 2019 aún no han sido resueltas”.
“Por ende, esta acumulación de demandas le esta pasando la cuenta al Gobierno” de Boric, además del antes mencionado cambio en la agenda que no ha sabido responder el oficialismo.
Los resultados del domingo abren un nuevo escenario político de cara a la redacción de una nueva Constitución, además de cambiar el “peso” y “respaldo” que tiene el Gobierno en sus años restantes al frente del país, hasta 2026.
ANALISIS
Marcelo Mella, politólogo de la Universidad de Santiago de Chile, dijo que los resultados tenían “dos niveles de lectura”,
Por un lado, que los resultados apuntan a que la derecha tendrá una mayor incidencia en la redacción de la Constitución y mayor capacidad de imprimirle su “determinado sello ideológico”, dijo Mella.
Y, por otro lado, que los resultados “son el punto de partida de la próxima elección presidencial y parlamentaria”, lo que genera cambios en el apoyo y relevancia de los partidos más tradicionales chilenos.
DERECHA MODERADA
Mella dijo que el éxito del Partido Republicano “claramente obliga a una conversación con Chile Vamos”, que representa a la derecha liberal moderada, en términos de construir “un camino” de colaboración de cara a las próximas presidenciales.
Asimismo, Nerea Palma dijo creer que con estos resultados “van a dar pie para que republicanos lidere a la oposición chilena” de cara a elecciones futuras, tomando un rol principal que la derecha tradicional no le ha querido dar en comicios anteriores.
De todos modos, aunque hoy la derecha chilena puede “escribir la Constitución”, el texto debe someterse a un plebiscito que permitirá un último juicio de la ciudadanía al trabajo hecho por los consejeros constitucionales, recordó la académica.
“Para no repetir la historia del 4 de septiembre del plebiscito de salida del primer proceso constituyente, la derecha tendrá que ser capaz de tener una conversación un poco más amplia que sólo entre los bloques políticos de republicanos y Chile Vamos”, dijo Mella.
CRITICA
En esa línea, el politólogo remarcó que, de ocurrir lo contrario, “muy probablemente va a existir una crítica de carácter partidista a la Constitución, como existió en el caso del primer proceso, cuando fue escrita y el proceso liderado por los sectores de apruebo dignidad y socialismo democrático, los dos sectores progresistas”.
La sombra y experiencia del proceso anterior “obliga a la derecha” a buscar un camino diferente al del progresismo, que terminó con la aplastante derrota en el plebiscito del año pasado, cuando el 61% de los chilenos rechazaron la carta magna redactada por la Convención Constitucional.
El desplome de la izquierda
En cuando a la izquierda chilena, el politólogo afirmó que los resultados reflejan “muy claramente el desplome de los partidos vinculados a la Concertación, el Partido Demócrata Cristiano, el Partido Radical y el Partido por la Democracia”.
“Esto significa un gran problema (para el oficialismo) de cara a las próximas elecciones presidenciales”, como también para el Gobierno de Boric, ya que ha perdido “peso político” en su mandato, agregó.
Antes de estas elecciones, el Gobierno ya había tenido problemas para aprobar leyes y reformas que son sido indispensables para Boric, como la reforma tributaria, pilar fundamental para llevar adelante las reformas y promesas del Gobierno.
“Seguramente van a tener que gobernar sobre la base de las consecuencias de este resultado”, dice Mella.
“Lo anterior puede llevar a que, al tener que construir mayorías, reformas, ideas o leyes, el oficialismo se vayan moviendo en sus contenidos a la derecha debido a esta pérdida de respaldo en la opinión pública”, añadió el politólogo.