La histórica sequía fue letal para la producción de granos gruesos y generó enormes pérdidas económicas y dificultades financieras en los productores. La siembra de trigo se realizará, pero el tema central es cómo se financiará el productor cuando sus bolsillos están vacíos. Cooperativas, acopios y agronomías, una vez más, jugarán un rol clave porque los créditos bancarios son, como casi siempre, inaccesibles.
Danilo Lima
Entre Ríos, tras la devastadora sequía que pulverizó los granos gruesos, se encuentra en el umbral de una nueva campaña de trigo, cuya época óptima de implantación se ubica entre mediados de mayo y mediados de junio, aunque con el avance genético la ventana de siembra se ha extendido varias semanas más.
Los rendimientos del maíz y la soja fueron paupérrimos, y, en la mayoría de los casos, ni siquiera alcanzaron para cubrir los costos. Las ganancias, en consecuencia, fueron nulas, se transformaron en una quimera.
El desafío de los productores, ante este escenario, es encarar la siembra de los granos finos, el trigo sobre todo, en condiciones sumamente precarias desde el punto de vista económico.
Vaya paradoja: los productores sin plata deben sembrar trigo para obtener algo de plata. La pregunta central, entonces, es cómo se financiarán, porque, a pesar de todo, van a sembrar. No les queda otra.
Después de la devastación
Desde el corazón agrícola de la provincia, el presidente de la Sociedad Rural de Victoria, Eduardo Grimaux, antes de hablar de la siembra de granos finos, hizo un repaso de la pésima cosecha gruesa. “Después de la campaña de trigo del año pasado, que fue un éxito, con muy buenos rendimientos en Entre Ríos, llegó la gruesa y fue pésima. Los maíces, por la sequía, anduvieron entre 0 y 30 quintales por hectárea, que no alcanzaron ni para pagar las semillas, y después vino la soja con rendimientos de entre 0 y 12/15 quintales, nada. La falta de lluvias y el calor liquidaron todo”, recordó Grimaux.
– ¿De dónde se saca plata para sembrar trigo?
– Los créditos que están dando los bancos, tanto nacionales como privados, son totalmente insuficientes, para empezar una campaña fina no alcanzan. Las empresas y los productores, seguramente, irán a buscar créditos de los laboratorios más que créditos bancarios, pero tampoco van a alcanzar en algunos casos.
Las grandes empresas tienen otro tipo de espaldas y se manejan de diferente forma, pero los productores chicos o medianos pueden llegar a tener algún tipo de de complicación financiera, de capital de trabajo, etcétera, y, tendrán que ajustar el paquete tecnológico. Esto quiere decir bajar la calidad, menos fertilizante y algunos laboreos menos, y, de esa manera, cumplir con la rotación necesaria como para hacerse de unos mangos, para decirlo mal y pronto, en diciembre. De lo contario, el productor no verá un peso hasta el año que viene.
La ganadería salvadora
Para el ruralista victoriense, esa realidad puede ser un poco diferente en el caso de los productores mixtos.
“Un productor de acá, de Victoria, siempre me dice que la ganadería salva a la agricultura. Cada vez que hay una sequía hay que vender un lote de hacienda, como para cubrir los costos, digamos, y, de esa forma, empezar la nueva campaña agrícola. El productor que es exclusivamente agrícola, en cambio, tiene un problema financiero grave”, enfatizó.
Por eso, según la mirada de Grimaux, “para ajustar ese problema financiero habrá que ajustar la calidad del paquete tecnológico. Ajuste por ajuste”.
Nada será fácil
Para el ingeniero agrónomo y productor Héctor Tórtul, en tanto, “no será nada fácil” superar las consecuencias negativas que dejó la histórica sequía que se llevó la plata invertida por los productores en la última campaña de granos gruesos.
“Quedó un faltante de dinero que hace muy difícil financiarse. Hoy, por lo que tengo entendido, los bancos prácticamente han cortado todo tipo de financiación hacia los productores, o alguna financiación accesible para lo que es el sistema productivo. Hay tasas que son impagables para este sistema de producción”, subrayó quien también es asesor del Grupo Bolzán.
Tórtul, sin embargo, consideró que a pesar de las dificultades la superficie triguera “se sostendrá en la provincia, y, a lo mejor, aumente algo debido a la necesidad del productor de hacerse de dinero lo más pronto posible”.
El gran tema es quién va a financiar esa siembra. “Ahí se centra el debate y, me parece, será un análisis puntual tanto en los acopios como en las cooperativas, porque el dinero que falta es evidente, aunque, creo, todavía en la sociedad no se refleja. Pero es un golpe duro, más en una provincia como Entre Ríos en donde la economía agraria tiene una incidencia importante”.
– ¿Se incrementaron los precios de los insumos?
– Los insecticidas y herbicidas se mantienen estables en dólares, con algunas variaciones, pero se podría decir que no son tan significativas. Lo que cuesta, en algunos casos, es conseguirlos en tiempo y forma por las trabas que hay en las importaciones.
En el tema fertilizantes –fundamentales en el trigo y el maíz– sí hubo una variación importante, entre el 20 y 30%, en dólares.
Tórtul, en definitiva, consideró que “estamos arrancando una campaña en la que el productor necesita obtener algún buen rendimiento, pero con dificultades financieras para encarar el cultivo como corresponde, y con algunos pronósticos no muy alentadores en materia climática para el cultivo de trigo”.
La mirada de las cooperativas
Edgardo Schneider, vicepresidente del Consejo de Administración de La Agrícola Regional Ltda. (LAR), de Crespo, explicó que desde las cooperativas “se está haciendo un esfuerzo muy grande para ver cómo resolvemos” el tema de la financiación porque los productores “no tienen plata y tampoco pueden entrar a los bancos, están restringidos por todos lados”.
Los bancos, además, “no quieren prestar plata al sector productivo porque es un sector de muy alto riesgo, y, si prestan, lo hacen a intereses que son impagables”.
Las cooperativas, ante este escenario, están en la búsqueda de créditos para, de esa manera, poder financiar a sus productores.
Schneider, integrante también del Consejo Directivo de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), añadió que desde esa entidad “se está trabajando para que las cooperativas puedan ofrecer un ‘salvavidas’ que les permita ayudar a los productores a obtener un financiamiento razonable”.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que los créditos a los que puede acceder ACA son de bancos internacionales que aplican un interés en dólares –del orden del 9%– que no es barato.
Schneider, ex presidente de la Federación Entrerriana de Cooperativas (Fedeco), asimismo, se lamentó por esta situación dado que el productor, en general, “se estaba recuperando, estaba saneando sus cuentas, y después de la campaña de trigo del año pasado –por los buenos rendimientos– había quedado bien”. Ahora, en cambio, “por las pérdidas que ocasionó la sequia en los cultivos de maíz y soja “está sin un peso”.
– ¿Estas dificultades para obtener financiamiento pueden impactar negativamente en el área sembrada con trigo?
– Creo que no. Si las lluvias se dan, porque ahora otra vez estamos esperando más agua, el área no se va a reducir. Y, además, el acceso a los insumos estaría garantizado.
– ¿Puede pasar que el productor aplique menos tecnología, sobre todo fertilizantes?
– Sí, sin dudas. El productor va a aplicar menos tecnología, pero eso no quiere decir que haya menos rendimientos porque todo el fertilizante que aplicó al maíz, a la soja, de alguna manera, queda en el suelo y el trigo lo va a aprovechar.
En Aranguren no dudan
Mientras, el presidente del Consejo de Administración de la Cooperativa Agrícola, Ganadera y de Servicios Públicos Aranguren Ltda. (Coopar), Gonzalo Salgado, remarcó que “nuestra cooperativa financiará a los productores como corresponde. La pasada campaña de trigo fue un éxito por lo que hay semillas de todas las variedades, hay fertilizantes, hay agroquímicos, y se va a financiar a los asociados como se ha hecho toda la vida, sin ningún inconveniente”.
– ¿Han aumentado los precios de los insumos?
– No han aumentado mucho, aunque lo que pudo haber aumentado un poco es la financiación de los mismos.
Nuestra cooperativa, igualmente, busca siempre el mayor beneficio de precio y financiación para los asociados. Tratamos de brindarles una financiación lo más económica posible, dentro del contexto que está viviendo el país.
– ¿Se sembrará menos trigo en esta campaña?
– No, no, no. Mi opinión personal, porque la cooperativa todavía no ha recabado la información de cuál es el proyecto de siembra de cada productor, se va a mantener en los niveles de la campaña anterior, y, seguramente, va a aumentar un poco por un tema de necesidad de dinero del propio productor.
Faltan lluvias
Salgado, por otro lado, estimó que en la zona de influencia de Coopar se necesitan unos 200 milímetros de lluvias para una recarga de humedad de los suelos que brinde tranquilidad a los productores.
El clima, la otra gran preocupación
La financiación de la campaña de granos finos es la primera gran preocupación de los productores entrerrianos; la segunda gran preocupación, como siempre, es el clima, y más cuando se viene de la peor sequía en décadas.
Las primeras lluvias de mayo, concentradas principalmente durante el viernes 5, dejaron “una oportuna sorpresa” respecto de lo que anticipaban los pronósticos, señala el último reporte del Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber).
Gran parte del sur de Paraná, Nogoyá, Victoria, Gualeguay y el oeste de Gualeguaychú “tuvieron un piso de precipitaciones del orden de los 40 milímetros”, reseña el Siber en su informe, y agrega que “el departamento Diamante, con menos fortuna, quedó acoplado a lo que sucedió del lado santafesino, donde los milimetrajes fueron sensiblemente inferiores”. El norte, por el contrario, quedó lejos de sumar en forma satisfactoria.
El panorama ahora es de estabilidad y sin lluvias por varias jornadas.
Déficit
El Siber, asimismo, analizó el déficit hídrico del trimestre febrero – marzo – abril, y, sobre la base de los datos de la Red de Centrales Meteorológicas de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, estableció que la precipitación promedio acumulada durante esos meses de 2023 fue inferior a la serie histórica de 2002 a 2022, cuyo promedio es de 379 mm en el trimestre analizado.
Si bien aún quedan más de 15 días para que finalice mayo y se complete el requerimiento hídrico para la siembra de trigo, se necesita que las precipitaciones durante lo que resta del mes sean mayores a los valores normales para compensar las grandes diferencias observadas en el trimestre febrero – marzo – abril. Es decir, para recuperar el déficit de lluvia acumulado en los meses anteriores, se requerirían lluvias por encima de lo habitual en esta época del año”, remarca el reporte del Siber.
La campaña récord
La campaña 2022/23, vale recordarlo, marcó dos hitos para el trigo en la provincia: la mayor superficie sembrada y la producción más alta en lo que va del siglo.
En el último ciclo agrícola, según los datos de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, se implantaron 569.000 hectáreas y se cosecharon 2.046.155 toneladas, con un rendimiento promedio de casi 36 quintales por hectárea (3.596 kg/ha).
Productores y técnicos, en general, creen que en este ciclo agrícola el área sembrada con trigo se ubicará en niveles similares a los del año pasado; algunos, más optimistas, se animan a vaticinar una superficie ligeramente superior.
