A partir de los primeros años del Siglo XX, Paraná dio inicio a su transformación urbana definitiva. Se comenzaron a poblar sus cuadras ya no de adoquinado y los tranvías a caballos comenzaron a ser reemplazados por los eléctricos.
Fernando Ponce / Especial para EL DIARIO
Los automóviles ya eran comunes en nuestras arterias y se comenzaba a proyectar la Costanera Alta, se habilitaba el Hospital San Martín y se inauguraba el Teatro 3 de Febrero y la Biblioteca Popular del Paraná.
Esta demostración de progreso y modernidad se extendió a la esfera privada de la vivienda y comenzaron a construirse residencias con notables características, muchas de las cuales aun permanecen en nuestro ámbito como fiel testimonio de esos años de esplendor.
Paraná se plantea una idea organizadora para gestionar un proyecto de urbe, y es así como la ciudad que nunca fue fundada y por lo tanto no se asentó sobre la tradicional cuadrícula española, la urbanística colonial comenzó a ser sustituida por una organización urbanística propia de la Francia de fines del siglo XIX, donde los grandes ejes y boulevares se ubican en ciudades tradicionales y comienzan a cambiar su fisonomía ideal y clásica.
Por cierto, Paraná no escapó a este proceso y hacia fin del Siglo XIX y ya entrados los primeros años del Siglo XX, la ciudad presencia acontecimientos políticos, económicos y culturales de gran importancia y una serie de edificios pueblan ese conjunto de casas y calles que modifican para siempre el paisaje urbano local, como por ejemplo la Escuela Del Centenario y su monumental lenguaje académico a la francesa o la apertura de Av. Alameda de la Federación y su señorial ambiente parisino con una arquitectura que tiene por objetivo transformar no solo la imagen sino también el paisaje urbano.
Así hacia 1914, cuando un 15 de mayo un grupo de hombres emprendedores, soñadores e idealistas pensaron en EL DIARIO, la ciudad aparecía con singulares construcciones públicas y privadas donde la intervención de profesionales de prestigio puso al servicio de una ciudad la elaboración de proyectos donde se intentaba cambiar el sentido del gusto y comenzaban a parecer elementos que se convirtieron con el tiempo en clásicos elementos de una arquitectura urbana.
Paraná, comenzaba a vivir su modernidad urbana con EL DIARIO, iniciaba un encuentro que ya tiene más de cien años de vida y donde sus hombres y mujeres han sabido contemplar en sus páginas la historia y los acontecimientos de la ciudad.
EL DIARIO en estos años ha intentado reflejar el quehacer de la política, la historia, el arte, la economía, los eventos sociales y el deporte. En esta conjunción EL DIARIO es parte de Paraná.