Juicio por Jurados. Hoy declaran la madre y la hija de la víctima. Testigos presenciales del hecho y funcionarios policiales declararon en la primera jornada del juicio en el que se juzga a Carlos Deniz por el femicidio de Stella Maris Castagno, quien era su pareja al momento del hecho, y madre de un hijo en común con el acusado. Los testimonios de dos vecinos fueron estremecedores.
Redacción EL DIARIO / [email protected]
En lo que parece ser una estrategia de última ratio, Carlos Alberto Deniz declaró ayer en el comienzo de la audiencia en la que se lo juzga ante un jurado popular por su responsabilidad en el femicidio de Stella Maris Castagno, que fue asesinada de dos certezas puñaladas que le atravesaron el corazón, el 20 de diciembre de 2021, alrededor de las 3, y dijo, imperturbable, que mató a quien era su pareja y madre de un hijo de cuatro años en común, porque en medio de una discusión por una separación acordada previamente, la víctima le dijo que no lo iba a dejar ver al niño. Ayer, Deniz expresó: “No fue lo que tenía en mente esa noche, fue algo imprevisto”, fue “una reacción”.
Entre los casi 20 acuerdos probatorios que se acordaron durante la etapa previa, se encuentra que no se discutirá que cuando Deniz asesinó a su pareja el niño estaba en el interior de la casa. La declaración del imputado se puede interpretar como un argumento de último momento puesto que nunca antes lo había formulado, al menos con la intensidad con la que atacó a sus propios defensores durante las audiencias preliminares ni con la que se empecinó en negar que el hecho ocurrió en un contexto de violencia de género previo.
En los alegatos de apertura, los defensores públicos, Jorge Sueldo y Fabricio Patat, adelantaron que iban a demostrar que su defendido tuvo un motivo para reaccionar como lo hizo.
Así, dijeron que iban a demostrar, incluso con testigos de la Fiscalía, que Deniz actuó bajo un impulso, una “emoción incontrolable”, de emoción violenta.
También pusieron en duda el contexto de violencia de género previo al sostener que las acusaciones se equivocan cuando afirman que el femicidio ocurrió porque Deniz “no soportó la separación” que le manifestó Castagno. Así, destacaron que la separación estaba acordada previamente.
“O MÍA O DE NADIE”
Las fiscales, Melisa Saint Paul y Eliana Viviani, comenzaron su alegato con una imagen en la que se veía a Castagno con su uniforme de enfermera y sonriente, con un texto que rezaba “O mía o de nadie”.
En este sentido sostuvieron “no fue un arrebato impulsivo” o un estado de “emoción violenta”, sino que fue “una acción planeada”, como lo fue “el intento de suicidio”, del que entendieron fue “pensado como un acto de manipulación”.
La querella en representación de la familia de Castagno, a cargo de Germán Palomeque y Pedro Fontaneto, adhirió a los fundamentos de Fiscalía y destacó que Castagno era “enfermera, trabajadora, buena hija, buena madre, buena pareja, buena amiga, tenía dos hijos, llena de luz y de vida”.
Hoy declararan Beatriz Fernández, madre de la víctima, y Nahir Alarcón, hija de aquella. Lo harán sin la presencia del acusado por el temor que les genera su presencia.
Respecto de la madre, los letrados presentaron certificados de profesionales de la salud mental que avalan aquella modalidad de declaración testimonial.
TERRIBLE TESTIMONIO
Dylan Arduino realizó un testimonio detallado y estremecedor de lo que vivió esa madrugada cuando pasaba con su novia por delante de la casa donde ocurrieron los hechos para ir a comprar una gaseosa.
Dijo que escuchó, desde la vereda de enfrente, los gritos de auxilio de la víctima. Mientras su novia corrió a su casa, que queda a pocos metros de la del lugar del hecho, él se involucró, pateó la puerta, gritó e insultó a Deniz, recordó que gritaba “abrí, abrí”, “hijo de puta dejala, dejala” y que llegó a decirle “salí que te voy a matar”.
Dijo que cuando la mujer escuchó los golpes que le daba a la puerta comenzó a gritar con más fuerza y que en ese momento, desde afuera se escucharon sonidos guturales de estrangulamiento.
El chico recordó que se lastimó la mano cuando, intentando ingresar a la vivienda, rompió los vidrios de la puerta y de una ventana con un hierro que encontró en el lugar. También recordó que Castagno logró salir de la casa pero Deniz la tomó por detrás del pelo y la reingresó.
Añadió que cuando pudo ingresar, salió el niño de 4 años gritando “mamá, mamá” y “la pincharon a mamá”.
DESESPERACIÓN
Ángela Militello, otra vecina de Castagno, recordó que escuchó “desesperados” gritos de auxilio y se asomó a ver qué sucedía. Vio a Arduino intentando entrar y gritando, y a otros vecinos que se acercaron a la casa.
Sostuvo que la madre de Castagno, ambas tomadas de las manos, le pidió que rezaran porque Castagno estaba herida. Añadió que aquella le había manifestado, un tiempo antes del hecho, que Deniz “había mostrado las uñas”, en relación a que quería llevarse el hijo con él.
Dijo que interpretó aquella frase como que Deniz “ahora se manifestó como era”. También recordó que semanas antes del hecho notó a Deniz “enojado y nervioso” y que Fernández “era como que ella no sabía que se iban a separar”, que a esto se lo dijo tiempo después del hecho.
Los policías Silvana Soledad Paez y Miguel Ángel Delgado llegaron al lugar del hecho y tomaron las primeras medidas. Ambos coincidieron en señalar que Fernández les dijo que Deniz, en una actitud inusual puesto que nunca lo hacía, ese día salió a comer con su hija.
La primera manifestó que Fernández le dijo que Deniz era “posesivo”; y el segundo, tras decir primero que aquella le dijo que Deniz mantenía una “relación tóxica”, rectificó su dicho y afirmó que le dijo que era “enfermiza”.
Ambos, a su tiempo, ingresaron a la casa y vieron a la víctima tirada en el piso sobre un charco de sangre. Delgado recordó que vio a Deniz subir la escalera “en bóxer y con un cuchillo en la mano”. Minutos después fue detenido en el techo de la casa, donde se había parapetado tras trabar la puerta de acceso al lugar.
La firma del perverso
Iván Berón, jefe de la División Escopometría de la Dirección Criminalística de la Policía de Entre Ríos, declaró sobre el informe que el personal a su cargo realizó en el lugar del hecho.
En este sentido, basándose en los rastros hemáticos que quedaron en la lugar, sostuvo que el ataque se produjo en la cocina de la casa, espacio donde ocurrió la mayor parte del hecho, señalando un incidente con una cinta adhesiva, se presume que intentó impedir que pidiera auxilio o sujetarla, sucedió antes en la habitación matrimonial.
Berón declaró que por los rastros de las gotas de sangre, se puede deducir que el atacante se apartó del cuerpo herido de su pareja, subió unos escalones que conducen a la terraza de la vivienda, pero se detuvo a observar desde esa posición elevada, la escena.
Dijo que esa conducta se estudia en criminalística y se la denomina “la firma del perverso”, en relación a la acción de contemplar lo logrado.
El hecho
Deniz nunca negó que el 20 de diciembre de 2021, alrededor de las 3, en la casa ubicada en calle Díaz Velez, entre Vucetich y Zapata, donde convivía con su pareja, que tenía 31 años, de quien se estaba separando, y su hijo de 4 años, le asestó dos puñaladas en la zona del corazón que le quitaron la vida horas después.
En distintas audiencias que se realizaron durante el proceso, Deniz sí cuestionó el contexto de violencia de género que sostienen las acusaciones pública y privada y constituyen un agravante de la conducta ilícita que se le reprocha. Nunca antes había manifestado que su pareja quería impedirle ver a su hijo.
Comienza el juicio por jurados por el femicidio de Stella Maris Castaño
