La segunda jornada del juicio contra Carlos Deniz, acusado del femicidio de su pareja, Stella Maris Castagno, terminó por derribar la pretensión del imputado de negar el contexto de violencia de género, previa a que decidiera matar a la mujer. Testigos dieron cuenta de distintos hechos que corroborarían la hipótesis acusadora.
Redacción EL DIARIO / [email protected]
Se realizó ayer la segunda jornada del juicio ante un jurado popular por el femicidio de Stella Maris Castagno, quien tenía 31 años al 20 de diciembre de 2021, cuando su pareja, Carlos Alberto Deniz, decidió terminar con la vida de la mujer porque no soportaba que lo dejara por sus celos.
Familiares, entre los que se encontraban la madre, la hija y un hermano de la víctima, y amigos, dieron cuenta de distintas situaciones de violencia de género previas. Así, al menos ayer, quedó derrotada la hipótesis del acusado sobre que el hecho no fue en aquel contexto.
María Beatriz Fernández, madre de la víctima; y Nahir Micaela Alarcón, hija de la víctima, declararon ayer en el contexto del juicio para determinar las circunstancias de la muerte de Castagno, que al momento del hecho era la pareja del acusado.
RELATO CONMOVEDOR
La primera dio un relato conmovedor, sólido y auténtico, de lo que vivió aquella madrugada, alrededor de las 3.
La mujer, que se descompensó cuando declaraba, fue asistida por los médicos de Tribunales y, atento a su estado de salud, se decidió desistir de su testimonio. La mujer, al igual que otros testigos, opinó que “nunca me imaginé que se podía llegar a esto”.
Dijo que no vio a su hija tras el ataque, pero su nieta e hija de la víctima, sí.
Fernández reconoció que no sabía que su hija se estaba por separar y que estaba mal. En un relato dramático, por la densidad de su perspectiva, recordó un serio incidente en el que el acusado se le “fue encima” y le “levantó la voz”.
Fue porque su hija le pidió que no dejara que el imputado se llevara al hijo de ambos, de 4 años, “en moto” a Valle María. Recordó que le pidió que se lo lleve en “colectivo” o “remis”, y que lo trajera esa misma noche.
En el intercambio de mensajes para coordinar, surgió que el acusado ya había enarbolado el argumento de llevarse al hijo con él, si se concretaba la separación, que se daría por los celos de aquel.
La mujer dio cuenta de otras situaciones de violencia de género, que fueron corroboradas por otros testigos.
PLANEADO
Nahir Micaela Alarcón, hija de la víctima, también le dio un golpe a la nueva versión del acusado, que en el inicio de la causa declaró y dijo que actuó bajo un estado de emoción violenta que nunca antes había manifestado, debilitó aquel supuesto estado emocional. La chica opinó: “Para mí lo tenía planeado”.
Lo fundó en que el imputado tuvo una conducta “rara” para con ella. Dijo que en un gesto “inusual”, la invitó a salir a comer junto a su madre y su hermanito.
Sostuvo, corroborando una hipótesis acusadora sobre que Deniz también estaba celoso porque su pareja ganaba más que él, que en aquella ocasión, quien pagó todo fue su madre. Añadió que era una conducta habitual.
La joven recordó que llegó a la casa de su madre, puesto que ella vive con sus abuelos en una casa ubicada detrás de la del hecho, porque escuchó gritos y pensó que entraban a robar.
Vio a un joven que intentaba ingresar a la casa y le dijo que no era un ladrón; cuando logra entrar lo hizo ella también y vio a su madre tendida en el piso sobre un charco de sangre. Añadió que llevó su hermanito que estaba “en la cocina”, lo tomó y lo llevó a la casa de sus abuelos.
Recordó que tenía “sangre en los piecitos y la ropa”. La testigo ratificó en su testimonio distintas situaciones posesivas y de celos que contó previamente su abuela.
TESTIMONIO DEL HERMANO
Daniel Castagno, hermano de la víctima también brindó un testimonio conmovedor que dio cuenta de situaciones de violencia de género previas. En este sentido, recordó que en una ocasión le dijo a Deniz “loco, cambiá, qué te crees, ¿qué mi hermana es Claudia Shiffer?, ¿qué va andar con todo el mundo?”.
Castagno recordó que supo que Deniz tuvo un hijo y años después se enteró que no era de él. Añadió que Deniz le dijo “que una vez ya le habían sacado todo”, pero que “no le iba a volver a suceder”.
Cesar Eduardo Suárez Simoine y Víctor Emilio Morato, compañeros de trabajo y amigos de Castagno, relataron, cada uno desde su lugar en la relación que tenían con aquella, distintas situaciones en las que Castagno manifestaba situaciones de violencia de género. También refirieron sobre las cualidades de Castagno en sus trabajos, tenía al menos cuatro, y como madre y amiga.
Contención
La declaración de los tres familiares tuvo varios lugares comunes pero el más importante fue el que refirió a la relación que los vincula con el hijo de la víctima. Lo que quedó de los relatos, sobre todo de Daniel Castagno, fue que hubo un importante trabajo en familia y con profesionales de la salud mental para que el niño, hoy, esté mejor.
El hombre y su sobrina, recordaron que el niño se despertaba de noche gritando “mamá, mamá, papá cuchillo” o “papá cuchillo pincharon a mamá”. El hombre recordó dos dibujos que hizo el niño.
El primero una figura que lo representa junto a su madre y su hermana. El segundo era un rectángulo en blanco con una persona dentro de la figura y dos afuera. La explicación que le dio el niño fue que el rectángulo representa a la cárcel y la persona dentro, su padre. Añadió que el niño le dijo que las dos personas fuera de la figura, eran dos policías que estaban para que el padre no saliera.
Deniz dijo que mató a su pareja porque no lo iba a dejar ver al hijo
