Pablo Aquino pertenece al grupo activo de Bomberos Voluntarios en Paraná desde hace seis años. A partir de su experiencia personal, compartió con Bien! cuál es el factor común que moviliza a las personas a dedicarse a este oficio, con la responsabilidad y los riesgos que conlleva, que se vuelve un modo de vida.
Actualmente, hay 34 personas que conforman el cuerpo activo en la capital entrerriana, ubicado en Boulevard Eduardo Racedo a pocos metros de la estación del ferrocarril. Uno de ellos es Pablo Aquino, tiene 35 años y hace seis decidió transformar su vida, impulsado por el servicio a la comunidad. Al igual que el resto de los bomberos, paralelamente a este oficio voluntario, tiene su trabajo personal; pero considera que ser Bombero Voluntario implica estar dispuesto constantemente a colaborar socialmente cuando se le requiera.
El entrevistado se refirió a sus inicios: “Ingresé al Cuartel porque, antes, trabajé ocho años conduciendo ambulancias en la Provincia y, cuando me quedé sin trabajo, decidí inscribirme acá. Mi mamá es enfermera, así que viene desde chico la iniciativa de ayudar y la adrenalina”.
Según afirmó Pablo, muchos ingresantes concurren con una idea errónea de lo que significa ser bombero: “Esta es una familia, hay que mantener el orden, la limpieza, cumplir con las responsabilidades. Hay salidas que son más tediosas que otras, algunos se desaniman y, más de la mitad de los aspirantes, dejan”.
Vivo más en el Cuartel que en mi casa
Implicancias del oficio
Para unirse al cuerpo activo se debe ser mayor de edad, haber terminado los estudios secundarios y cumplir con ciertas condiciones médicas. “Se organizan camadas de 15 personas para que ingresen a las instrucciones. Estas duran entre seis y ocho meses para comenzar con las guardias. De la última camada, quedaron casi todas mujeres”.
El Cuartel tiene la particularidad de que todos los bomberos, sean nuevos o antiguos, se reúnen todos los sábados para realizar las instrucciones. “Es una ayuda de memoria para el que ya sabe y un aprendizaje para el que recién llega”, explicó Aquino, quien añadió que “hay guardias las 24 horas. El Bombero Voluntario también está presente en diversos eventos como el Día del Niño, Navidad o la fiesta de los Reyes Magos”.
Existen cuarteles pequeños que cuentan con guardias pasivas, en los que un telefonista recibe la emergencia, hace sonar una sirena de aire y los bomberos se acercan al Cuartel. En Paraná la guardia está adentro, por lo que los voluntarios cumplen horarios en el mismo edificio, expectantes ante lo que pueda suceder.
“Acá no hay feriado. Vivo más en el Cuartel que en mi casa. Mi familia me acompaña, pero a veces cansa porque me ha pasado que no estoy de guardia y, si hay una emergencia, debo cancelar lo que tenga y asistir”, relató el bombero.
Todo esto funciona a base de la gente
Contribuir con la comunidad
Aparte de estar disponibles ante posibles emergencias, los bomberos se encargan de brindar capacitaciones a ciertas instituciones, como las escuelas, que solicitan que se les enseñe sobre RCP o planes de evacuación: “Les das una herramienta para salvar una vida. Tenemos un convenio con el Consejo General de Educación”.
Pablo es uno de los pocos choferes que forman parte del cuerpo activo. “Recuerdo que pasadas las dos semanas desde que ingresé al Cuartel, conduje hasta Corrientes porque me necesitaban”. No todos poseen el carnet habilitante para manejar un vehículo de emergencia. “Hay acciones que el maquinista no puede hacer. En un incendio estructural, este no ingresa, sino que debe manejar la bomba desde el vehículo. A mí lo que más me gusta es ser bombero, pero sé que hay pocos choferes”, expresó.
Es en la práctica donde se ve cuánto les gusta el oficio: “Muchos se dan cuenta de lo que significa, el calor que se pasa, la adrenalina y la tensión que implica hacer las cosas rápido y bien; y varios terminan pidiendo la baja”. Según el entrevistado, los bomberos deben estar preparados para cumplir todas las funciones, “se trabaja en conjunto y, si falta un compañero, se debe estar capacitado para cubrir ese puesto”.
La tranquilidad al momento de accionar es una cualidad esencial al momento de ejercer el oficio. Aquino detalló que “no podés arriesgar tu vida por ir más rápido a un incendio. Puede que haya colisiones en el viaje y el jefe termina estando pendiente del incendio, pero también de la vida del bombero. Hay que tratar de controlar la adrenalina e ir tranquilo, consciente”, y agregó que “primero está la vida del bombero, debemos cuidarnos nosotros, porque sino hay consecuencias que uno no evalúa por el afán de ayudar”.
En cuanto al sustento económico de la institución, detalló que cuentan con una equipación calificada, pero que “siempre falta más”. Hay subsidios nacionales y provinciales, porcentajes de impuestos destinados al Cuartel; también hay socios que, voluntariamente, colaboran monetariamente. “Todo esto funciona a base de la gente”, concluyó Pablo.
Contar con la tranquilidad de que, ante una emergencia, todo ciudadano posee la colaboración de un grupo de profesionales capacitados para accionar, solo es posible porque hay personas que destinan su tiempo para ayudar a los demás. Ser Bombero Voluntario es un oficio que transforma a la persona, la cual, movilizada por la solidaridad, arriesga su vida y pone el cuerpo como aporte a la sociedad.
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