El equipo de Paraná sigue sin poder ganar partidos de manera consecutiva y ayer perdió un partido importante ante un rival directo. Alejandro Melo en dos ocasiones marcó para el líder de la Zona A. Nazareno Solís descontó para el Rojinegro. Julio Salvá le tapó un penal a Diellos. Gastón Monzón fue el árbitro.
Patronato sigue siendo un equipo del montón en la Primera Nacional, el traje de candidato nunca se lo pudo probar y más allá de los nombres, no encuentra juego y tampoco resultados fuera de Paraná. Ayer perdió 2 a 1 ante Agropecuario Argentino de Carlos Cazares, líder de la Zona A de la máxima categoría de ascenso.
El juego entre Santos y Sojeros se disputó en el estadio Ofelia Rosenzuaig de la localidad bonaerense y fue válido por la fecha 19 de la máxima categoría de ascenso. El árbitro del juego fue Gastón Monzón Brizuela.
Con goles a los 5´ y 26´ de la primera parte, Alejandro Melo puso en ventaja al dueño de casa. A los 32´ descontó Nazareno Solís para los entrerrianos.
Desde el vestuario
Patrón salió a jugar el partido en campo de Agropecuario. El Negro buscó ser protagonista de entrada, pero en la primera clara, el rival, abrió el marcador. El paranaense Emanuel Moreno, cambió de frente con un pelotazo de más de cuarenta metros, a las espaldas de Cobos y dejó a Melo de cara al gol. El atacante quedó mano a mano con Salvá y no falló. En 5´ el equipo de Carlos Casares ganaba 1 a 0.
Costó meterse
El equipo de Paraná sintió el golpe. Agropecuario comenzó a jugar más cerca del arco de Salvá. El Negro estaba largo, sin conexiones, le faltaba fútbol y sobraban las protestas. Así se fue un rato largo del partido. Domingo por protestar se ganó una amarilla y el equipo local jugaba con el reloj a su favor.
Otro golpe
Patronato era todo pelotazo. Levato parecía el único objetivo de todos los futbolistas visitantes. Desde Salvá, hasta Arce, todos se repetían en bochas divididas para el nueve Santo, que siempre era superado por la defensa.
Era un momento de incertidumbre y el Sojero lo aprovechó, Rivero a los 26´ filtró un balón desde la zona central a la izquierda, donde Melo logró quedar solo con Salvá, lo gambeteó y luego definió con el arco a su merced. Un lindo gol para el 2 a 0.
Descontó rápido
El partido no era favorable desde ningún aspecto para Patrón. Jugaba mal, sin ideas, defendía mal y estaba nervioso. Parecía un panorama más que oscuro.
Sin embargo, encontró un oasis en el desierto. Arce apareció abierto y cambió el chip. No fue un centro buscando a Levato, sino que un pase a la medialuna, donde Solís encontró espacio para rematar de zurda. El disparo del ex Alvarado se clavó pegado al palo izquierdo de Rago y sirvió para el descuento. Patrón en 32´ perdía 2 a 1.
Cerró bien el primer tiempo
El tramo final del primer tiempo fue de lo mejor del equipo de Otta en esta etapa. Nacho Russo quedó tres veces de cara al gol y no estuvo derecho para la definición, por eso el Rojinegro terminó abajo en el marcador.
Mucho que hablar, mucho que hacer en el entretiempo para el cuerpo técnico entrerriano.
Sin arco
Para el complemento Otta metió manos en el equipo. Saltaron al campo Ruiz Díaz, Kruspzky y Sosa; en reemplazo de Geminiani, Cobos y Solís. Un rato después Nievas suplantó a Ojeda. El Negro con cambios de nombre intentó mejorar, pero no lo logró. El partido se jugaba lejos de los arcos y eso beneficiaba al local.
En 25´ ninguno de los dos equipos pateó al arco. Lo único bueno para Patrón, es que el partido tenía un solo gol de diferencia y en una jugada aislada lo podía empatar.
Salvó Salvá
A Patringa le costaba demasiado generar situaciones. Eran todos centros que los defensores rivales lograban rechazar con peligro.
En una jugada salida de contexto, el Sojero encontró espacios por derecha, Marchioni se metió dentro del área Santa y Salvá lo derribó. Diellos pateó el penal y el arquero Santo dejó con vida al Rojinegro, tapando el remate.
En la réplica el equipo entrerriano tuvo el empate y Levato no pudo en el mano a mano con Rago. Minutos vibrantes para un segundo tiempo que no había aportado nada.
El Santo terminó yendo a la carga, con todo lo que tenía, hasta Salvá fue a buscar el milagro en la última pelota parada, pero no paso nada, no había poder de fuego.
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