La cadena pecanera está creciendo y busca aumentar y mejorar la producción. Entre Ríos, en la actualidad, lidera la superficie implantada con aproximadamente 5.000 hectáreas. La producción nacional se ubica en unas 2.000 toneladas y en los próximos lustros podría trepar a entre 10.000 y 15.000 toneladas. ¿Qué hay que hacer para lograrlo?
La apertura de nuevos mercados internacionales y la reducción de los costos fijos de la energía eléctrica aparecen como dos de los principales reclamos del sector de la nuez pecán en Entre Ríos, provincia que se ha convertido en lo que va de este siglo en una referencia nacional gracias al trabajo de toda la cadena de valor.
Los números así lo confirman: las plantaciones de nuez pecán de Entre Ríos representan la mitad de la superficie nacional y el 70% de la producción. El pecán, entonces, transita un camino de crecimiento –no exento de problemas, claro– cuya consolidación depende de decisiones privadas y públicas.
Durante una recorrida de integrantes de la Asociación Entrerriana de Periodistas Agropecuarios (AEPA) –de la que participó EL DIARIO– por el vivero Santa María, ubicado en La Criolla, departamento Concordia, Juan Pablo Passini, vocero de la empresa y vicepresidente del Clúster del Pecán, además de repasar la historia del establecimiento que fundó Juan Pablo Pellichero en 1945 con plantaciones de cítricos, habló de la actualidad del pecán y también de los desafíos de cara al futuro para que la actividad se afirme como una economía regional clave para Entre Ríos.
“La actividad pecanera, en cierta medida, está creciendo, sobre la base de mucho trabajo con los socios del Clúster del Pecán”, dijo Passini, al tiempo que se refirió a los desafíos: apertura de mercados, reducción de costos, inscripción de registro de principios activos, producción, manejo, y comunicación de todo lo que hace la cadena pecanera.
La exportación
En materia de exportaciones, uno de los desafíos del sector, Passini explicó que en la actualidad “estamos exportando a la Comunidad Europea, concretamente a Holanda, Francia, Italia y algo a España. También a Rusia y Medio Oriente. En su momento exportamos a China, pero ahora tenemos un problema de protocolo sanitario, en vías de solucionarse, afortunadamente, porque se trata de un mercado potencial muy bueno para nosotros, y queremos seguir abriendo nuevos mercados. Apareció una posibilidad de exportar a Japón y, por esa razón, se está estudiando cómo se va a abrir ese mercado y bajo qué protocolo para poder empezar las negociaciones”.
La nuez pecán es una actividad productiva “muy joven” en la Argentina y “necesita desarrollarse, lo sabemos, pero creo que vamos por el buen camino”.
– ¿Cómo ha sido la evolución de este cultivo en la provincia?
– Hemos crecido y seguimos trabajando en el desarrollo de la actividad. Mantuvimos algunas reuniones con las autoridades provinciales para analizar las problemáticas que enfrentamos, por ejemplo, en la parte productiva, en la inscripción de nuevos registros fitosanitarios y en el tema energético. Necesitamos, puntualmente, una reducción en el costo de la tarifa eléctrica de por lo menos el 50%.
Superficie y producción
– ¿Cuántas hectáreas hay con pecán en Entre Ríos y cuál es el el volumen de producción?
– Tenemos aproximadamente unas 5.000 hectáreas en la provincia y se sigue creciendo, por lo que Entre Ríos continúa liderando el porcentaje de cantidad de hectáreas implantadas y es una de las más longevas del país.
No tenemos cuantificada exactamente en toneladas la producción de Entre Ríos. Sabemos que a nivel nacional hay unas 2.000 toneladas, de las cuales alrededor de 1.000 se están exportando, y otras 1.000 quedan en el mercado interno.
Ese mercado interno está en microrregiones de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, y esa producción va a herboristerías, dietéticas y pequeñas heladerías, y se utiliza en confituras, panificados y platos gourmet.
– Abrir nuevos mercados supone aumentar los volúmenes. ¿Qué acciones se están tomando para producir más?
– A través de charlas y jornadas de capacitación buscamos involucrar al productor en la mejora productiva continua, ya sea en riego, fertilizaciones, podas y manejo del cultivo.
El año pasado, en este sentido, tuvimos un gran éxito con la primera Diplomatura en Pecán para graduados en Agronomía. Ahora estamos iniciando la segunda, ya se llamó a convocatoria, y eso hace que día a día nos vayamos especializando y generando cada vez más el saber, el conocimiento, como herramienta para tener los mejores rindes, rindes óptimos, y ser competitivos dentro del mundo pecanero internacional. Es una tarea a largo plazo.
– ¿Cuándo la actual potencialidad estará a pleno?
– Creo que estamos en el mediano plazo, digamos, porque hay plantaciones muy jóvenes. Si hablamos de largo plazo –mínimo 10 años, máximo 20 años–, estamos hablando de que la planta recién está potencialmente productiva. Entonces, si en el mediano plazo estamos en 2.000 mil toneladas, seguramente entre cinco y 10 años hablaremos de 10.000 a 15.000 toneladas, dependiendo de cómo vayan ingresando y manejando las plantaciones. En una década, entonces, estaremos con un potencial bastante importante como país exportador.
Un vivero con historia
La historia del vivero Santa María se remonta a 1945 cuando Juan Pablo Pellichero, el fundador, inició las actividades con plantaciones de cítricos. Cuenta, entonces, con casi 80 años de experiencia en la producción de plantas injertadas, y, desde 2004, produce y exporta plantas de pecán.
La tradición viverística que comenzó con Juan Pablo Pellichero continuó con su hijo Carlos Pelichero, y luego con su nieto Carlos Alberto “Beto” Pellichero –acaso el más conocido–, mientras ya desembarcaron los integrantes de la cuarta generación, Nicolás y Melina Pellichero, los bisnietos del fundador.
A lo largo de las décadas, la actividad central estuvo relacionada, siempre, con la citricultura, pero también se hicieron arándanos y duraznos. En 2004 se empezó a trabajar, a través de un convenio de vinculación con el INTA, con la nuez pecán.
El pecán “es un cultivo desafiante”, señaló Juan Pablo Passini, el vocero del vivero Santa María, y “arrancamos con pocas hectáreas implantadas, sin mucho conocimiento, sin genética, empezando todo desde cero de la mano de INTA. Fuimos aprendiendo también de algunos productores que que ya venían con el cultivo y de otros viveros”.
“Nos fuimos perfeccionando año a año, avanzando, y adaptándonos a los cambios, porque primero se hacía el vivero a campo, y hoy estamos haciendo la producción bajo cubierta y en masetas”, remarcó Passini.
¿Dónde surgió el pecán?
El pecán es el fruto de un árbol originario de la cuenca de los ríos Mississippi-Missouri en la zona centro-sur de Estados Unidos incorporado en la alimentación de las comunidades originarias americanas conocedoras de sus cualidades saludables.
¿Cómo llega a la Argentina?
Se cree que fue Domingo Faustino Sarmiento el que trajo semillas de sus viajes a Estados Unidos con fines ornamentales. Pero fue recién hacia 1950 cuando el pecán comenzó a expandirse en la región del Delta del Paraná gracias a la campaña de distribución de semillas realizada por el Ing. Agr. Martín Leber, del INTA.
¿Cuáles son sus características?
Por su alto valor nutricional es un alimento muy saludable, destacándose por su alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados, fibra, vitaminas, minerales, y flavonoides (antioxidantes), así como también por ser fuente de ácido fólico. Tiene un sabor dulce y una textura cremosa producto de sus aceites naturales, esto le da un sabor único y delicioso.
¿Cómo se utiliza?
En gastronomía, se lo utiliza en la elaboración de platos salados, y en productos de panadería, confitería, heladería, chocolatería, entre otros. También puede consumirse procesado como harina, leche, aceite y pasta.
