El ciclo prosigue con la proyección de Abrazame fuerte, largometraje dirigido por el actor y director francés Mathieu Amalric. La actividad se desarrollará este miércoles 28 de junio en el auditorio del Círculo Odontológico, con acceso libre
Un rompecabezas de sentidos y emociones es lo que propone el director francés Mathieu Amalric en Abrazame fuerte, film que se proyectará mañana desde las 20.45 en el ciclo Miércoles de cine, que se realiza en el auditorio del Círculo Odontológico (Corrientes 218).
El cine ha buscado muchas maneras de trabajar formalmente ciertas situaciones traumáticas. En ese sentido, es tan fascinante su capacidad de crear imágenes como sus estrategias para presentar y desarrollar sus relatos.
En este film, el actor y director francés elige estructurar su relato haciendo una tenue y cambiante separación entre lo real y lo imaginario, una que podría calificarse como impresionista: cuando algo fuerte pasa en la vida de la protagonista, eso que llamamos realidad puede resquebrajarse, y ni ella ni los espectadores saben muy bien donde están parados. En el largometraje eso se refleja en procedimientos formales que intentan dar cuenta de esa fractura, tanto desde lo narrativo como desde lo audiovisual.
Amalric propone una película sobre la fragilidad mental desprovista de cualquier afectación psicologista más o menos convencional. Es la forma de la película la que da cuenta del trauma.
Es por eso, también, que es una película cuya trama es difícil de resumir en unos pocos párrafos ya que Amalric la va construyendo como piezas de un rompecabezas que sólo sobre el final se pueden más o menos acomodar en la cabeza del espectador. Durante gran parte de sus 96 minutos, la película va metiéndose en la mente de una mujer llamada Clarisse (Vicky Krieps) a la que vemos, de entrada, abandonar a su familia, dejando a sus dos hijos –la mayor, Lucie y Paul, el menor– al cuidado de su marido Marc, con quienes vivía en una aparentemente tranquila casona en un pequeño pueblo.
Paulatinamente el director introduce al espectador en una historia aparentemente lineal, que se complejiza.
Amalric sostiene este puzzle bastante más de lo imaginable en su sexto largometraje de ficción. Y lo más conveniente para el espectador es que se entregue a las sensaciones que la película intenta transmitir en lugar de tratar de atar constantemente cabos ya que, es claro luego de un tiempo, lo fragmentado de la experiencia no es un capricho formal ni narrativo sino una serie de decisiones de montaje y puesta en escena que intentan reflejar esa disociación que Clarisse -la protagonista- parece tener con lo que le pasó y le está pasando.
POTENTE NARRATIVA
Está claro que el dolor humano es muy cinematográfico. De lo contrario no habría tanto drama, ni estaría tan dorado de prestigio.
Amalric dice que decidió hacer esta película cuando, durante un viaje en tren, dejó empapado de lágrimas un ejemplar de la obra para teatro de Claudine Galea.
El hecho es que se dio cuenta de que el dolor es una cuestión cinematográfica, y que ahí estaba la ocasión de ir muy hasta el fondo del asunto.
Con ese marco, Abrázame fuerte es un salón de los espejos entre pasado y presente, realidad y ficción, modernidad y deconstrucción. Y el dolor afecta, es lo que tiene. Imposible no llorar con este film, aunque también causa cierto reparo contemplar tanta belleza conceptual y tan arriesgada sofisticación narrativa al servicio de un drama de proporciones abisales que deja al espectador desnudo e impotentes.
INTELIGENTE GUIÓN
El argumento cuenta con dos caras de un mismo acontecimiento: por un lado, el viaje de Clarisse -el personaje protagónico- lejos de casa y, por el otro, el día a día del marido e hijos que quedan atrás, abandonados. El velo entre una y otra línea es tremendamente fino, hasta el punto que ambas realidades quedan totalmente entremezcladas, gracias a un montaje y diseño sonoro delicados y perfectamente calculados. El resultado de este acercamiento formal tan particular y distintivo es que Abrázame fuerte sale airoso del reto de ser un drama familiar como tantos otros.
Se trata de una película que se repliega y despliega con un inteligente guión, así como también lo es la emotividad que se desprende de él. No solo eso, sino que coquetea con alteraciones en las dimensiones espacio-temporales desde una humildad y una efectividad que ya desearían propuestas más con mucha mayor producción.
La cita es en el auditorio del Círculo Odontológico (Corrientes 218), a las 20.45, con entrada libre y gratuita.
Para la próxima función, el 12 de julio, se anuncia “Ellas hablan” (EEUU-2022), mujeres que descubren y necesitan que unidas podrán tomar el timón de sus vidas, dirigida por Sarah Polley, actriz y realizadora canadiense.
Los organizadores agradecen la colaboración con un alimento no perecedero que se destina al Comedor Merendero Nuestros Niños (Barrio Los Berros).