jueves , 26 diciembre 2024
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El Kiki balls, comunidad LGBTTIQN+

Los kiki balls, encuentros de la comunidad LGBTTIQN+, se multiplican en el país.
Pese a que es una escena que surgió hace más de 30 años en EEUU, los “kiki ball”, encuentros en los que la comunidad LGBTTIQN+ organiza una competencia dividida en diferentes categorías y que funcionan como resistencia contra la discriminación y celebración y reivindicación de la diversidad, crece y se multiplica en Argentina: ya se llevan a cabo en Córdoba, Mendoza, Santiago del Estero, San Miguel de Tucumán, Mar del Plata, Rosario y Paraná, entre otras ciudades además de Buenos Aires

“Nosotras existimos. Nosotros existimos. Nosotres existimos. Estamos en la calle. Furia travesti, mi amor”, cerró la chanter Agus la noche del pasado viernes en el Club Tri de Mar del Plata donde se llevó a cabo “Fantasía gótica”, la primera kiki ball de esa ciudad y a la que asistieron casi 300 personas con entrada gratuita, organizado por el Movimiento Kiki MDP, en el marco del Día del Orgullo LGBTTIQN+ que se conmemora hoy. 

Siempre de forma subterránea, el “ball” tuvo sus inicios en el siglo XIX, un auge en el Harlem de 1920 pero fue en 1960 donde comenzó con la estructura aún vigente. En los ’90, visionaria y vampira de tendencias, Madonna popularizó en el mainstream con el tema “Vogue” la cultura del voguing, que en ese momento solo se conocía en balls afroamericanos y latinos de Harlem.

En Argentina, este movimiento comenzó en 2016, principalmente en Buenos Aires, donde surgieron grupos o casas que se reunían en fiestas como Trabestia Club Drag, Namunkurá, Plop!, La Warhol, Whip, Mostrafest y Noche Diamante.

QUÉ ES

Un ball es más que una competencia: es una verdadera explosión de energía, creatividad y talento. Es un momento de fantasía. “Luzcan lo que tienen puesto como si fuera la ropa más cara del mundo, como si fuera un desfile de alta costura”, pidió Andy, uno jurado de la kiki marplatense, antes de que arrancara la categoría Runway.

En todo ball y en toda kiki ball hay una pasarela para recorrer a la manera de un desfile de modas y un jurado que evalúa a los participantes, que deben estar vestidos de acuerdo al tema elegido y cumplir con los requisitos de las categorías que se hayan establecido. 

El concurso arranca como un campeonato: los participantes compiten voluntariamente y van siendo eliminados hasta consagrar al ganador de cada categoría. Pero no todo es tan automático: hay que recibir un 10 por parte del jurado para pasar de ronda de batallas. En cambio, con un chop la eliminación de esa categoría es directa, aunque se puede participar en otra.

Mientras en un ball la competencia es entre casas, en una kiki la participación es voluntaria y abierta a gays, lesbianas travestis, varones y mujeres trans y no binaries. No necesariamente hay que pertenecer a una house para hacerlo. A esas personas se las conoce como 007. 

CONCURSOS HABITUALES

En la ciudad de Buenos Aires, los kiki ball son habituales y es la ciudad con más casas: Tropikalia, Glorieta y Bravia, entre otras. Tienen en Maquinal, en el barrio porteño de Almagro, una sede casi oficial. Pero también se hacen en organismos públicos como los centros culturales Paco Urondo y Haroldo Conti, además del CCK, donde este viernes se realizará un miniball, coordinado por las Casas Traviarca, Exilia, Wicca, Glorieta, Berkins y 007, y que se enmarca en el festival Nos Mueve el Orgullo, de los ministerios de Cultura y Mujeres, Género y Diversidad de la Nación. 

Para explicar el auge de la movida ball y kiki ball hay que destacar la popularidad de los realitys “RuPaul Drag Race” y “Legendary” y la serie “Pose” (que tuvo tres temporadas entre 2018 y 2021). También a Beyoncé, cuyo último disco “Renaissance” (2022) tiene varios temas (Pure/Honey, Break my soul y Summer Renaissance The Queen Remix), que evocan la cultura ball y hasta en uno (Summer renaissance) menciona a casas legendarias como Xtravaganza, LaBeija y Ninja. Y, cuando no, Madonna “Vulgar”, la colaboración con Sam Smith.

Desde Rosario, House of Kaos dice a Télam que “hoy en día la escena nacional está en gran crecimiento, abarcando cada vez más territorios y espacios”, lo que confirman desde Kiki Red de Argentina, que si bien no pueden precisar el número de casas que hay en el país, registran “más de 30” y aseguran que hay mucho movimiento a nivel nacional.

Desde House of Problema, creen que la expansión fue lenta pero que Internet la aceleró: “la música, realities, videos y otros materiales audiovisuales se fueron viralizando y poco a poco la cultura se dio a conocer” y aseguran que “la gente queer y trans necesitaba espacios, apañes, eventos en los que la celebración fuera entre personas de nuestra propia comunidad y donde nosotres seamos los, las y les protagonistas. Nadie celebraba figuras como nosotres”.

Para los 11 integrantes de House of Anubis, de Tucumán, “no es inocente que hoy en día esté explotando. En la actualidad existe, y siempre existió, la necesidad de visibilizar a minorías y disidencias que muchas veces quedan al margen o viven en lo oculto: mujeres trans y travestis, hombres trans, personas no binaries, personas marrones y racializades de todas las orientaciones sexuales que existen. En Ballroom todas las personas son celebradas y tienen un espacio seguro para vivir su identidad. Y honestamente, ¿a quién no le gusta ser celebradx por ser quién es?”.

VISIBILIDAD

Celebración no es solo sinónimo de fiesta. En los ball y los kiki ball cada movimiento, cada baile, cada brillo y cada grito es un poderoso y valiente acto de resistencia y visibilidad que desafía estereotipos, rompe barreras y reclama un espacio para quienes fueron marginados durante demasiado tiempo. Es un espacio donde se rompen roles de género tradicionales y donde las identidades se reafirman con orgullo.

Antecedentes

Para comprender este “viejo nuevo” fenómeno de la cultura LGBTTIQN+ hay que tener en claro de qué se habla cuando se habla de “kiki ball”. Y para eso hay que hacer un poco de historia, de la que por suerte hay registro: “The Queen” (estrenado en 1968) documenta un certamen de belleza de 1967 para travestis y drag queens de todo Estados Unidos que reproducía concursos como Miss Mundo o Miss Universo con bandas, coronas y cetros.

Ese año, en el cuarto puesto quedó Crystal LaBeija, Miss Manhattan, una afroamericana que enojada por el resultado de la competencia que consagró a una participante blanca, acusó a los organizadores de racistas. Ese fue el Big Bang de la cultura ball. No era para menos: las latinas y las afroamericanas debían pintarse de blanco o aclarar el tono de su piel para participar.

Cuatro años después, LaBeija llevó a Harlem su propio concurso para aquellas personas que quedaban por fuera de las competencias y en 1977 dio otro puntapié. Organizó un evento al que llamó “House of LaBeija” y dio a luz a lo que estructuraría la escena ball: las casas y las familias, que fueron el refugio de muchos homosexuales rechazados y echados de sus casas. House of Xtravaganza, House of Ninja, House of Pendavis y House Saint Laurent fueron algunas de las casas con más miembros.

Celebración

Hoy se celebra el Día del Orgullo LGBTTIQN+ que tiene su origen en la revuelta de Stonewall en Nueva York, en 1969, y reivindica las luchas del colectivo contra un sistema de persecución y discriminación. Tiene como fin profundizar y promover la igualdad de derechos, el respeto por la identidad y la diversidad sexual.

La aceptación de las diferencias, la tolerancia, el respeto por la orientación sexual y la identidad de género es una forma de construir sociedades plurales e igualitarias.

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