La historia de Manso y Patota, cautiva a espectadores de todas las edades con un ritmo que no decae. El relato de esta pareja payasa conmueve y emociona. La producción protagonizada por Paula Righelato y Ezequiel Caridad, con dirección de Julieta Daga y Leandro Bogado, señala un punto luminoso en la trayectoria de Compañía Teatral y expone la vitalidad y potencia de la escena teatral de la ciudad.
De tanto en tanto la vida sorprende a quien así lo permite. Aparecen entonces en esos momentos, tal vez sólo instantes, los fogonazos que alumbran de modo deslumbrante y justifican acaso toda la existencia. Cuando eso sucede, cabe mencionar lo que Italo Calvino señaló, de modo memorable en el final de Las ciudades invisibles: “saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio”. Es decir, hay cosas que nos ayudan a vivir, a ser mejores personas y a construirnos más plenamente como seres humanos. En ese punto se encuentra VidayVuelta de dos payasos, una propuesta que despliega la potente e inconmensurable belleza de la existencia.
Ternura, delicadeza, armonía estética, trabajo, expresan el resultado de un proceso creativo en el cual Paula Righelato y Ezequiel Caridad han puesto toda su vida en escena. Literalmente, ya que VidayVuelta narra la historia de su trayecto juntos.
En esta producción teatral narrada con los códigos del Clown, la vida ha sido capturada en sus diversos matices: alegría, tristeza, gozo, dolor, risa, llanto. Luces y sombra de una magnífica aventura que cada ser en este planeta está destinado a protagonizar de manera singular.
El trabajo de la Compañía Teastral está destinado a brillar en la escena por su sobresaliente concepción; porque condensa años de preparación de esta pareja y porque es fruto de una convicción que ha llevado a esta dupla de artistas a dar forma a lo con el correr del tiempo muy posiblemente será un hito en su trayectoria.
El trabajo vuelve a escena mañana a las 20 en Casa Boulevard/Sala Metamorfosis (Ituzaingó 80). Luego se presentará en Córdoba y en septiembre regresará a Paraná.
Solidez narrativa
Vida y Vuelta es el fruto de un sostenido proceso de formación en técnicas de teatro popular y sobre todo Bufón y Clown, que Righelato y Caridad sostienen desde hace varias temporadas.
En ese trayecto se encontraron con Julieta Daga, una directora y actriz cordobesa, maestra de varias generaciones de actores. En ese momento la pandemia apenas había pasado y el dúo de actores paranaense pensaba en un proyecto que contase una historia que hablase sobre ese acontecimiento y cómo la virtualidad había modificado lo social.
Sin embargo todo viró de repente. El 1 de Mayo de 2022, en Córdoba, dieron inicio a sus encuentros con la directora para comenzar a trabajar sobre formas del clown y el melodrama, aunque sin nada muy definido.
En sucesivos encuentros concibieron tres escenas que les dieron una idea de por dónde comenzar a caminar hasta que en un encuentro Julieta Daga les planteó un ejercicio y ambos -actriz y actor- cayeron en la cuenta que se encontraban contando parte de su vida en común. Allí brotó el relato.
En un recorrido que despliegan con ritmo que no decae frente a los ojos del espectador, los protagonistas de VidayVuelta plantean la historia de la pareja payasa que conforman Manso y Patota. Aparecen entonces la infancia y los juegos, la adolescencia y el descubrimiento del amor, el viaje como metáfora de una aventura vital hacia el conocimiento, la decisión de compartir un proyecto en común, la proyección en los retoños, el futuro y finalmente un reencuentro con lo más profundo que puede vincular a los seres humanos.
Puntos luminosos
La obra está plagada de buen gusto y del hallazgo de soluciones ingeniosas para resolver la acción. Desde lo escenográfico -con una creativa propuesta- hasta lo técnico, pasando por el vestuario y los detalles de producción, VidayVuelta funciona como una ajustada maquinaria en la que los protagonistas desempeñan con solvencia el rol que deben sostener. El equipo que acompaña a los protagonistas en diversos aspectos de la producción, lo hace sin fisuras. En el conjunto un sosten esencial es la música compuesta por Julián Dal Coleto, sin duda alguna, un hallazgo.
En esta historia para público de todas las edades -en el estreno el domingo pasado disfrutaron y se conmovieron personas desde 4 años hasta más de 90- Paula Righelato y Ezequiel Caridad apelan a recursos propios del Clown que ubican con precisión. Y los dosifican con sapiencia para no saturar. Logran así una verdadera celebración del trabajo del clown, al apelar a las posibilidades sensoriales y emotivas que el universo payaso brinda tanto a los artistas como al público. Cabe reconocer en este acierto, la precisa mirada y el trabajo certero de la maestra Julieta Daga, referente de esta vertiente en el país. La directora ha tenido un desempeño inobjetable, y en el proceso de producción de este espectáculo ha hallado en el paranaense Leandro Bogado, un consumado codirector.
Clave universal
“La vida es como un carrusel”. En la metáfora de esta frase, que plantea la idea de lo circular, se sostiene este hermoso trabajo con perdurable destino. Una historia que, por la belleza del modo en que es narrada, está signada para ser contada acá, allá, en todas partes.
El código, que los artistas manejan con solvencia, les permitirá establecer un puente comunicativo con púbicos tan diveresos como el de Paraná, el de una comunidad originaria, el de Berlín, el de Bangkok o donde sea. Es que, finamente, en VidayVuelta lo que se expresa es algo que toca la profundidad de la condición humana. Y eso -como la música y las emociones- conmueve superando cualquier idioma y condición.
Compañía Teastral ha logrado algo memorable: compartir una historia basada en el valor de la vida y el amor, que siempre vencen y se proyectan más allá del espacio y del tiempo.
