lunes , 23 diciembre 2024
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Aprender a cuidar la casa de todos

Martín Maslein es guardaparque y apicultor en La Porota.
Martín Maslein era entrenador de canotaje en Paraná. Hace un tiempo decidió mudarse a La Porota, espacio agroecológico que fue declarado Área Natural Protegida en La Picada, donde se desempeña como apicultor y guardaparque

Hay pasiones que son culturales, que se comparten con quienes nos rodean y valores que se transmiten de generación en generación. Martín Maslein creció en la zona del Puerto en la ciudad de Paraná. Desde chico su familia le inculcó el respeto que se debe tener en el tratamiento de la naturaleza. Era nieto de Polo Martínez, guitarrista y poeta que escribía en relación al río. “Mi abuelo nos llevaba seguido al río”, expresó. Con el tiempo, Martín comenzó a trabajar como entrenador de canotaje, conservando la cercanía con el Paraná. A los 40 años decidió dedicarse exclusivamente al oficio de apicultor y, actualmente, está incursionando en la labor del guardaparque. 

Junto a su compañera viven en La Porota, espacio agroecológico que este año fue declarado Área Natural Protegida, tras la insistencia de sus propietarios y familiares. El dueño es el tío de Martín, “Tincho”, quien decidió la nomenclatura en honor a su madre, la abuela del guardaparque. Se trata de 90 hectáreas al lado del Parque San Martín en las que hay cabras, vacas, gallinas, entre otros animales; y la principal actividad es la apicultura, aunque también hay actividad agrícola.

La Porota, espacio agroecológico que este año fue declarado Área Natural Protegida en La Picada.
Trabajar con las abejas

En la granja existe la Cooperativa El Espinal, integrada por siete personas. “Tratamos de generar valor agregado, no sólo hacer miel, sino también propóleo y polen. Dependemos de las flores y, hoy, con las grandes fumigaciones y la producción agrícola, se está devastando todo y los apicultores peleamos por un pedacito de campo”, explicó Maslein.

Actualmente, poseen entre 200 y 250 colmenas distribuidas entre La Picada y otra granja de Hernandarias. Según explicó el apicultor, “siempre vio la actividad como oficio para vivir dignamente, pero no como un negocio con fines de lucro” y aseguró que son cuidadosos en el tratamiento de la miel, ya que se trata de un alimento a consumir. 

Martín Maslein. Foto: Sergio Ruiz.

“Entre Ríos es uno de los lugares que más miel produce a nivel nacional y casi todo se exporta, sólo el 4% se consume en Argentina. Estamos en contra de eso. No podemos entender que los comedores escolares ofrezcan mermelada de las multinacionales, que tiene azúcar, y no miel de los apicultores locales”, analizó.


En el espacio funciona la Cooperativa El Espinal. “Tratamos de generar valor agregado, no sólo hacer miel”, dijo Maslein.
Declarar una Reserva Natural

Desde hace años, Martín y su tío comenzaron un proyecto para que La Porota fuese declarada Área Protegida en la Secretaría de Ambiente. “Debíamos conseguir un guardaparque y yo me capacité. Hay alrededor de 27 guardaparques en la provincia y cuatro en el Parque San Martín”. Hoy, Martín vive en una casa de barro, que construyeron en familia, dentro del predio junto a su compañera, por lo que recorre la zona diariamente. “Me gusta utilizar el arroyo que cruza para navegar, tiene una cuenca que va desde La Picada hasta la desembocadura en el Parque. Naturalmente es una belleza que, por suerte, es inundable por lo que no hay demasiada agricultura”, comentó a Bien!

Asimismo, explicó que existe un conflicto con las especies exóticas, tanto en la flora como en la fauna, a las cuales hay que restaurar. “Hay que eliminar los llamados Bosques de Acacia Negra, que invaden y se pierde la diversidad”. Con el reconocimiento se establece un plan de manejo para que puedan concurrir quienes lo deseen, incluso escuelas o trekking de adultos mayores que aprovechan el tren para llegar. Otro de los problemas es el uso de agroquímicos en la zona, los cuales son arrastrados por el agua de la lluvia hacia el arroyo, provocando la vulnerabilidad de los peces y anfibios. 

Martín Maslein es guardaparque y apicultor en La Porota. Foto: Sergio Ruiz.

Martín realiza su trabajo como guardaparque ad honorem y es un apasionado por cuidar y concientizar sobre la importancia del respeto a la naturaleza, lo cual es la finalidad de La Porota. “La idea no es correr a la gente, sino enseñar a cómo cuidar. Siempre lo hice, solo que ahora tengo el sombrero”, agregó con humor y expresó: “La naturaleza es de todos, es nuestra casa. Creo que la gente quiere volver a la tierra, muchos hasta se van a vivir a las afueras. No es la idea que las personas se amontonen en las ciudades y creer que el campo es para los bichos”. 

En La Porota poseen una chacra, huerta y vacas. Así como también se puede pescar, pero no con fines comerciales. Tienen el asesoramiento de Nicolás, un ingeniero agrónomo con quien trabajan los procesos de cultivo, de manera artesanal, prohibiendo fumigar y “manteniendo las praderas que les sirven a los bichos y las flores para las abejas”. Martín explicó que antes se pensaba que se debían quitar los árboles para criar vacas, pero que debajo de éstos hay mejor pastura. “El suelo es más cuidado, no le pega directo el sol o las heladas”.

Desde Reserva Natural Protegida invitan a que la gente se acerque a conocer el predio, contactándose previamente a través de las redes sociales. “Queremos hacer ecoturismo, que la gente pueda ir de shopping a la naturaleza”, finalizó simpáticamente el deportista, apicultor y guardaparque, amante de la naturaleza. 

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