La presencia del café es tan frecuente en nuestras rutinas que no siempre tenemos en cuenta la cantidad de virtudes que esta infusión provee
Así como en verano tenemos la necesidad de ingerir refrescos para hidratarnos y sentir un poco de alivio ante el calor agobiante; con la llegada del frío nos inclinamos por infusiones calientes que nos dan la sensación de que sube la temperatura del cuerpo. Es cierto, ahora que el clima nos obliga a usar abrigo, tiene un sabor especial la costumbre de prepararse algo calentito para tomar mientras se descansa o se avanza con las tareas del trabajo, el estudio o la casa.
Si bien en nuestra zona predomina la costumbre de tomar mate -de ahí que nos referencien como los “panza verde”-, son cada vez más las personas que optan por el café, por su sabor, por los beneficios que tiene para la salud, y porque suele sacarnos del apuro sin demasiado esfuerzo.
El consumo de café se da no solo en los ámbitos domésticos sino también en los bares, las pastelerías y las estaciones de servicio. No es extraño que, en los lugares de trabajo, resguardados en un armario o escondidos en un cajón, las personas atesores frascos, pocillos y cucharas para iniciar la preparación en el instante adecuado.
Además, los lectores más atentos se habrán percatado que también en nuestra ciudad se han multiplicado los lugares donde se puede comprar café al paso, en cualquier momento del día.
Como ocurre con el vino y la cerveza, el café tiene un costado masivo, aunque también hay una dimensión gourmet pensada para gustos más refinados. De lo que no hay dudas es que para unos y otros el poder energizante de la cafeína hace que muchos prefieran comenzar la jornada con su medida de café.
Este hábito, que ayuda a despabilarse y al mismo tiempo a estar en estado de alerta, puede ser beneficioso siempre y cuando no se exceda la cantidad recomendada y se opte por un café de buena calidad. En la siguiente nota, BIEN! repasa algunos de sus beneficios y propiedades.
No es extraño que, en los lugares de trabajo, resguardados, las personas atesores frascos, pocillos y cucharas para iniciar el ritual del café
Más que una infusión
Aunque tomar café sea una práctica extendida, no todos los consumidores están al tanto de la composición de este grano tan provechoso. Lo que la mayoría de nosotros sabemos es que, como su nombre lo indica, tiene cafeína; pero también minerales, como el magnesio, de gran ayuda para los huesos y la función muscular; potasio, que desempeña un papel importante en la presión arterial y vitamina B3, necesaria para liberar energía de los alimentos y para alcanzar un sistema nervioso saludable.
Conviene tener en cuenta que, en su medida adecuada, todos estos componentes producen múltiples aportes a nuestra salud.
Sin ir más lejos, la cafeína bloquea temporalmente la acción de la adenosina, una sustancia química que genera en el organismo la sensación de somnolencia.
Naturalmente, cada persona es diferente y metaboliza los alimentos de distinta manera, pero en general el efecto de la cafeína se inicia apenas se toma la infusión, unos 10 a 15 minutos después de la ingesta, y alcanza su punto máximo pasados los 45 minutos.
Según la opinión de los especialistas, el café es estimulante del sistema nervioso central, nos ayuda a disminuir la fatiga, aumenta el estado de alerta y la concentración. Además, tiene propiedades antioxidantes.
El café también contiene nutrientes que se han relacionado con una mejor función cerebral. Varios estudios han encontrado que beber café todos los días puede ayudar a proteger al cerebro contra el deterioro relacionado con la edad.
El café y el abrigo es una combinación fantástica para pasar el frío.
Regulador
Si bien durante muchos años el café fue considerado como poco beneficioso para las personas con enfermedades cardíacas, estudios recientes modificaron esa percepción.
Una investigación encontró que las personas que consumían café tenían una presión arterial más baja que las que bebían café descafeinado. Además, una revisión de estudios clínicos encontró que beber café podría otorgar protección contra la enfermedad de las arterias coronarias.
La ingesta de hasta 3 tazas diarias de café puede reducir la presión arterial y el riesgo de desarrollar hipertensión, según indican los especialistas.
Raíces
El café es originario de Etiopía, donde se encontraron los primeros cafetos, el árbol del café. Con el tiempo se descubrieron las propiedades de las semillas de su fruto y se lo empezó a consumir masticándolo.
Pasaron muchos años hasta que se convierta en una bebida, gracias a técnicas de maceración. En el siglo XIII, se mejoró el proceso para la obtención de la infusión, poniendo primero a secar los granos al sol para después tostarlos al fuego.
En la actualidad el café tiene cultivo en muchas partes de las zonas tropicales y subtropicales de África, América y Asia.
