Daniel Enz es periodista, escritor. Desde niño sintió algo especial por el periodismo y por los diarios que vendía a los 11 años en su Reconquista natal, en el norte de Santa Fe. En 1981 se radicó en Paraná y comenzó a prestar tareas en EL DIARIO. Es editor de Análisis, conduce los programas de TV Cuestión de fondo y Memoria frágil y el programa radial A quien corresponda. Algunas de sus investigaciones están plasmadas en dieciséis libros, con los que ha obtenido distinciones por su labor
Daniel Enz tiene 61 años, nació en Reconquista, en el norte de la provincia de Santa Fe. Es periodista, y desde niño se sintió atraído por por esta profesión. Fue canillita y mientras vendía el diario de su ciudad, voceaba algún título y comentaba la noticia a viva voz. Sin darse cuenta, “El Ruso”, que a los 11 años visitaba la redacción del diario santafesino, se maravillaba con la teletipo y colaboraba cambiando títulos de la cartelera, estaba descubriendo la pasión por el periodismo. En 1981 se mudó a Paraná para estudiar Ciencias de la Información –que luego pasó a ser Licenciatura en Comunicación Social en la UNER– y a trabajar. Al poco tiempo de establecerse en la capital provincial, comenzó a escribir en EL DIARIO, y tuvo que interrumpir la tarea en 1982 para cumplir con el servicio militar. Pero su olfato periodístico lo mantenía en alerta, y desde la Brigada Aérea brindó detalles a la redacción del matutino sobre el derribamiento de dos aviones en Malvinas. La noticia que publicó EL DIARIO fue primicia nacional y le valió un arresto de 23 días a Enz.
Lleva más de cuarenta años ejerciendo el periodismo, y en diálogo con Bien! aseguró: “El periodismo me ha dado mucho. Si tengo otra vida, elegiría lo mismo”.
–Te radicaste en Paraná en 1981, ¿y qué hiciste?
–Vine para estudiar y laburar, tenía que hacer las dos cosas. Llegué un 28 de enero, y la primera semana de febrero ya había ido a EL DIARIO y me había presentado con Gregorutti (Hugo, quien fuera jefe de Deportes) para ser cronista de lo que fuera. Me presentó Pelito (Rubén) Sarmiento y ahí empecé.
–¿De Deportes pasaste a la sección Política con Guillermo Alfieri?
–Sí, arranqué con fútbol, y después Alfieri (Guillermo) me lleva a hacer política. Él llegó a EL DIARIO el 1 de febrero del 81, a la semana que yo había entrado, ahí nos conocimos. A fines del 82 me empezó a invitar a pasar a su sección, a hacer algo de política. A principios del 83 comencé a cubrir algunos actos clandestinos que había en esa época, aún eran controlados.
–De la mano de Guillermo Alfieri, un gran maestro para muchos periodistas, iniciaste tu camino en el periodismo político…
—Sí, y con Jorge Campos, que era el jefe de la redacción de EL DIARIO en ese momento. Alfieri fue uno de mis grandes maestros, junto con Serroels (Luis María), y Pelito Sarmiento. Después se sumó también Pepe Elinson, eran los del consejo justo.
La colimba y la primicia
En 1982, Enz fue llamado para cumplir con el servicio militar obligatorio en la Brigada Aérea de Paraná, y sólo concurría a la redacción del matutino durante sus francos. Reconoce que de la colimba conserva uno de sus grandes amigos, “Cacho” Faggi. “El Ruso” contó: “Me metieron 23 días de arresto por haber filtrado dos noticias que fueron primicia nacional, que fueron dos de los aviones que cayeron en la guerra de Malvinas. Yo avisé a EL DIARIO con todos los detalles, fue el primer medio del país que lo informó y se armó un quilombo. Me castigaron, me bajaron del avión que llevaba a Trelew a todos mis compañeros”, expresó.
–¿Cómo y cuándo surge Análisis?
–Tuve un empuje de Fernando Sokolowicz, que era el dueño de Página 12. Yo había estado en la corresponsalía de Rosario 12, y me dice: ‘¿Querés abrir Paraná 12?’. Le dije que no, que quería hacer una revista, una revista semanal, y así empezamos en abril del 90.
–¿Cómo se diagramó Análisis?
–En el 85, yo había estado en la revista Ciudad, que la dirigía Miguel Martínez (“El Zurdo”, periodista, escritor y poeta, ya fallecido), donde estaban Serroels, Sarmiento y Elinson, y veía que el gran problema de todas las revistas era que escribían mucho de lo nacional y poco de lo de acá. Yo quería hacer una revista que no sea nacional y que sea todo de acá, y eso fue lo que hicimos.
Siempre fue el objetivo de Análisis contar cosas que el sistema de medios no contaba y que, fundamentalmente, el poder ocultaba, cualquiera fuera el poder, político, gremial, empresarial, eclesiástico. Después empezamos a trabajar temas y a hacer periodismo e investigación todo el tiempo.
–En todos estos años muchos casos terminaron en la justicia.
–Sí, tuvimos una embestida muy fuerte de parte de esos referentes del poder. Creo que habíamos arrancado con Análisis en 1990, y ya en 1993-94 ya habíamos tenido cinco juicios orales con mi abogada, Noemí Berros. Eran escenas fuertes y siempre te pedían penas muy altas. Pero bueno… la justicia siempre nos dio la razón.
Escribir pese a todo
“El objetivo siempre fue generar miedo, temor y que no siguiéramos escribiendo. Pero, hemos seguido a lo largo de los años son los gajes del oficio. Siempre insisto de que por más que haya quienes intentan presionar, doblarte, quebrarte, lo importante es no traicionarte y no traicionar a oyentes, televidentes y lectores”, enfatizó Enz.
–¿El proyecto periodístico de Daniel Enz se queda en Análisis o se viene algo más?
–No, no, -risas-, veo lo que puedo hacer, lo que me da el cuero voy haciendo. Nos vamos asociando o vamos compartiendo ideas, grupos, trabajo. Mientras sigamos en la misma línea y trabajando en libertad y con independencia, todo bien, ese es mi límite. Creo que hemos demostrado que se puede hacer buen periodismo, que sale buena gente, laburadora, y no estoy para torcer mi línea. Si hay algo que me enorgullece mucho es que no me he movido de mi línea periodística, pese a todo. Por ahí van apareciendo proyectos y mi preocupación es ver cómo armar equipos de trabajo. Uno no puede hacer todo, entonces hay que diversificar y hay que generar equipos. Buscar otras generaciones de periodistas, que está más difícil que antes, no es como antes.
También tenemos algunas ideas de trabajar alguna serie, en el proceso de los libros, pero está en carpeta eso.
–¿Qué diferencias observás?
–A la gente, a los chicos les gusta poco escribir. Veo que hay una obsesión por terminar la carrera y trabajar en un lugar del Estado. Son decisiones, pero no van a poder hacer nunca periodismo en una oficina del Estado. Está difícil encontrar jóvenes que sientan el periodismo, pero hay que buscar. Lo importante, es encontrarlo pero está difícil, la gente ha dejado de leer.
–Lo digital acompaña el medio gráfico…
–La web de Análisis sostiene a la revista desde el 2001. Fue la primera web que salió en septiembre del 96, en toda la Mesopotamia. Pero nosotros en el papel es donde más desarrollamos las investigaciones, que no resulta fácil entre los programas, la radio, los niños, -admitió entre risas.
–La web muestra un adelanto de la principal investigación de la edición papel…
–Sí, porque queremos que compren la revista. Además, estoy convencido de que quiero seguir apostando en la gráfica por más que se venda menos. Siento que es como que me cortan la mano si no existe la gráfica, ojalá se pueda revertir en algún momento. Uno va a otros países y ve que lo gráfico perdura y tiene su peso, me refiero a cómo se sigue leyendo en Uruguay o en Paraguay.
–¿Qué cosas te ha dado el periodismo?
–Todo, para mí es todo. Si tengo otra vida elegiría lo mismo, la verdad es que me ha dado mucho. Todo lo que me he planteado, los objetivos los he conseguido, incluso eso de no ceder a las tentaciones y a las ofertas de los medios de Buenos Aires. He tenido muchos ofrecimientos para irme y dije no: ‘Yo quiero hacer periodismo en el interior y demostrar que desde el interior se puede hacer buen periodismo con repercusión nacional’. Todo es mucho esfuerzo, tesón, compromiso y pasión. Lo único que tengo claro es que yo empecé a meterme en el periodismo cuando tenía 11 años. Me di cuenta de eso mucho tiempo después, pero yo jugaba con eso cuando vendía el diario de mi ciudad, al vocearlo. Me levantaba a las cuatro de la mañana y cuando había un título, lo gritaba y lo contaba y veía cómo los trabajadores del frigorífico paraban en la bicicleta para comprarme. De todo eso, me di cuenta 20 años después, del efecto de un título, por eso Análisis siempre se manejó con determinados titulares para crear un impacto. Estaba claro que el periodismo iba a ser lo mío.
El escenario electoral
–Se vienen las elecciones, ¿cómo ves el escenario en la provincia?
–Es muy interesante. Me parece que, si bien aparece una preocupación del oficialismo respecto a la figura de Frigerio y porque las encuesta le dan todas, me parece que va a ser compleja la elección. No va a ser tan fácil para Frigerio y va a ser difícil para Bahl, con el respeto que se merece Galimberti. Pero me parece que Frigerio está un par de puntos más arriba, pero estamos en Argentina y acá puede pasar cualquier cosa. No podemos decir qué va a pasar el mes que viene porque si explota todo a nivel nacional, uno no sabe para dónde van las cosas. Es una elección diferente, está todo muy imprevisible. Más allá de esta decisión del oficialismo de ponerlo a Massa, pero uno ve las peleas, los cortocircuitos que hay en Juntos por el Cambio. A mí me preocupa lo de Milei (Javier) porque me parece una locura. Pero bueno, hoy las encuestas dicen que Milei sería el más votado de la provincia, pero no tiene contrincante. Por eso, me parece que son elecciones diferentes, no tienen comparación con ninguna elección anterior porque tenemos un país diferente e imprevisible. Por ahí los dirigentes opinan que los votantes van a ir para acá o para allá, y me parece que los votantes pueden hacer cosas que van a sorprender a muchos”.
Repercusiones
Entre las investigaciones que ha llevado adelante Daniel Enz y que dieron lugar a dieciséis libros, hubo algunos casos que tuvieron más repercusión que otros. El periodista remarcó: “El caso de las carmelitas descalzas de Nogoyá tuvo mucha repercusión internacional. Los abusos de menores del cura Ilarraz también, y aparece mencionado en la película del Oscar, como uno de los casos más resonantes. Después, tuvo mucha repercusión todo lo que se investigó sobre Alfredo Yabrán; y lo que pasó con Urribarri, el hecho de que un ex gobernador sea condenado fue una cosa fuerte en el país”.
Bio
Nació en Reconquista, provincia de Santa Fe, el 6 de julio de 1962. Es hijo de René Santiago (fallecido) y de Nilda Tanino, de 87 años. Tiene un hermano menor, Darío.
Hijos: Agustina, Ernesto, María Paz (hija de su esposa), Francisca y Dalmiro, de cuatro meses. Está casado con Belén Zavallo.
Su recorrido por los medios: entre otros, Edición 4, Reconquista; EL DIARIO, en la corresponsalía de Clarín, Página 12, la revista El Porteño, hasta llegar a Análisis y a la conducción en TV de Cuestión de fondo y Memoria frágil y el programa radial A quien corresponda.
Ha escrito dieciséis libros, el último, Sicarios de la caja (2022).
Un compañero: Tirso Fiorotto.