domingo , 22 diciembre 2024
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Alergias, una afección cada vez más frecuente

“Más allá de la intervención médica, cada uno de nosotros puede hacer su aporte, si la idea es tener una mejor calidad de vida”. Foto: Juliana Faggi

El polvillo, el polen, y el encierro suelen derivar en estornudos incesantes, a los que muchas veces nos acostumbramos. La primera indicación para contrarrestar los efectos de las alergias es consultar con un especialista para que diagnostique adecuadamente y proponga un eventual tratamiento. 

Si bien la ubicamos bajo una misma denominación, las alergias abarcan un abanico de patologías, que reconocen un mismo origen. La rinitis alérgica, el asma, la dermatitis atópica, la urticaria, las alergias a medicamentos y a alimentos, son algunas de las más comunes. 

Conviene considerar que la reacción alérgica es una respuesta exagerada del organismo frente a una sustancia externa, denominada alérgeno, reconocida como dañina cuando entra en contacto con el sistema inmunológico de personas previamente sensibilizadas, aunque para la población en general resulte inofensiva.

El dato llamativo es que se trata de un fenómeno que va creciendo con los años. Actualmente afecta a la tercera parte de la población mundial y se estima que en 2050 lo padecerá 1 de cada 2 personas.

De hecho, muchos de los síntomas están naturalizados. Sin ir más lejos, 1 de cada 4 personas tiene rinitis alérgica, una enfermedad que se presenta en la nariz a través de un goteo constante, picazón, mocos y estornudos. 

Para mejorar la calidad de vida, siempre es un buen consejo visitar un especialista para que produzca un diagnóstico y disponga el tratamiento adecuado. 

Las condiciones medioambientales potencian la aparición de los síntomas. El caso más concreto se da en las ciudades, por los gases que desprenden los vehículos y la polución industrial. 

Conviene tener en cuenta que los vapores que se desprenden de los caños de escape de los rodados a combustión potencian su impacto al combinarse con el polen. Es por eso que no es raro que sean muchas las personas que tengan un malestar por este motivo. 

Foto: Gustavo Cabral

El entorno

En distintas investigaciones, además de los contaminantes externos comunes, como los productos que queman combustibles para vehículos, también se ha observado contaminación por carbón, por contaminantes de minas de oro y cobre, agroquímicos esparcidos y efectos de las instalaciones de almacenamiento de granos, contaminación petroquímica, y hasta productos de la quema de caña de azúcar.

Los cambios en el clima también tienen su impacto. Concretamente, la extensión de las temporadas de polinización hace que se desencadenen reacciones alérgicas todo el año, que antes se circunscribían a determinadas estaciones.

Como se dijo, ante la presencia de síntomas, la consulta con el especialista es fundamental. Lo primero es saber qué tipo de alergia se tiene. 

Como 1 de cada 4 personas en la Argentina tiene rinitis, pero se estima que sólo la mitad fue diagnosticada, muchas están sin tratamiento y esto produce un impacto fuerte en la calidad de vida. Por eso, la consulta es clave para identificar el origen y abordar un tratamiento adecuado para prevenir los síntomas y la progresión de la enfermedad.

El clima

Más allá de los tratamientos de cada persona, la Organización Mundial de la Alergia señaló que “mitigar los efectos del calentamiento global ayudará a prevenir alergias nuevas o que empeoren los síntomas”, además de “mejorar la calidad del aire”, ya que “disminuirá el padecimiento de alergias respiratorias”.

Aprender sobre la relación entre los humanos y la naturaleza y comprender cómo esa relación afecta tanto la salud de los humanos como de los entornos, que llamamos hogar, puede mejorar la salud de todos.

Lo cierto es que más allá de la intervención médica, cada uno de nosotros puede hacer su aporte, si la idea es tener una mejor calidad de vida. Una sugerencia es evitar el contacto con los alérgenos: polvillo, polen, humedad, gases de los autos.

En el mismo sentido, es primordial controlar los síntomas con los medicamentos apropiados, sugeridos en todos los casos por el alergista.

Otro recurso a nuestro alcance es ventilar las viviendas y lugares de trabajo en períodos cortos: abrir las ventanas mientras se pasa el escobillón o el plumero reducirá el impacto negativo que puede originar el polvillo en suspensión. De igual forma, se sugiere evitar salir a caminar en la mañana, ya que en ese periodo del día es mayor la liberación de pólenes.

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