Si bien hay una disposición nacional vigente desde 2020, Paraná no adhirió a la medida y por tanto no hay control alguno. En Paraná se ve pasar a los conductores, en su mayoría sin casco. En otras ciudades entrerrianas, adhirieron a la norma y ya delinearon algunas actividades para empezar a prevenir e informar a los conductores.
Tal vez porque se trata de un medio de transporte individual, los monopatines eléctricos comenzaron a ser comercializados en nuestro país mientras el mundo enfrentaba la pandemia por Covid 19. Estos vehículos ofrecen pocas medidas de seguridad vial para sus conductores y sus ruedas pequeñas lo exponen ante baches y pozos. A favor, ocupan muy poco espacio, son fácilmente transportables y tienen una mecánica muy sencilla.
Adquirir este medio de movilidad implica una inversión que oscila entre $200.000 y $1.000.000.
Según aseguran los especialistas consultados por EL DIARIO, las ventajas de la movilidad eléctrica radican en “la disminución de la huella de carbono de cada conductor gracias a la eficiencia y la no emisión de gases de los motores; la contribución al descenso de la contaminación sonora en las ciudades y el ahorro para el usuario en mantenimiento del vehículo y combustible”.
Vale la pena consignar que desde 2020 está vigente la disposición 480 de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, organismo dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación. En la norma se establece una serie de condiciones para la circulación en ciudades, de los monopatines y patinetas eléctricas. Allí se indica que pueden circular por calles y avenidas y que sus usuarios deben utilizar obligatoriamente un casco. Además, este tipo de vehículos debe poseer un sistema de frenos, así como iluminación delantera y trasera.
Esta regulación aclara también que “se prohíbe su uso a menores de 16 años” y que “sólo puede circular una persona, sin acompañante”.
La resolución rige para todas aquellas jurisdicciones que se encuentren adheridas a las leyes nacionales nº 24.449, y nº 26.363, y sus normas reglamentarias. En consecuencia, solo en esos lugares será aplicable el régimen de sanciones y faltas establecidas por las mismas.
En la capital provincial se ven cada vez más estos vehículos eléctricos autopropulsados, casi todos manejados por usuarios que no portan casco, pero Paraná no adhirió a la normativa nacional como tampoco lo hizo la Provincia. Sí lo hicieron algunos municipios entrerrianos.
Según informó a EL DIARIO la directora del Registro de Conducir de Paraná, Solange Pohl, “no hay un padrón de monopatines porque no es un medio de movilidad reconocido. Tampoco existe normativa sobre su uso porque la nacional vigente invita a municipios y provincias a adherir, pero ni la ciudad ni la provincia están adheridos, por lo que no hay ningún tipo de control”. No obstante, observó que “al día de hoy no se registra siniestralidad con ese medio de movilidad”.
Expansión
Otra realidad se vive en Cerrito, a 51 km de Paraná. Allí también empezaron a verse los monopatines eléctricos; aunque el municipio lanzó una campaña de concientización e información sobre su uso y circulación.
“Debe haber unos 5 vehículos de este tipo en nuestra ciudad, manejados por jóvenes y algunos adultos que en su mayoría los usan para trasladarse hasta el trabajo”, indicó el responsable de Tránsito de esa localidad, Gerardo Werner, en diálogo con EL DIARIO.
“Si vemos a alguien circulando sin casco o sin luces, lo paramos y aprovechamos para crear conciencia”, comentó el funcionario, al añadir que “estamos en una etapa preventiva”, y que “dentro de un mes, comenzaremos a controlar y sancionar los incumplimientos”.
Luego aclaró que la disposición nacional es de adhesión voluntaria por cada municipio, pero quienes expiden la licencia nacional de conducir, como en su caso, deben hacer cumplir la normativa.
Así como en una hipotética colisión con un automóvil, “se tiene en cuenta el seguro de responsabilidad civil de quien maneja el coche, quien está al frente de los monopatines eléctricos debería contar con un seguro”, explicó.
Crespo es otra localidad cuyo Concejo Deliberante adhirió a la regulación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
La impresión es que esta forma de movilidad se seguirá imponiendo en las ciudades y que, entonces, regular su convivencia en el espacio público es imprescindible, tanto para sus conductores como para el resto de la comunidad, ya sea que se trasladen a pie o en otro vehículo.
