Una ética del cuidado modelada desde la perspectiva feminista incentiva a la Terapia Ocupacional a cuestionar los procesos de estigmatización, la construcción de ciudadanía, y las nuevas formas de subjetividad. Este sustrato alimenta un libro recientemente publicado que recupera voces, experiencias y perspectivas de profesionales argentinas, brasileras, uruguayas y españolas
Motorizados por equipos inquietos, desde hace tiempo, distintos campos disciplinares están siendo conmovidos para que abandonen la perspectiva pragmática y ejerzan el derecho a hacer ciencia en el sentido amplio de la expresión. La propuesta es que se refunden y, desde una creciente autonomía conceptual, renueven su identidad tradicional, más operativa que reflexiva, subsidiaria de otras áreas del saber. El salto cualitativo que procuran no contempla solo la aplicación de recetas o procedimientos preestablecidos sino el despliegue de estrategias que cuestionen, critiquen y propongan nuevos y enriquecedores desafíos.
La Terapia Ocupacional es una de esas disciplinas que está abocada a una profunda revisión. Parte de esos debates están desplegados en De amuletos y artificios, un libro publicado por la Editorial Fundación La Hendija, cuyo subtítulo da cuenta de sus pretensiones: Reflexiones situadas en clave feminista desde Terapia Ocupacional.
Se trata de una veintena de exposiciones escritas en Argentina, Uruguay, Brasil y España, que retoman debates feministas y perspectivas de género en diálogo con terapias ocupacionales en clave plural, diversa y situada. El proyecto editorial se propuso “construir un lugar para las voces propias y las de los sujetos de nuestras prácticas”.
EL DIARIO entrevistó a sus editoras: María Rosa Aussière, Andrea Monzón, Sandra Spampinato y Daniela Testa.
Ante la formulación de un interrogante puntual, no dudaron en declarar que “nuestra propuesta consiste en afirmar y demostrar que el diálogo con críticas emancipadoras y transformadoras es una semilla que sembraron nuestras ancestras y que estamos en tiempo de florecer”.
La primera en hacer uso de la palabra fue Andrea Monzón. “Este libro es un proyecto editorial que nació durante la pandemia, de la necesidad y las ganas de pensar colectivamente”, dijo, al añadir que “la escritura fue casi una excusa para el encuentro, para narrarnos unas con otras; un poco un amuleto para espantar la crudeza de las muertes y el padecimiento que nos trajo la epidemia”.
Algunas de las editoras de De amuletos y artificios, en la presentación del libro, en Buenos Aires
En racimo
La entrevistada quiso destacar el valor de “escribir junto a compañeras de diferentes orillas, compartir experiencias de los sures; de alguna manera, estar más cerca y rescatar la vida en un contexto planetario adverso”.
Ante una consulta, refirió que “el título De Amuletos y Artificios, hace un guiño a la magia y a la fuerza de transformación de una ronda de mujeres en situación de conversación”.
Fue entonces cuando recuperó una parte de la introducción. “El proceso de hechura de este libro, concebido como gesto colectivo, se ha transformado en amuleto. Un tesoro, el encuentro y la potencia de mujeres. Un deseo, un anhelo, un proceso amuleto y este final de recorrido: un libro artificio”. Luego añadió que “por eso, el espíritu que guía De Amuletos y Artificios. Reflexiones situadas en clave feminista desde Terapia Ocupacional, tiene como objetivo contrapesar las narrativas dominantes en nuestro campo disciplinario”.
En ese sentido, explicó que “en primer lugar, procura horadar las miradas androcéntricas y europeas basadas en perspectivas patriarcales y colonizadoras; en segundo lugar, busca desmantelar aquellas tradiciones que han cincelado un perfil fuertemente cristalizado de la terapia ocupacional como una disciplina fragmentada, meramente normalizadora y asistencialista”.
La rueda de intercambios se activó con la participación de Sandra Spampinato. “De Amuletos y Artificios tiene para compartir reflexiones de colegas que retoman debates feministas y perspectivas de género para interpelar sus propios haceres profesionales”, comenzó diciendo, para remarcar que “este libro convida a terapias ocupacionales en clave plural, diversa y situada”. Más adelante, regresó sobre estas consideraciones. “Como decía, las teorías feministas y de los estudios de género llevan décadas y están en expansión; sin embargo, en las prácticas sociosanitarias queda mucho por hacer aún en este sentido”.
De la expresión de Spampinato se desprende que “para comprender lo que este libro pretende analizar resulta esencial advertir que el género normativiza y asigna menor status y poder a lo femenino”. Por otro lado, si bien las articulaciones del género “afectan a todas y todos, sus condicionantes tienen efectos aún más drásticos en las mujeres y disidencias”. De ahí, que “la necesidad de incluir los aportes feministas y la perspectiva de género resuene con intensidad peculiar en un colectivo profesional altamente feminizado”.
Fue allí cuando reflexionó en torno a que “tal vez ese sea uno de sus mayores aportes, sumado al coro de voces que resuena en cada uno de los ensayos, experiencias e investigaciones que se presentan”.
La presencia de las teorías feministas y las perspectivas de género permean de manera cada vez más contundente nuestras prácticas y conceptualizaciones
Perspectivas
A su turno, María Rosa Aussière observó que “las contribuciones de las terapistas ocupacionales no han permanecido indiferentes a los debates contemporáneos”; y que “la presencia de las teorías feministas, de la historia de las mujeres y de las perspectivas de género permean de manera cada vez más contundente nuestras prácticas y conceptualizaciones”.
Para la investigadora, “uno de los propósitos de este libro” es ese: “entrelazar estas visiones con los múltiples aspectos y problemáticas que componen nuestras realidades profesionales para, desde allí, desarrollar prácticas que incorporen críticamente estas dimensiones”.
En ese contexto, Daniela Testa aseguró que no tiene dudas de que “el desarrollo de nuestra profesión va en una dirección cada vez más politizada y comprometida con sus realidades, con la inclusión social, los derechos humanos, la construcción de ciudadanía, la ética del cuidado, los procesos de estigmatización, las nuevas formas de subjetividad y de padecimiento contemporáneos”.
En respuesta a una pregunta, Testa indicó que “por eso decimos que es tan importante recuperar el aporte de aquellos invisibilizados como reflexionar sobre los procesos que zanjaron, cuáles han sido sus contribuciones y quiénes serían merecedores de ser escuchados, difundidos, profundizados; esto es, de constituir la historia”. Para la entrevistada, se trata de dar cobijo a “los otros protagonistas y relatos posibles, además del emanado de los círculos autorizantes, y de cómo construimos otros modos posibles de legitimación entre pares”.
En el ir y venir de pareceres, retomó la palabra María Rosa Aussière. “La matriz patriarcal como una construcción sociohistórica está presente en el mundo social que habitamos”, razón por la cual “la Terapia Ocupacional no puede pensarse alejada o aséptica a tales condiciones”. La coautora fue más allá. “Al contrario, cultivar la conciencia política, ética e histórica implica reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros; que éstas han sido constituidas social e históricamente y que, además, atraviesan el entramado social y se articulan con otras relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y religión”. Por eso, señaló que “es importante hablar desde propuestas feministas y con perspectiva de género en terapia ocupacional”.
Primeros ecos
El interés periodístico se enfocó entonces en las repercusiones. “El libro ha despertado gran interés y alegría”, aseguró Andrea Monzón. “Lo hemos celebrado en presentaciones en la ciudad Paraná y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y recibimos comentarios muy auspiciosos”. La conformación del libro De amuletos y artificios debe hacerse cargo de un desafío sumamente relevante, tal como lo es “desplegar libertades para intentar generar nuevas preguntas y problemas sobre nuestros queridos y tradicionales temas y dar lugar a otros, de modo tal de ensanchar aquello que consideramos específico o pertinente para nuestra profesión, desde la profundidad y la superficie”.
Al hacer memoria, Monzón no dejó pasar por alto que “sortear las dificultades del contexto sociosanitario y económico en el que se gestó el libro fue un desafío, convertido en realidad gracias al trabajo comprometido en red”. En ese sentido, entre sonrisas cómplices, recordó a “las autoras narrando desde España, Brasil y Argentina desde el sur geográfico, epistémico y simbólico”. A ese esmero le agregó el de “la editorial Fundación La Hendija que confió en la idea y generó climas de trabajo empáticos, la ilustradora que captó en la tapa el espíritu del libro y nosotras, como editoras, que abrimos espacios a escrituras no homogeneizadas”.
En representación del equipo concluyó que “ahora ya está en manos de los lectores, y anhelamos que sea inspirador de reflexiones y también de futuras publicaciones”.
Alcances
El terapista ocupacional recibe una formación académica que le permite analizar, seleccionar e instrumentar las ocupaciones de las personas con relación a tres áreas fundamentales (automantenimiento, productividad, esparcimiento) para promover, mantener o recuperar la salud.
Entre sus funciones están la de participar en equipos interdisciplinarios para el diseño, ejecución y evaluación de planes, programas y proyectos de desarrollo comunitario y realizar peritajes referidos a la evaluación de la capacidad funcional psicofísicas de las personas, tendiente a mejorar las posibilidades de autonomía de las mismas para su mejor desarrollo en sociedad.
También están abocados a construir conocimiento con propuestas teóricas y prácticas no sólo del propio campo de estudio sino también de muchos otros.
