El presidente saliente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, y su rival de derecha, el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, dieron ayer los primeros pasos para buscar voluntades que le permitan formar un Gobierno de coalición
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez salió segundo en las elecciones generales del domingo detrás del PP, pero quedó técnicamente más cerca de retener el poder entablando alianzas con otras fuerzas que le permitan tener la mayoría en el Congreso, que se renovó en los comicios y que ahora deberá designar a un nuevo presidente del Gobierno.
Ambos líderes reunieron ayer a sus partidos horas después de la noche electoral para debatir las estrategias y las posibles alianzas, en medio de temores a un posible bloqueo político si es que ni el PSOE ni el PP, aliados con otras fuerzas, logran reunir las bancas necesarias para formar Gobierno, lo que obligaría a repetir los comicios.
REPERCUSIONES DE LAS ELECCIONES. Sánchez festejó el domingo el mejor desempeño electoral que el esperado que tuvo el PSOE, que frustró el escenario más pronosticado por los sondeos: que el PP consiguiera los votos necesarios como para gobernar en alianza con Vox, un partido de extrema derecha nacionalista, antifeminista y euroescéptico, que, además, sufrió una enorme debacle en las elecciones.
“Nos daban por muertos, y aquí estamos”, dijo ayer Sánchez durante una reunión con la cúpula del PSOE en Madrid, según informaron los medios españoles en base a un dirigente socialista no identificado que participó del encuentro.
“España es una democracia parlamentaria, son sus plazos y procedimientos. Esta democracia encontrará la fórmula de la gobernabilidad”, agregó el líder español saliente, de 51 años, que ha estado en el poder desde 2018.
En virtud de la forma de gobierno parlamentaria que tiene España, el poder es ejercido por el partido o la alianza de partidos que logre mayoría en la Cámara de Diputados, es decir, 176 bancas sobre el total de 350.
RESULTADOS QUE CONDICIONAN. El PP obtuvo 136 bancas, 47 más que en el Congreso saliente. Vox, que salió tercero, sumó 33 bancas, 19 menos que en las elecciones de 2019. Juntos, sumarían 169 escaños, lejos de la mayoría.
El PSOE sacó 122 bancas, dos más que en la legislatura anterior, en la que gobernó en una alianza formal con el partido de izquierda Unidas Podemos y el apoyo circunstancial de partidos regionalistas.
El nuevo bloque de izquierda Sumar, que absorbió a Unidas Podemos, sacó 31 bancas. Junto al PSOE, tendrían 153 escaños.
Sánchez podría estirar esto a 172 bancas si logra el apoyo de partidos como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que obtuvo siete escaños, el vasco EH Bildu que se quedó con seis; el partido Nacionalista Vasco, con cinco, y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), con una.
EL NUEVO CONGRESO. Asumirá en poco menos de un mes. El rey Felipe VI deberá proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno, que en una primera “votación de investidura” debería lograr el apoyo de la mayoría absoluta de los diputados para ser ratificado en el cargo.
De lo contrario, podrá someterse a una segunda votación 48 horas más tarde, en la que necesitará solo una mayoría simple para convertirse en primer ministro.
PROYECCIONES. Mientras que no parece haber chances aritméticas de una investidura de Núñez Feijóo, el líder Sánchez podría ser investido en una segunda votación con los apoyos previstos de sus aliados regionalistas y la abstención del partido independentista catalán Junts per Catalunya (JxC).
JxC exige un referéndum de independencia de Cataluña, y su vocera en el Congreso y principal candidata en los comicios, Miriam Nogueras, dijo ayer que el partido no hará presidente a Sánchez “a cambio de nada”.
De todos modos, Sumar movió ficha y anunció ayer que ya encargó a uno de sus antiguos dirigentes en Cataluña iniciar las negociaciones con JxC para “explorar todas las vías de acuerdo”.
Por su parte, Feijoó, ante la plana mayor del PP en Madrid, anunció hoy haber comenzado consultas con cinco partidos potencialmente aliados, al tiempo que hizo su primer mea culpa tras las elecciones, a las que llegaba como gran favorito en los sondeos.
“Con la misma intensidad con la que fallaron las encuestas, no hemos alcanzado las expectativas”, dijo el líder “popular”, de 61 años.
“No podemos permitir que los españoles queden atrapados ni en bloques ni en bloqueos”, agregó, informó la agencia de noticias española Europa Press.
MÁS REPERCUSIONES. Vox, en tanto, evitó hacer autocrítica del resultado obtenido en las elecciones y le achacó al PP toda la responsabilidad.
“La campaña al voto útil ha resultado el voto más inútil. Solo ha servido para truncar la alternativa y el cambio de rumbo que merece la nación y los españoles”, dijo el secretario general de Vox, Ignacio Garriga.
Núñez Feijóo centró su campaña en lo que describía como falta de integridad de Sánchez, a quien acusaba de mentir a los españoles.
El PSOE, en cambio, tuvo como principal táctica atizar los temores a la llegada de Vox al poder de la mano del PP, lo que hubiera marcado el retorno de la ultraderecha al Gobierno español por primera vez desde la muerte de Francisco Franco tras casi 40 años de dictadura, en 1975.
DATO
El 17 de agosto se elige la mesa de autoridades del nuevo Congreso, incluido a su presidente, que es la tercera autoridad del Estado y detenta una potestad clave, ya que es la que define los tiempos parlamentarios, el orden en que se tratan las leyes, y otros aspectos.