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Las polémicas de Bavio, educador y político

Ubicada en la intersección de calles Bavio y Libertad, la Escuela Nº6 recuerda en Paraná al ilustre educador. El centenario edificio posee una singular arquitectura que lo distingue.
Activo educador y figura relevante del panorama político entrerriano a fines del siglo XIX, Ernesto Bavio luchó decididamente por la educación pública, Laica, y obligatoria. El apego a sus convicciones lo llevó a polemizar con otros referentes, como Manuel Antequeda. Falleció en plena celebración del Centenario de la Independencia, el 24 de julio de 1916

El 24 de julio de 1916 fallecía en Buenos Aires el “distinguido profesor Ernesto A. Bavio”, tal como informaba entonces el diario paranaense El Entre Ríos. Había sido un activo educador y uno de los artífices de la institucionalización de la educación entrerriana además de un enérgico polemista que mantuvo fuertes debates con Manuel Antequeda, otro referente del campo educativo.

El periódico citado expresa en la necrológica: “El magisterio argentino está de luto con la desaparición de uno de sus más activos miembros, que durante diez lustros se dio por entero al desempeño de su misión altruista, ya en la cátedra, ya en otros cargos que se le confiaron, escribiendo al mismo tiempo varias obras de texto.”

A partir de la reforma constitucional de 1883 y durante la gobernación de Eduardo Racedo, en el período 1883-1887, se jerarquizó el sistema educativo en la provincia, con la creación del Consejo General de Educación que tuvo a  Bavio como su primer presidente, desde 1887 hasta 1896. En ese período, el educador luchó decididamente por establecer la educación pública, laica y obligatoria en consonacia la Ley Nacional 1.420. Creó también el Boletín de Educación, importante instrumento para la capacitación docente. 


Ernesto Bavio, figura de la educación entrerriana del siglo XIX.

Las polémicas de Bavio

Los propósitos de argentinizar los contenidos educativos e integrar a las numerosas colectividades de inmigrantes originaron no pocos desencuentros con las comunidades alemanas y judías en Entre Ríos. Es que esos grupos se resistían a incorporar el castellano como lengua oficial en el desarrollo de las clases. Estos conflictos se desataron en la última década del siglo XIX y se reiteraron en la siguiente década durante la gestión del director General de Escuelas Manuel Antequeda (1904-1914) cuando Ernesto Bavio ejercía como inspector de escuelas del gobierno nacional.

Luego de una recorrida de inspección por escuelas de las colonias de la provincia, en 1908, Bavio redactó un duro informe que molestó a Antequeda y originó un intercambio poco amable entre ambos funcionarios.

Bavio señaló que en las escuelas de las “aldeas rusas situadas en el departamento Diamante (…) experimenté una penosa decepción al ver que en esas ‘colonias’ todo está como hace catorce años, en materia de instrucción pública.”

Y agregaba, en relación al idioma en las clases, que “en las escuelas de las aldeas ruso-alemanas la enseñanza que se trasmite es en su letra y en su espíritu exclusivamente extrajera.”

El texto era contundente: “No se habla en ellas una sola palabraen idioma castellano, siendo así que en este ramo debe ocupar el lugar más importante del programa.”

Se refiere asimismo al libro de lectura que “debe ser el elemento más eficiente de nacionalización y patriotismo”, pero que “está impreso en alemán y los temas en él tratado son por completo extraños a nuestro país.”


El informe realizado por Bavio sobre las escuelas en colonias alemanas y judías en Entre Ríos desató una áspera polémica con Manuel Antequeda.

Luego agregaba que “si el lenguaje, si la lectura y la escritura es dada en idioma extranjero es claro que lo propio sucede con la geografía, aritmética y demás ramos.”

Advierte el inspector que en las aulas hay mapas de Alemania y ninguno de la Argentina. “Nada nos recordaba allí que estuviéramos en escuelas argentinas: parecía aquél un pedazo de territorio conquistado.”

En su informe compartió observaciones realizadas en las escuelas de las colonías judías que “es todavía peor, pues los colonos son más cerrados y excluyentes: allí toda la enseñanza trasmitida en las escuelas, absolutamente toda, es en hebreo y no hay más libro que la Biblia.”

Observó asimismo en el texto que “las colonias judías pertenecen a una gran compañía con asiento en el extranjero, propietaria de la tierra y de ‘sus judíos’, representada por una administración local que monopoliza los servicios, hasta el de la educación, pues ella es la que organiza las escuelas, que designa el personal y lo que es increíble, las hace subvencionar por el gobierno de la Provincia (…)”.

La respuesta de Antequeda

La respuesta del director de escuelas de Entre Ríos no se hizo esperar. Cabe advertir que la Constitución Nacional dispone que es facultad y responsablidad de las provincias la educación primaria. 

“Los señores inspectores nacionales parecen ignorar -escribe Antequeda en un publicación bajo el título Breve exposición de las escuelas ruso-alemanas e israelitas- que en la República Argentina pueden funcionar escuelas en que se enseñe cualquier lengua del mundo y cualquiera religión, dando enseñanza en griego, inglés, alemán, caldeo, hebreo, esperanto, etc. (…)”, ironizó Manuel Antequeda.

Y agregó: “No discutiremos si hay conveniencia o no en que los hechos ocurran así; pero es es la ley, que deben respetar hasta los patriotas inspectores susodichos.”

En su informe destacó que “en pocos años, sin clausurar escuelas extrajeras particulares, sin leyes ni reglamentos prohibitivos y sin recurrir a otros medios, que sostener buenas escuelas; lenta, pero seguramente, la escuela pública argentina fue desalojando a la similar extranjera: simple cumplimiento de una ley económica por la cual la moneda sana desaloja a la mala moneda.

Finalmente argumentó que “los referidos funcionarios han visto todo el peligro en las escuelas de las colonias israelitas y rusas; y aún cuando nos bastarían cuatro renglones de estadística para reducir las briosas declaraciones de los patrióticos Inspectores, a lo que son en realidad, simples ditirambos, creo deber extenderme por cuanto, sin saberlo ellos siquiera, han provocado una cuestión del mayor interés y de tanta gravedad, que a tener conciencia de ella tal vez hubiesen observado mayor prudencia.”

La polémica tuvo su repercusión en la prensa que finalmente influyó en la reforma constitucional de 1908 que resolvió explicitar que la educación común debía ser de carácter esencialmente nacional. Además restituyó el Consejo General de Educación que había sido anulado en la reforma de 1903. La nueva conformación colegiada del gobierno de la educación, aún bajo la presidencia de Antequeda, dispuso hacer cumplir a las escuelas israelitas y rusas (alemanes del Volga) la enseñanza primaria obligatoria en lengua castellana, la conformación de una biblioteca infantil de autores argentinios, la colocación de cuadros de personalidades históricas nacionales y la obligación de izar la bandera argentina los domingos y días festivos.

Para seguir leyendo

– Breve exposición sobre las escuelas ruso alemanas e israelitas. Escuelas Nacionales (Ley Lainez) de la provincia de Entre Ríos (1909). Disponible en la biblioteca del Archivo General de Entre Ríos.

– Más temas sobre nuestra región en historiasdelasolapa.blogspot.com

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