Lo inesperado de la cobardía como acierto. Cuando la pretensión de acabar un problema de raíz no necesariamente reviste valentía cabe la pregunta sobre su opuesto. La película Cake (2014) arriesga que recetas para el éxito hay de a montones, pero algo sustancial resiste en la cobardía si habilita animarse a ver qué hay tras ella
En los setenta, basado en pinturas de Chagall, Silvio Rodríguez dio a luz una canción monumental llamada Óleo de mujer con sombrero narrando desde su perspectiva las desdichas de la falta de decisión y el desperdicio del no asumir en el amor (… amor es una palabra grande y abarcativa). Habla de la cobardía como un asunto de los hombres y no de los amantes en su modo radical de ver la cobardía como ausencia de valor, determinación o voluntad para actuar ante el riesgo. Algo de eso pasa en Cake (Torta, Pastel), una comedia negra dramática, estadounidense que planta bandera en los matices de la cobardía, la ira y el coraje dudoso o encubridor y distintas maneras de transitar un duelo, lo cual es de lo más propio de la humanidad.
Aconteceres
Claire es una mujer que vive con dolor crónico. A razón de ello lleva realizando una batería de estrategias con la intención de recomponer su vida. Con resultados escasos hace hidroterapia, consume cantidades de medicamentos y calmantes, participa de un grupo de autoayuda. Con la pérdida de Nina, una de las participantes, todo el grupo inicia un diálogo para transitar la situación pero Claire adopta actitudes pasivo agresivas y es expulsada. A partir de allí, la figura de Nina se vuelve recurrente en sus pensamientos (y casi una obsesión) con la necesidad de entender su muerte, pero al mismo tiempo su propia vida y sus heridas, entrando en escena el viudo y el hijo que ésta tenía. Claire está divorciada pero ha hecho de su casa matrimonial su fortín. Allí, Silvana trabaja de empleada doméstica desde años atrás y suele exceder los límites de su oficio por un afán de cuidado y protección respecto de Claire, situación por la cual recibe constantes críticas de su propia familia al regresar a casa. Hay entre ambas un implícito ida y vuelta de entre casa en el que ambas saben lo que saben y en el cual Silvana arriesga, ante la dolida e iracunda Claire, algunas situaciones que resultan disparadores de cambios. A fin de cuentas, la protagonista cede a preguntarse qué tanto quiere lo que quiere y si las decisiones son asumidas o lo que toca nomás.
El modo de narrar
El diseño de producción cuenta con un elenco de buen renombre puesto al servicio de la actuación principal de Aniston en el papel de Claire, una figura que se sirve de la textura de una piel cansada y sus cicatrices. Lo novedoso de este largometraje ficcional es presentar a la actriz consagrada por Hollywood, especialmente, en personajes cándidos, radiantes e inocentes de comedias y dramas románticos (entre los que destacan la serie Friends y unas cuantas con Adam Sandler, aunque también haya trabajado terror y suspenso) en un protagónico ya maduro, áspero, reticente y más complejo. La trama parece estar pensada para este destacado rotundo. La acompañan Adriana Barraza (Silvana) que marcó su impronta en Babel, Amores perros, CSI, Arrástrame al infierno; Ana Kendrick (Nina) que hizo lo propio en la Saga Crepúsculo, Notas perfectas, Trolls y Sam Worthington que protagonizó Avatar, Fractura, La cabaña. La narrativa es simple sin músicas de relleno, a veces cruda, sin remilgos ni efectos especiales y va desanudando traumas del pasado reciente (por el momento del duelo) que dan sentido al estado de Claire y desteje un proceso en que ella reflexiona sobre su propósito, padece pero no define y descarga por la ira y la defensiva. La película pone foco en la encarnación del padecimiento, los modos curiosos de transitarlo y el rol fundamental de los otros, tanto de las presencias constantes y resilientes en el acompañamiento como las ocasionales empáticas. Ante la aparición intrusiva de la posibilidad de una salida trágica como arrojo, la pretendida cobardía enmascara un atisbo de esperanza, de rechazo a la imposibilidad, de replanteo sobre las recetas y cómo se hacen cuerpo-experiencia.
Bocadito al cierre
Hay algo en la torta de cumpleaños a la que alude el título que condensa hitos de aceptación y crisálida delicadamente cuidados e imprevistos. En su significado se cuecen recetas, supuestos, apropiación, deseos, dolor y metamorfosis.
La mujer con sombrero (la de Chagall o la de Rodríguez) que pudiera resultar algo distante, esquiva, dislocada de su pasión hace de algún modo huella en la mujer que Claire representa y transforma.
FICHA TÉCNICA
Cake
Género: Drama, Comedia negra, Cine independiente
Dirección: Daniel Barnz
Guión: Patrick Tobin
Año y país: 2014, Estados Unidos
Duración: 102 minutos
Plataforma: Prime Video
la pretendida cobardía enmascara un atisbo de esperanza, de rechazo a la imposibilidad, de replanteo sobre las recetas y cómo se hacen cuerpo-experiencia
Victoria Elizalde, para revista Bien!