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El combate de Costa Brava

El Museo Regional de La Paz conserva testimonios del combate. Entre las piezas está el mástil de un buque, cadenas y piezas de artillería.
El 15 de agosto de 1842, al norte de La Paz, durante el período que Juan Manuel de Rosas estuvo al frente de la Confederación Argentina, buques comandados por Guillermo Brown derrotaron a la flotilla del gobierno de Montevideo, que en complicidad con Francia e Inglaterra querían imponer la apertura indiscriminada de la navegación por el Paraná.

El 15 de agosto de 1842,  aconteció el combate de Costa Brava. Fue en las cercanías de la isla Curuzú Chalí, al noreste de la ciudad de La Paz. Esa jornada las fuerzas del almirante Guillermo Brown derrotaron a la flotilla del gobierno de Montevideo que estaba en complicidad con las potencias colonialistas de Francia e Inglaterra.

Desde la asunción de Juan Manuel de Rosas en el poder de la Confederación Argentina, en 1835, y los obstáculos que impuso a la libre navegación del río Paraná, tanto Gran Bretaña como Francia intentaron por todos los medios imponer la apertura indiscriminada de la circulación de buques por esa vía fluvial.

A esta medida restrictiva de la navegación, se agregó una Ley de Aduanas de característica proteccionistas y la estatización del Banco Nacional -en realidad un banco manejado por comerciantes ingleses para administrar el dañoso empréstito con la Baring Brothers- que se convirtió en la Casa de la Moneda de la provincia de Buenos Aires.

Cabe citar que años antes la diplomacia británica había conseguido internacionalizar el río Uruguay en el marco de las negociaciones con el Brasil, al finalizar el conflicto con la Confederación -la guerra con el Brasil-, con la creación de la República Oriental del Uruguay. Una vez que lograron ese propósito, los británicos pretendían conseguir algo similar en el Paraná.

El centro de operaciones de la conspiración se instaló en Montevideo. La ciudad estaba gobernada por Fructuoso Rivera y allí se exiliaban los emigrados de Buenos Aires y operaban agentes de las potencias europeas y del imperio del Brasil.

La Nueva Troya, como la había caracterizado el escritor de folletines francés Alejandro Dumas, estaba sitiada por fuerzas de la Confederación a cargo de Manuel Oribe por tierra y el almirante Guillermo Brown, al mando de la flota, por mar.

En 1838 estalló en la República Oriental del Uruguay la llamada Guerra Grande, conflicto que se prolongaría hasta 1851. En sus primeros enfrentamientos en esa contienda la escuadra de la Confederación derrotó a las fuerzas navales del gobierno de Montevideo comandadas por el inglés John Halstead Coe.

En 1841 llegó al  Uruguay el mercenario Italiano Giussepe Garibaldi que venía de participar de la guerra farroupilha entre la república separatista de Río Grande do Sul y el Imperio del Brasil. En 1842 el gobierno de Montevideo – a cargo de Rivera – lo designó al frente de su flota para sustituir al fracasado comandante Coe.

El italiano, al mando de la flota oriental, inició una campaña de hostigamiento y saqueos a las poblaciones costeras del río Paraná dando inicio a la denominada históricamente como Guerra del Paraná (1842-1846).

Al mando de las fuerzas de la Confederación Argentina, el Almirante Guillermo Brown venció a la escuadrilla de Montevideo, comandada por Garibaldi.

COSTA BRAVA

La expedición comandada por Garibaldi consiguió desplazarse por el Paraná río arriba y al llegar a la actual capital entrerriana, conocida como la Bajada por esa época, la hostigó con disparos y continuó su derrotero hacia el norte. Hoy una plaza de Paraná luce un busto del condottieri.

Pisándole los talones, o las popas, venía el almirante Brown. El 15 de agosto 1842, en el límite de la provincia de Entre Ríos con Corrientes, al sur de Esquina, en  un sitio conocido como Costa Brava en los alrededores de la isla Curuzú Chalí, un banco de arena detuvo a la escuadrilla de Garibaldi.

Se inició un combate naval y terrestre. Las fuerzas orientales fueron superadas por las que conducía Brown. El italiano intentó incendiar los barcos de la Confederación lanzando varias naves cargadas de combustible para hacerlos explotar, pero las embarcaciones fueron abordadas y desviadas.

Fracasado su plan Garibaldi dio la orden de volar sus barcos para no entregárselos a Brown. Para ello dispuso que se los rociara con aguardiente para luego prenderles fuego. La versión tradicional dice que la tripulación comenzó a beber los licores esparcidos y se embriagaron a punto tal que quedaron imposibilitados de moverse y murieron al explotar las santabárbaras.

Ya rendidos los orientales, Garibaldi escapó y muchos marinos argentinos quisieron seguirlo para tomarlo prisionero pero Brown dio la orden de dejarlo ir con el argumento que “ese gringo es un valiente”.

TROPELÍAS EN ENTRE RÍOS

Garibaldi retornó a Montevideo en 1843 y organizó una nueva unidad militar integrada por mercenarios denominada La Legión Italiana e inició una nueva campaña de hostigamiento. Fue puesto a cargo de la flotilla de embarcaciones que habían sido capturadas por los franceses e ingleses al almirante Brown y ocupó Colonia del Sacramento, atacó y se apoderó de la isla Martín García y avanzó por el Uruguay. El 20 de setiembre la escuadrilla, formada por cinco buques de cruz y catorce lanchones y balleneras, atacó Gualeguaychú y la saqueó durante dos días. Fueron asaltados 31 establecimientos comerciales y numerosas casas de familia. Los más perjudicados fueron comerciantes españoles, sardos, portugueses y franceses. El “gringo valiente” se llevó un botín calculado en 30.000 libras esterlinas.

Garibaldi ya había conocido Entre Ríos cuando participaba en los entreveros de Río Grande y escapando rumbo al Río de la Plata fue herido y apresado en el Paraná Ibicuy, y trasladado a Gualeguay. El gobernador de la provincia, Pascual Echagüe, ordenó que se le diera el pueblo por cárcel y puso a disposición de éste a su médico. Meses después intentó escapar pero no lo logró y finalmente el propio gobernador ordenó liberarlo.

Tras la batalla de Costa Brava continuaron las agresiones de los imperios colonialistas en el marco de la Guerra del Paraná que incluyó los combates de la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845, los dos de Tonelero en 1846 y en ese mismo año los enfrentamientos en San Lorenzo y Punta Quebracho. Mencionamos estos acontecimientos para enmarcarlos en un contexto que en muchas historias se omite cuando se recuerda el combate de Obligado como un enfrentamiento de escasa relevancia.

Para seguir leyendo

– Rivas, H. “Batalla de Costa Brava, primer episodio de la Guerra del Paraná”, en Revista Ramos Generales Nº 10 verano 2021/2022, disponible en https://www.calameo.com/books/0065640162d54e7dda636

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