El especialista Germán Heinzenknecht llevó tranquilidad a los productores y transmitió un mensaje esperanzador de cara a la próxima campaña de granos gruesos. El aporte extra de agua va a estar cuando se defina el maíz en noviembre/diciembre. “El agua va a estar, las reservas de humedad en los suelos van a estar”, vaticinó.
Danilo Lima
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Después de tres años consecutivos de sequía, incluida la última, demoledora, cuyos efectos todavía se sienten en los bolsillos de los productores –y del Estado, su socio involuntario–, la campaña de granos gruesos 2023/24 está precedida por pronósticos optimistas, al menos desde el punto de vista climático, porque, según adelantan los especialistas, en este segundo semestre el agua no faltará. De confirmarse estos vaticinios, la soja, y, sobre todo, el maíz, estarán agradecidos.
El licenciado en Meteorología Germán Heinzenknecht –durante una charla realizada en la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, organizada por la entidad anfitriona junto a la Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos y el Centro de Acopiadores de Granos de Entre Ríos–, en este sentido, dejó un mensaje esperanzador para los productores entrerrianos que ya comenzaron a planificar la campaña gruesa. “El agua va a estar, las reservas de humedad en los suelos van a estar”, remarcó.
Cambio de tendencia
Este 2023, según el análisis del especialista de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA), es antagónico respecto de lo vivido en 2022 y los primeros meses de este año en materia climática porque hubo un cambio muy significativo.
“Después de aquellas olas de calor durísimas que se dieron a principios de marzo, con temperaturas récord, las lluvias empezaron a evolucionar, no en todo el país, pero sí en la franja este, fundamentalmente en Entre Ríos. En abril hubo un retroceso, pero el final de mayo fue un momento clave, un momento bisagra”, explicó Heinzenknecht, y Entre Ríos “se puso muy bien”, dado que fue una de las zonas del país que mejor nivel de lluvias recibió.
La provincia superó los 250 milímetros en gran parte de su territorio, que se sumaron a lo que había llovido a finales de marzo y lo poco de abril, con lo que prácticamente se equilibró el volumen de agua del otoño.
“Si bien no alcanzó a satisfacer lo que habíamos perdido en la sequía, emparejó hacia arriba las reservas de humedad y dejó condiciones muy favorables como para que los granos finos se pudieran sembrar sin problemas”, agregó Heinzenknecht.
Siguió un mes de junio relativamente seco –que favoreció a los productores porque pudieron trabajar tranquilos en la siembra del trigo–, y llegó julio con lluvias relativamente favorables –un poco menos sobre los departamentos Paraná, Diamante y Victoria–, pero que sirvieron para mantener las reservas.
El corriente agosto, en tanto, muestra algún faltante de agua y esta circunstancia hace que los productores se pongan un poco nerviosos.
Tranquilidad
Heinzenknecht, sin embargo, quiso llevarles tranquilidad a los productores porque este faltante “es coyuntural” y “no se trata de una falta de agua instalada que nos lleve a pensar en un semestre complicado, como sucedió el año pasado”.
A propósito: el especialista consideró que la seca del año pasado fue “muy inusual” y “es muy improbable que se repita en los próximos años. Tener tres eventos Niña consecutivos es algo que en las estadísticas se encuentra dos o tres veces en los últimos 70 años, y, lamentablemente la campaña 2022/23 fue la peor de la historia”.
El cultivo clave de Entre Ríos
Con relación al maíz, el cultivo clave de la provincia porque es convertido en carne avícola, porcina y vacuna, Heinzenknecht estimó que para la época de la implantación la humedad estará garantizada.
El productor maicero, admitió, “puede estar un poco nervioso porque sabe que necesita, sí o sí, una lluvia de 20-30 milímetros para emparejar hacia arriba las reservas, que no están mal pero les falta un poco”.
– ¿Hay posibilidades de un evento Niño?
– Estos próximos días no tendremos novedades de precipitaciones, pero sí las habrá en la transición. Entre la última parte de agosto y el comienzo de septiembre va a venir agua y ahí creo que va a empezar la primera remontada de las precipitaciones, aunque no asociada al fenómeno de El Niño que todavía no está, digamos, acoplado a la circulación atmosférica y afectando la oferta de agua.
– ¿Lloverá cuando el maíz temprano atraviese el período crítico que es cuando se define el rendimiento?
– El fenómeno de El Niño siempre genera un feedback positivo sobre las lluvias, genera un aporte extra. Ese aporte extra, justamente, va a estar cuando se defina el maíz en noviembre/diciembre.
Septiembre va a tender a mejorar y el agua va a estar, las reservas van a estar. A finales de septiembre y en octubre vamos a entrar en un ciclo mucho más positivo de precipitaciones y ese es el momento en que la campaña va a despegar.
Monitoreos
Heinzenknecht, no obstante, señaló que cada productor deberá ir monitoreando su lote para saber qué estrategia agronómica utilizar, de acuerdo a cómo estén las reservas de humedad, pero “creo que tenemos elementos como para confiar en que la campaña va a ser muy buena para el maíz. Y si sale bien para maíz, creo que a finales de octubre y principios de noviembre, la soja va a estar para largar sin mayores problemas”.
– A sembrar tranquilos, entonces.
– Hay que animarse a sembrar tranquilos. Puede haber algunos sobresaltos, pero la volatilidad del clima es natural, digamos.
Hay, sin embargo, un contexto de fondo que avala ser mucho más optimistas en esta campaña. Siempre el fenómeno de El Niño da ese piso de lluvias que, obviamente, nos quita La Niña.
Los tres datos clave
• Las lluvias tienen mayor probabilidad de mostrar un comportamiento dentro de los valores normales o corrimientos algo positivos. Estas perspectivas tienden a afianzarse avanzando sobre la primavera.
• Se espera que el tránsito de lo que resta de agosto se mantenga con temperaturas moderadas, con una tendencia positiva para el semestre cálido pero no con el rigor de la campaña pasado.
• Hay bajo riesgo de heladas tardías.