La plasticidad del cuerpo humano caligrafiando el espacio se conjuga, en el flamenco, con la profunda belleza del cante jondo. Desde tiempos ancestrales, la danza y la voz son vehículos para expresar el pulso primordial del sentimiento humano. El simbolismo de la poesía evoca la pasión y el dolor -expresadas en el enérgico taconeo sobre el tablao y las palmas que acompañan la entonación- en la cadencia musical andaluza con raíces sonoras árabes. Todo ello llegó a través del Cuerpo de Baile de la Sociedad Española de Paraná y el conjunto musical El Zaguán, en una velada que tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Entre Ríos.