Sincerar claroscuros de maternidad. La maternidad encierra un sinfín de significados, apuestas, incógnitas, satisfacciones, desaciertos y frustraciones. Tantos como madres e hijos haya. El metraje La Hija Oscura sostiene como premisa, en sus claroscuros, la complejidad del lazo y que hay pliegues que el sentido común no llega a explicar.
Victoria Elizalde / [email protected]
Es difícil hablar de la maternidad como una cosa generalizada sin confundir hacia donde se apunta más allá del nexo biológico. En las sociedades occidentales el rol de la madre ha sido por largo tiempo un punto nodal en reconstrucción con ensayos e intentos, derrumbes y nuevas hipótesis. La reconocida actriz (y madre) Maggie Gyllenhaal realiza sus primeros pasos como directora con su ópera prima The Lost Daughter (2021), donde se propone retratar historias silenciadas y de algún modo poner en valor fuertes claroscuros de la maternidad, en este caso una que es ficción pero relata conflictos reales no para sentenciar maneras sino para poder hablar sobre ellas.
Historia de una madre
Leda Caruso (Olivia Colman) es una profesora de literatura comparada ya lindando sus cincuenta. Vacaciona por su cuenta en una playa griega de bajo perfil. Al tiempo que toma sol y descansa, lee y escribe. A la brevedad esa aparente paz se ve interrumpida por la llegada de una gran familia de bañistas que pretende apropiarse del lugar pero Leda no está dispuesta a ceder algo que es para todos, que le corresponde. Esto resulta un problema que la persigue durante todas sus vacaciones, ya que la familia mencionada tiene historial de violencias, negociados y mafia.
Tres mujeres se encuentran en este escenario: Callie (Dagmara Dominczyk) espera un bebé y presume tener todas las certezas; Nina (Dakota Johnson) es la joven mamá de Elena (una niña de 6 años) que transmite una imagen amorosa y descontracturada pero con un dejo de incógnita y Leda que, a la distancia, tiene dos hijas mayores de veinte y comienza a reencontrarse con sus propias decisiones del pasado al cruzarse con estas dos madres en la playa. En un momento, Elena (Athena Martin Anderson) se pierde, Leda la halla pero la muñeca de la niña desaparece y se desata un conflicto. Prontamente, se empiezan a aglutinar rivalidades y simpatías entre los personajes para lo cual una futura madre, una madre actual y una bajo cuestión se vuelven figuras entrañables, taimadas, viscerales. Nina y Leda estrechan relación y logran confiarse sus mayores miedos hasta que las inseguridades y egoísmos de ambas detonan por los más reactivos mecanismos de defensa humana sellando el final.
Sincerar ciertos claroscuros de maternidad no condena a petrificarse allí
Sentidos en el nombre
Originalmente la película, que se titula en Inglés The Lost Daughter (en Español “La hija perdida”), está basada en la novela La Figlia Oscura de la escritora Elena Ferrante (un seudónimo presuntamente confirmado de la novelista y traductora italiana, Anita Raja, aunque otras versiones sostienen que al menos cuatro autores han publicado bajo el mismo, interconectados o no).
El doblaje latino conserva la línea editorial de la novela y titula La Hija Oscura, por lo cual el juego de significados está abierto desde el inicio. Por un lado, y sin perderlo, la producción estadounidense-británico-israelí se corre un poco de cierto compromiso tácito, literal, con la obra escrita y planta bandera entre los sentidos de lo perdido y del perder o perderse… cosas que suceden literal y metafóricamente en un amplio espectro durante la película. Pero el doblaje retoma la idea de oscuridad planteada por la autora (donde también es fácil perderse).
Poética de los grises
Maggie Gyllenhaal cuenta en una entrevista que en sus quince años de maternidad ha sido enorme el espectro de sentimientos entre alegría y una gran conexión sin precedentes, pero también con momentos de verdadero terror y ansiedad. Se lanzó a dirigir el largometraje porque la historia original la conmovió, escribió un guion que revisó con la novelista quien puso como condición que Maggie dirigiera, ya que no habría imaginado encargar a una mirada masculina tradicional la interpretación audiovisual de su obra.
es ficción pero relata conflictos reales no para sentenciar maneras sino para poder hablar sobre ellas
La película tiene una atmósfera de día nublado, muy sobria pero con amplia escala de “grises” generando microclimas delicados y profundos. Ostenta escasos diálogos y hermosas pausas que redondean las incógnitas esmeriladas. Las acciones y reacciones, los gestos, casi siempre dicen más que las líneas habladas. La realidad de Leda se constituye en un vaivén del presente al pasado sin efectos visuales estrafalarios, por corte directo y funciona muy bien. Habilita tanta empatía la Leda (Jessie Buckley) -joven madre- del pasado como habilita confusión la Leda del presente (y empatía también). Una Leda madura y a veces perdida, encontrada, vuelta a perder (mismo que pasa con Nina, en la cual ella cree verse reflejada y en cuya metáfora sin querer trata de resolver sus propios conflictos del pasado). Sin perder jamás de vista las contrariedades de la mujer, lo femenino, la maternidad, Gyllenhaal encuadra pequeñas metáforas, como códigos dentro del film, objetos simbólicos y cargados de estadios que (en una naranja, un helado, una playa, la desaparición de una niña) instituyen la ternura, lo singular y peculiar de cada lazo madre-hija, la negación, la postergación, el deseo, la dificultad de asimilar y sintetizar la limitación propia.
El final es abierto y simbólico albergando varias hipótesis según cada espectador, pero probablemente éstas no cambien la potencia de la historia contada.
Como acuerdan las autoras, así como hoy día es fácil perderse entre los grises, también en algún punto se vuelve ineludible y es todo un camino de ida el reencontrarse (uno que lleva la vida). Sincerar ciertos claroscuros de maternidad no condena a petrificarse allí.
FICHA TÉCNICA
La Hija Oscura
Género: Drama Ficcional
Guión y Dirección: Maggie Gyllenhaal
Año: 2021
País: Estados Unidos
Duración: 121 minutos
Plataforma: Netflix
Clasificación: +16 (Desnudo · Viol