martes , 3 diciembre 2024
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Cómo gestionar la huerta con la llegada de la primavera

Debe haber asociación de cultivos para darle al suelo de la huerta un equilibrio nutricional.
Programas como el ProHuerta del INTA son útiles para conocer distintas técnicas para los cuidados de los suelos y los cultivos durante el año. Bien! te acerca detalles de dichas modalidades y consejos para armar nuestra huerta a partir de esta estación.

Pensar y planificar la huerta año tras año es, quizás, una de las tareas más importantes de todo el proceso, debido a que las decisiones impactan sobre los resultados. Aspectos como rotación y asociación de cultivos, riego y técnicas para la recuperación de los suelos, son indispensables a la hora de optimizar los recursos y obtener los mejores resultados.

La llegada de septiembre propone renovar la huerta con frutas y verduras de primavera, más allá de aquellas especies que pueden sembrarse todo el año.

Con la llegada de esta estación, la agricultura urbana suele atraer a más seguidores, tanto en balcones como en patios más espaciosos. Pero para que la cosecha sea exitosa hay varias cuestiones a tener en cuenta: desde las horas de exposición al sol hasta las especies a sembrar, puntos que todo huertero debe analizar antes de arrancar los cultivos. Lo recomendable es que el recambio de temporada en la huerta se realice hacia mediados o fines de septiembre.

“En esta época disminuye el riesgo de heladas, por lo que es importante tener en cuenta qué especies son ideales para sembrar en forma directa, como maíz, melón, perejil, poroto y zapallo; y cuáles son necesarias para comenzar con los almácigos, como el pimiento y la berenjena”, señaló Lorena Tanferna, especialista en huertas del ProHuerta. También es ideal para sembrar tomate, zapallito, sandía, pepino, aunque hay otros cultivos que pueden hacerlo durante todo el año como la rúcula, la lechuga (las más fáciles para principiantes), acelga, el rabanito, la zanahoria y el perejil.

Con la primavera, la agricultura urbana atrae seguidores, tanto en balcones como en patios).

Terreno y asociación de cultivos

Para las especies grandes y resistentes, que requieren de menos cuidados, la extensión del terreno disponible no es una limitación, debido a la existencia del modelo de producción llamado “La Chacra”, utilizado para recuperar suelos y preparar el espacio para la próxima temporada. La especialista indicó que se debe utilizar una técnica que “consiste en asociar los cultivos, teniendo en cuenta cómo es el desarrollo de las futuras plantas para que se complementen unas con otras”.

Tanferna expresó que es muy importante tener en cuenta los modos de asociación, debido a que se debe poner una hortaliza de fruto –tomate, berenjena o pimiento– con una hoja –lechuga, acelga, rúcula o achicoria– con una raíz –remolacha o hinojo–.

“Cada uno de estos cultivos extrae nutrientes de diferentes estratos del suelo. De esta manera, los frutos sacarán nutrientes de una profundidad de 40 centímetros, las hojas en los primeros 25 centímetros y las raíces entre los 25 a 40 centímetros. De este modo aseguramos que el suelo de la huerta esté siempre en equilibrio nutricional”.

En este sentido, habló sobre la importancia de pensar y planificar la huerta para no repetir los cultivos de una temporada a la otra y sostener la producción y vitalidad del suelo, acción que se conoce como rotación.

Para sembrar en maceta hay que tener un contenedor lo suficientemente grande para cada planta. Hay que incorporar una capa de piedra o leca en el fondo, la cual va a facilitar el drenaje del exceso del agua. Luego se completa hasta el tope con sustrato de tierra, compost, perlita y vermiculita. Plantas de raíces cortas como lechuga, rúcula y rabanito necesitan una profundidad mínima de 20 a 25 centímetros. Para el tomate, morrón y berenjena la maceta debe contar con al menos 30 a 35 centímetros de profundidad.

Cuidados

La experta explicó que “lo recomendable es producir abono propio durante todo el año, implementando las composteras como hábito para generar menos residuos, reutilizar la materia orgánica y colaborar en el fortalecimiento del suelo.”

Respecto a los horarios de riego, en primavera/verano se recomienda regar por la tardecita/noche, una vez que el sol se retira y la temperatura desciende. De esta forma, se aprovecha al máximo el agua. La manera correcta de hacerlo es sobre el suelo, ya que, si mojamos las hojas de las hortalizas, pueden desarrollarse hongos y enfermedades.

Tips

Identificar si la planta a cultivar se siembra de forma directa en la huerta o si hay que hacer un almácigo previamente, y luego trasplantarlo. Y si requiere pocas horas de sol o más de cuatro por día.

Plantar a una distancia adecuada. Las lechugas, por ejemplo, se siembran a unos 20 a 25 centímetros entre una planta y otra. En cambio, entre tomates hay que dejar unos 50 centímetros.

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