Por años las jugadoras y familias del Paraná Hockey Club han luchado incansablemente por tener su espacio propio para desarrollarse en el mundo de la disciplina. Después de más de diez años de batallas y oportunidades inconclusas, tomaron una decisión determinante: fusionarse con el Club Echagüe. Ahora, adaptarán su cancha, indumentaria y nombre, pero su esencia seguirá intacta.
GABRIELA GARCIA
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Hace alrededor de tres meses que comenzaron a dialogar las jugadoras del antiguo Jockey con las autoridades del Echagüe. Las jugadoras del rojo y verde, que representan a su institución tanto dentro como fuera de la cancha, se reunieron con la CD del club de calle 25 de mayo para saber si podrían acordar una fusión conveniente para ambos lados: las chicas de tener un lugar propio donde practicar y actuar de locales, mientras que Echagüe podría sumar una nueva disciplina a su lista.
Finalmente, y luego de analizar la situación, desde el PHC tomaron la decisión de cerrar el ciclo de luchas incansables para conseguir un terreno. Quienes habían sido despojadas del ex hipódromo, y en el medio prometidas con sitios que nunca se les otorgaron, hoy desembarcan en el AEC para seguir construyéndose desde otro lado, seguir creciendo y pisando fuerte en todas las competencias.
EL DIARIO accedió a hablar con la jugadora Guadalupe Orbegozo, quien fue principal artífice de las reuniones, para conocer de cerca cómo fueron estos momentos que vivieron como institución.
¿Cuándo nació la iniciativa de fusionarse? ¿Hubo otras propuestas en otros años con otras instituciones, qué sucedió?
-El Jockey se tuvo que ir del hipódromo y cambió su nombre a Paraná Hockey, desde entonces se fue deambulando por diferentes lugares, se han golpeado puertas, presentado innumerables pedidos, existieron propuestas inconclusas, no pudiendo concretar nada. Las últimas noticias sobre los terrenos fueron que no había disponibilidad en la provincia ni en el municipio donde radicarnos.
Este año adicionamos un grupo para gente que quiere empezar hockey de grande y a través de ellas se consiguió un contacto con la gente de Echagüe. Tras varias reuniones pudimos llegar a un acuerdo en el que seguimos trabajando.
¿Qué acordaron en cuanto a la vestimenta, colores y escudo?
-Por el momento seguiremos usando nuestros colores, la idea es en primera instancia empezar a poner el escudo de AEC en nuestro uniforme y en un tiempo prudencial, adoptar definitivamente sus colores, dándonos la posibilidad de colocarle un distintivo de nuestro club anterior como por ejemplo colocar algún logo en la camiseta nueva que identifique nuestra raíz.
¿Cómo fueron los momentos de tomar la determinación de unirse a Echagüe? ¿Quiénes se sentaron a debatir tal propuesta?
-Un par de jugadoras, integrantes de la comisión, y el papá de una de ellas tuvieron varias reuniones ante la autoridad del AEC para dialogar acerca de lo que teníamos para ofrecer, ‘Un gran capital humano, sólido y con ganas de crecer’ y que deseamos tener un espacio físico. Ellos tienen eso y la predisposición de que trabajemos en conjunto para tener la anhelada cancha de sintético. Luego de eso, hubo una reunión con jugadoras y papás en el predio para comentarles la idea y decidirlo en conjunto, ya que somos una gran familia. Gratamente, se mostró mucho entusiasmo e ilusión sabiendo que vamos a tener que hacer un arduo trabajo para cumplir el sueño pospuesto durante tantos años.
Ya estábamos cansados de tantos años de lucha sin tener una respuesta de nadie y sentimos que era el momento justo para poder unirnos a un club que tiene estructura, que tiene un lugar para que nos radiquemos y que además no cuenta con la disciplina, entonces era una oportunidad también porque nos trasladaríamos todo el grupo junto.
¿Cuál es el plan de trabajo a partir de esta fusión?
-El acuerdo al que llegamos es que todas las jugadoras de PHC pasamos a ser socias de AEC, con todos los beneficios propios de sus socios. Se armará una subcomisión de hockey y se trabajará en conjunto para gestionar la cancha de sintético con la ayuda del presidente y de todas las autoridades del club.
Además, nos interesa que los socios del club y no socios, que deseen aprender este hermoso deporte, se sumen. Deseamos volver a tener todas las categorías de damas y si armamos caballeros, más que bienvenido. La idea es que el deporte crezca en el club.
¿Cómo han sido estos momentos posteriores?
-Todavía no hemos ido a entrenar al predio, solo a conocerlo. La idea es comenzar a hacer las prácticas de físico, ya que las prácticas técnicas no pueden realizarse hasta no tener el sintético. Así que operativamente seguiríamos funcionando como venimos, con la gran diferencia que tenemos un espacio físico donde empezar a trabajar y llegar a cumplir un sueño.
Nos trasladamos todos juntos. Jugadoras, DT, preparadores físicos y padres. Ha sido muy bueno el apoyo y predisposición recibida de todos. Actualmente las categorías que tenemos son Infantiles (Sub 6, Sub 8, Sub 10, Sub 12, Sub 14, Sub 16), Plantel superior y Plantel promocional (Destinado a mayores con ganas de aprender o que hace poco empezaron).
El partido debut bajo el nuevo nombre, marcó una victoria, ¿Qué sensaciones afloraron a partir de la misma?
-Fue un partido lleno de emociones, desde el grito de aliento antes de arrancar el partido hasta el final del desarrollo del mismo. Albergando muchas ilusiones de lo que puede llegar a venir, de cumplir un sueño retrasado tantos años.
¿En qué creen que ayudará en ese sentido el ahora contar con lo que faltaba, como es el lugar propio para entrenar?
-Creemos que va a ser muy beneficioso sobre todo en cuanto a lo competitivo porque vamos a poder mejorar un montón de cuestiones que, como equipo, tenemos falencias. Por ejemplo en cuanto a lo táctico derivadas de entrenar en una cancha con las medidas más reducidas de donde se disputan los partidos oficiales.
La esencia de Jockey nunca se va a ir de ustedes que tanto lucharon por el club, ¿de qué forma imaginan seguir dándole presencia al PHC desde ahora?
-La presencia del PHC son las jugadoras que van a transmitir la identidad del club mediante la manera de jugar, de defender los colores, de trasladar lo que aprendieron de generación en generación en cuanto a los valores y el respeto por la camiseta, de seguir luchando siempre.
