Creada hace más de 20 años en Francia, la orquesta Fleurs Noirs llegó a Argentina en el marco de una gira para presentar Tangos en Aleph, su nuevo CD. Integrada por músicas argentinas y francesas, se presentó el sábado en La Paz, en la segunda jornada del XIII Festival Galas del Río cuya programación concluye hoy con un concierto de coros infantiles.
Las diez integrantes de Fleurs Noirs (Flores Negras) una orquesta típica “atípica” -compuesta por intérpretes argentinas y francesas- pasaron por Argentina y dejaron impregnado el ambiente de un innovador bouquet musical.
El grupo concretó un periplo que comenzó en la Casa del Tango de Rosario, prosiguió en San Pedro –en la iglesia Nuestra Señora del Socorro–; continuó en el Teatro del Bicentenario de San Juan; y el 2 de septiembre presentó su trabajo en la segunda jornada del XIII Festival Galas del Río de La Paz -que concluirá esta tarde con un encuentro de agrupaciones corales infantiles-. El tour culminó el domingo pasado en Buenos Aires, en el Espacio cultural Manzana de las Luces.
Típica en la formación, atípica en su desempeño, Fleurs Noires se formó en 2003, en París, a partir de la iniciativa de músicas argentinas unidas a estudiantes de la clase de Juan José Mosalini. Para esta gira argentina la orquesta se integró con Marion Chiron, Ana Carolina Poenitz y Kristina Kuusisto en la fila de bandoneones; Lucía Luque, Andrea Pujado y Solenne Bort Turquet, en la de violines; Camille Chardon, en viola, Veronica Votti en violoncello, Anne Vauchelet y contrabajo y Andrea Marsili en piano y dirección.
La orquesta ofrece un tango contemporáneo que difiere del tango tradicional o de la vertiente electrónica. A través de la plataforma orquestal experimentan nuevas posibilidades de improvisación dentro de los códigos del tango, la aplicación de formas más libres y el uso de nuevos timbres, incluida la electroacústica. De allí emerge una música contemporánea, que mantiene la sensualidad del tango, y a la vez plena de matices como fruto de la diversidad de sus raíces.
Las composiciones originales creadas especialmente para la orquesta por la pianista del grupo, Andrea Marsili, toman la esencia del género tanguero y la transforman en un lenguaje contemporáneo, con un toque decididamente moderno.
El sábado, en La Paz, las Fleurs Noirs presentaron temas de Tangos en Aleph, el nuevo disco de la orquesta –cuarto de su producción– que cuenta con la participación de Daniel Melingo y Tomás Gubistch.
“Desde el principio tomamos un camino libre, pensando en un trabajo de experimentación que comienza en mis composiciones y continua en la orquesta. Después del tercer disco –A contrafuego (2016)–, que era prácticamente instrumental, pensé que había llegado el momento de incorporar voces, pero tratándolas como un instrumento más. Por eso en este nuevo disco se sumó el cantor Aureliano Marín. Y también el percusionista cordobés Minimo Garay”, explicó Andrea Marsili
La pianista, autora de todas las composiciones que interpreta la agrupación fue entrevistada por EL DIARIO, luego del concierto que la agrupación brindó en el salón de la Biblioteca Popular de La Paz, en el marco de la programación del XIII Festival de Galas del Río.
Reencuentro emotivo
-¿A once años de la primera visita de Fleurs Noirs a La Paz, cómo se ha dado el reencuentro con el público del país?
-Es algo muy emotivo. Es la tercera gira que hacemos por Argentina y nos resulta muy emocionante ver lo que pasa. Nos hemos presentado en los teatros más importantes de Europa, en Emiratos Árabes, en África. Pero en ningún lugar se siente lo que sucede cuando tocamos en casa. No es comparable a nada. Y lo hemos sentido en cada lugar en que nos hemos presentado: en Rosario, San Pedro, San Juan, La Paz. Somos conscientes que el público puede adherir o no al proyecto, pero en general valora el concepto que proponemos. Pienso que esta música nueva que propongo a partir del género, hace que la gente valore esa búsqueda. Que alguien dedique su vida a trabajar sobre un género argentino como el tango, no significa tanto en Europa. En cambio, claro, aquí sí es reconocido, aun cuando nuestro trabajo lo realizamos desde París.
Continuidades entre tradición y ruptura
Nacida en Rosario, Andrea Marsili egresó del Profesorado Nacional de Música de esa ciudad. Desde 1997 lleva una carrera musical internacional como intérprete con diversos ensambles de tango contemporáneo y tradicional.
En Francia, además de estudiar composición en la École Nationale de Musique de Montbéliard, se doctoró en la Sorbonne con una tesis sobre el lenguaje del tango. “Mi preocupación siempre fue utilizar el lenguaje del tango a fondo, de eso trata mi tesis doctoral; pero midiendo las maneras en que mi voz tanguera puede dialogar con la música contemporánea, el minimalismo o el jazz”, expresó a EL DIARIO.
“Siempre digo que he tomado de Piazzolla su actitud de ruptura con el tango tradicional. Él logró que su trabajo sea identificado de inmediato en el universo tanguero. Le puso su propio sello. Con esa referencia, he buscado hallar mi propia personalidad dentro del tango. Y lo que tomo de Piazzolla es la actitud de ruptura que tuvo respecto a lo establecido”.
-¿Cuáles son las claves que han guiado su recorrido en su búsqueda musical y estética?
Las pautas vienen de lejos. Comencé con mi tesis doctoral en La Sorbona. En ese trabajo fui a buscar cuál es el ADN del tango, su esencia. Me propuse encontrar qué es lo que hay en común entre un tango compuesto a fines del siglo XIX con uno compuesto hoy.
Hallar esas claves me posibilitó una gran libertad. Me permitió conocer y saber con qué herramientas cuento y hasta dónde desarrollarlas sin que mi propuesta pierda el carácter tanguero. Me refiero a códigos orquestales, armónicos, melódicos, rítmicos. Aclaro que también hay muchos otros parámetros a tener en cuenta. ¡Son 800 páginas de tesis! (Risas). Ese es mi dogma, mi punto de partida. Tomo los elementos propios del género y los hago dialogar con otros. Por ejemplo en este último disco, muchos trabajos del post minimalismo y los incorporo. También del jazz, música electrónica y sonidos tratados electrostáticamente. Siempre en diálogo con el tango.
Repito, parto de los códigos del tango como mi referencia y guía. Pero no me pongo trabas. A partir de ahí dejo que los materiales me lleven a territorios nuevos.