Tras la frustración de caer en el partido inaugural ante Francia, el seleccionado neozelandés goleó ayer a Namibia por 71-3. Los oceánicos prevalecieron con claridad ante un rival muy débil y volvieron a posicionarse entre los candidatos.
A priori, era un resultado puesto. Nueva Zelanda reflejó ayer en un colorido estadio de Toulouse, una ciudad que vive el rugby como pocas en Francia, todo su potencial y venció sin atenuantes a un flojo elenco namibio por 71-3, en el marco de su segunda presentación por el Grupo A.
Al cabo del primer tiempo, frente a 31.996 espectadores, los All Blacks denotaron todo su poderío y con una actuación estelar del apertura, Damian McKenzie, superaron 38-3 a Namibia. Seis tries en el período inicial, de muy buena factura, prácticamente sentenciaron los guarismos.
En el complemento los de negro continuaron arriba en todos los aspectos del juego y con suma facilidad siguieron sumando en el tanteador a raíz del elocuente dominio territorial y de campo, hasta sellar el resultado final en 71-3.
Por otra parte, este sábado se darán tres encuentros enmarcados en la continuidad del Mundial. Por el Grupo D -el de Los Pumas- a partir de las 10 (hora argentina) jugarán Samoa y Chile, en Bordeaux. Por la Zona C, en Niza, desde las 12.45, chocarán Gales-Portugal. Y, a las 16, cotejarán Irlanda-Tonga, por el Grupo B, en Nantes.
Tolouse, a puro rugby
En el sur francés, cerca de la frontera con España, la ciudad de Toulouse vive el rugby a flor de piel, con un fanatismo singular.
En la cancha del actual equipo de los argentinos Juan Cruz Mallía y Santiago Chocobares, donde supo lucirse también el ex segunda línea de Los Pumas, Patricio Albacete, se dio un gran show neozelandés.
Sin embargo, más allá de score, hubo numerosos hinchas franceses que acudieron al estadio y con la habitual ‘Marsellesa’ hicieron latir las tribunas.
El casco histórico de la ciudad; el centro; su principal estación de metro; distintas áreas concurridas y el trayecto hasta Stade Toulousain, lució azul, rojo y blanco, con las insignias características de esta décima Rugby World Cup.
El calor impuesto por su gente, el ruido y la calidad para recibir a turistas de distintos puntos del planeta, mostraron a las claras cómo funciona una metrópoli apasionada por este deporte de origen inglés, que celebra en este 2023 el bicentenario de su creación.