Laura Lavatelli y Soledad Escoubue asumieron la tarea de recopilar diferentes testimonios sobre trabajadores, usuarios y demás personas que han tenido un vínculo con el Hospital Escuela de Salud Mental. El libro “Historias no clínicas” es el resultado del proceso y su preventa ya se encuentra disponible.
Natalia Strack
“Salud mental también es ser escuchadxs”, afirma parte del prólogo a cargo de Juan Solá. En el marco de una etapa de resignificación de conceptos, de repensar el lugar que ocupa la salud mental en la sociedad y en el año en el que el Hospital Escuela de Salud Mental cumple seis décadas de existencia; Laura Lavatelli y Soledad Escoubue trabajan en el área de Comunicación de la Institución y fueron las compiladoras de los diferentes testimonios que culminaron en la producción editorial de “Historias no clínicas”.
Comunicación y Salud Mental
“Llegué al hospital en 2005, en ese momento aún denominado Roballos, para realizar mis pasantías de la facultad. Me llevó la curiosidad, trabajar con poblaciones marginales. El lugar ya estaba atravesando modificaciones: tenía una directora mujer, trabajadora social, lo que hacía que hubiera otra mirada del campo de la salud”, explicó Laura.
Por su parte, Soledad afirmó: “Pensamos a la Comunicación desde otras formas. Hay una mirada hegemónica de monstruosidad sobre estas poblaciones. Historias no clínicas viene en esa línea, en recuperar otras historias diferentes a las oficiales que nos llegan desde las instituciones”.
“Reunimos una historia institucional narrada por los propios protagonistas”
La elaboración del libro
La producción inició en agosto de 2021, en un período de reencuentro. La editorial de Uader le propuso a la institución recuperar testimonios no registrados. “Tratamos de inaugurar nuevas formas de la circulación de la palabra”, dijo Soledad.
Asimismo, Laura reflexionó: “Generalmente, no hay quien escriba la historia de las instituciones públicas, esos datos quedan en las personas. Reunimos una historia institucional narrada por los propios protagonistas. A diferencia de otros hospitales, en este hay gente que vive por años, muchos mueren. Sus nombres quedan en este libro”. Hay personajes que son reconocidos en la ciudad o que narran anécdotas que reflejan una identificación como cuando se menciona el colectivo línea 1, que es el que pasa por el frente de la institución.
El libro contiene historias de vida, trabajadores que contaron cómo es la cotidianidad en el lugar. “Cuando se escucha la voz de esa persona que todos los días hace lo mismo en un hospital público, se logra entender cómo hay una gran maquinaria estatal que se sostiene por estas vidas que parecen que no son tan importantes. Estas microhistorias son las que sostienen a las instituciones”, dijo Soledad y agregó: “Hay historias de mucha soledad, exclusión, pobreza. La complejidad del cambio de paradigma también busca ser reflejada”.
Para la nomenclatura se inspiraron en la poeta Marisa Wagner, quien escribió sobre las historias en un hospital bonaerense, y cuenta cómo todo aquello que le sucedía al usuario se debía registrar en el diagnóstico clínico. “Las historias de este libro no son posibles de registrar de esa manera”. La producción también posee información sobre la institución. “Es una preventa pero también un incentivo de generar redes solidarias, y a fin de año queremos realizar la presentación oficial”, explicaron e invitaron a adquirirlo contactándose con [email protected].
