Fruto de la tarea del legislador uruguayense, bisnieto de Tadea Jordán, es el proyecto de la instalación de la zona franca presentado en 1910 y rescatado 80 años después por iniciativa del Centro Comercial de Concepción del Uruguay, que no casualmente lo tuvo como uno de sus fundadores y su primer presidente.
En 1910, año centenario de la Argentina, el diputado nacional de Concepción del Uruguay Mariano E. López presentó el proyecto para la creación de una zona franca en la ciudad. La iniciativa se convirtió en la ley 8.092 el 30 de septiembre de ese año.
Ocho décadas después de su sanción la Ley que creaba la zona franca uruguayense alcanzaba su reglamentación, en 1992, y se iniciaba el proceso de instalación. Veamos un poco de qué se trata esta institución. Según el código aduanero argentino es un territorio extraaduanero donde se pueden ingresar mercaderías, productos e insumos e incluso industrializarlos, sin tributar los derechos, impuestos y tasas que deben pagar si estos se importaran o exportaran en las aduanas nacionales. Se pueden reexportar o ingresar al territorio nacional fuera de la zona franca pagando, ahí sí, las correspondientes cargas tributarias. Actualmente en Argentina existen 27 zonas francas y en el mundo unas 5400.
El origen de las zonas francas se remonta a la primera década del siglo XX cuando se sanciona la Ley 5.142 de 1907 que autorizaba a establecer zonas de libre comercio en los puertos de La Plata y Santa Fe. Con ese antecedente, el diputado entrerriano presentó el proyecto para instalar un espacio similar en el puerto de Concepción del Uruguay.
El mecenas
El proyecto de la zona franca fue uno de los tantos que tuvo como autor al uruguayense Mariano Eustaquio López que había nacido en 1857 y era bisnieto de Tadea Jordán y Lorenzo López, emparentado con reconocidas familias de Concepción del Uruguay como López Jordán, Calvento, Mantero, entre otras. Cursó estudios de abogacía en la recordada escuela de Derecho del Colegio del Uruguay y fue uno de los fundadores de La Fraternidad, reconocida institución que dio cobijo a generaciones de estudiantes del histórico colegio.
La política fue una de las pasiones que abrazó tempranamente Mariano López. Sus primeras experiencias en las filas del jordanismo se frustraron en medio de los debates por el traslado a Paraná de la capital provincial (desde 1960 radicada en Concepción del Uruguay) tras lo cual renunció a su cargo de prosecretario de la Cámara de Diputados.
En 1887 fue elegido diputado provincial y años después senador. Una nota de color revela que en sus primeros años como legislador era muy faltador según la investigación que publica Celomar Argachá en su biografía -Un mecenas uruguayense: Mariano E. López- que lo atribuye a la distancia que separaba Concepción del Uruguay con Paraná cuando aún el ferrocarril no había llegado a unir ambas ciudades. No obstante, las iniciativas motorizadas en la legislatura hablan de su intensa labor. Entre otras se cuentan el proyecto de expropiación de terrenos para la construcción del nuevo edificio de la Escuela Normal de Concepción del Uruguay y el de declarar el Día del Árbol Entrerriano el 28 de julio, aniversario de la fundación del Colegio del Uruguay.
En el nuevo siglo lo encontramos ocupando el ministerio de Hacienda de la provincia, que también comprendía el ramo de Instrucción Pública y tenía en su órbita a Manuel P. Antequeda como Director General de Enseñanza, de prolífica labor. En esa gestión se creó la original Escuela de Maestros Rurales “Juan Bautista Alberdi”.
En un paréntesis de sus labores gubernamentales se involucró en la fundación del Tiro Federal de su ciudad que luego presidió, también ocupó la presidencia del Banco Agrícola e Inmobiliario del Uruguay y de la Biblioteca Popular El Provenir.
El proyecto de la zona franca
En 1906 fue elegido por primera vez diputado nacional, pero renunció al poco tiempo para asumir como vicegobernador. En el breve periodo como legislador gestionó la ampliación del nuevo puerto de Concepción del Uruguay que posibilitó el ingreso de ultramarinos. En 1910 volvió al congreso nacional como diputado y tal vez este fue el inicio de su actividad más prolífica. Batalló incansablemente para traer el progreso a su ciudad natal y a Entre Ríos. Promovió la construcción de un hotel para inmigrantes en la ciudad, la compra del Palacio San José para instalar una escuela agrícola, gestionó subsidios para hospitales, bibliotecas públicas y otras instituciones de bien público.
Pero será el proyecto de la instalación de la zona franca el que quedará en la memoria de los uruguayense, rescatado 80 años después por iniciativa del Centro Comercial que no casualmente lo tuvo como uno de sus fundadores en 1913 (con el nombre de Centro Comercial y de Intereses Departamentales) y su primer presidente.
Con la ejecutividad que caracterizaba a López presentó el proyecto de zona franca que se apoyaba en la ley de 1907 y por lo tanto tres artículos eran suficientes para concretar la ley 8.092: por el primero “autorízase al Poder Ejecutivo para establecer una zona franca en el puerto de Concepción del Uruguay, igual a la creada en La Plata por Ley 5142.” El segundo preveía que “los gastos que demande el cumplimiento de la presente ley se harán de rentas generales, con imputación a la misma.” El tercero de forma.
En 1992 el gobierno del presidente Carlos Saúl Menem decretó la reglamentación de la ley 8.092.
El proyecto estuvo precedido por las gestiones que venía impulsando el denominado grupo de apoyo reunido en el Centro Comercial de Concepción del Uruguay que integraban, entre otros, Jorge López, gerente del Centro Comercial, el contador Saúl Rubinsky y el periodista Juan Antonio Izaguirre.
Los primeros administradores del Instituto Zona Franca creado al efecto fueron Gustavo Solanas por la municipalidad local y Oscar Colombo por la provincia.