Trabajo cooperativo, solidaridad, empatía y un grupo de personas que se unieron para tratar de paliar la crisis de 2001, guiados por una iniciativa comunicacional que buscaba crear una revista de cultura comunitaria. Así surgió Barriletes, que hoy amplió sus horizontes y se imprime todos los meses porque es parte del sostén económico de hogares carenciados de Paraná.
En agosto de 2001, en Paraná, un grupo de personas en situación de calle fueron convocados por voluntarios que buscaban replicar una revista cultural cordobesa y contribuir de alguna manera al sustento económico de estas familias. El proyecto comunicacional dio origen a la Asociación Civil Barriletes y a la revista que lleva su nombre. La venta de esta publicación desde hace 22 años es parte del sustento económico de los vendedores, quienes encontraron en esta iniciativa una oportunidad laboral en la capital provincial. La revista se expandió, sumó una radio, un portal de noticias, una biblioteca, una editorial y un espacio cultural, un lugar de encuentro para muchos sectores de la sociedad. Para conocer cuál es la realidad de esta iniciativa, BIEN! visitó su sede en calle Courreges 418 y dialogó con sus hacedores.
Los inicios
Verónica Nardin integró el grupo que inició el camino de Barriletes, y hasta el año pasado tenía un programa de radio por la FM 89.3. “Yo soy del grupete que convocó para pensar en la idea de replicar una revista parecida a La Luciérnaga, un ejemplar que trajimos de Córdoba. Estábamos conmovidos por la situación que se vivía en el 2001 con los niños y niñas en situación de calle y la falta de posibilidades. Además, uno como laburante también deseaba y desea una ciudad más justa, y sentíamos la necesidad de formar un espacio para construir algo, alguna salida”.
Sobre el surgimiento que encararon junto a Juan Casis, comentó: “Con mi compañero teníamos la posibilidad de generar una publicación, él estaba vinculado a la comunicación y la gráfica pero nos faltaba la otra parte que eran las familias que quisieran ofrecerla y una ciudad que aceptara esta propuesta”.
Stefanía de la Fuente en la entrevista con revista BIEN!
Después de algunas reuniones que comenzaron en junio de 2001 a las que se iban sumando voluntarios, en agosto de ese año salió a la calle el primer número de la revista Barriletes. “Era tal el clima, las ganas de hacer más allá del lío que era en la provincia porque no nos pagaban los sueldos y estábamos todos en movilizaciones. Pero había mucha necesidad de pensar algo esperanzador para para nuestros vecinos y vecinas que estaban sin nada o ya en la cornisa”, confió Nardin.
Sus colaboradores
Stefanía de la Fuente integra desde el 2015 el equipo de la Asociación Civil Barriletes y dialogó con BIEN! sobre el camino que han transitado.
“Han sido muchos años de sostener espacios distintos, talleres, una radio y una revistan que cambian. Yo me sumé hace ocho años, y he estado en distintos espacios de Barriletes. Empecé como estudiante de Comunicación en los talleres con infancias, después me volqué a la revista y de allí pasé a la radio y las redes”.
—Una comunidad que ha crecido en Barriletes, ¿cómo es el presente?
—Ha tenido tiempos de más gente y tiempos de menos, eso también tiene que ver con que nos hemos mudado a distintos espacios y éstos han sido distintos. Hoy, quizás somos menos pero estamos logrando construir espacios en la casa de Barriletes, aquí en Courreges 418 para compartirlos con otres que quieran sumarse con sus talleres.
—¿Hoy cuáles son las principales actividades de Barriletes?
—Estamos a full con los medios de comunicación, la revista y la radio. La revista nunca ha dejado de salir porque sigue habiendo vendedores y vendedoras que dependen en su sustento de la publicación. Nuestro trabajo es que todos los meses la revista esté en la calle con contenido nuevo, crítico, cada vez más profesional con una temática para cada mes. La revista tiene esta historia de ser solidario con quien la ofrece, entendiendo que el vendedor o vendedora son parte fundamental de Barriletes y que sin ellos no podría existir. Además, estamos trabajando con el sitio de noticias https://barriletes.org.ar/revista que tratamos de refrescar porque tenemos mucha producción con el informativo diario en la radio.
—Un espíritu comunitario, cooperativo, que ha logrado sobreponerse a las crisis y que atravesó la pandemia…
—Esto no se podría haber sostenido estos 22 años si no fuera por estas ganas de tener un espacio distinto, donde se pueda construir colectivamente, donde se pueda pensar la realidad críticamente, teniendo en cuenta lo cultural y la cultura, que nosotros mismos como comunidad vamos armando.
—¿Cómo se piensa Barriletes?
—En agosto cuando cumplimos 22 años, hicimos una nota de tapa que daba cuenta de los cambios que ha atravesado Barriletes en consonancia con el contexto histórico. Cuando pensábamos en el 2001, en la crisis social y económica, también rescatábamos que fueron tiempos de mucho trabajo colectivo, de salir a las calles y de generar instancias de participación. Creo que, si bien Barriletes ha cambiado, incluso en su tirada por la cantidad de revistas que se imprimen, sigue este espíritu de trabajo colectivo, de hacer para salir a la calle con un discurso que pueda pensarse en comunidad. Barriletes conserva esta cosa de “empezamos a hacer”, y después sobre la marcha vamos viendo el por qué, el para qué y el cómo sobre todo, porque primero tenemos las ganas de hacerlo. Ese espíritu sigue intacto a 22 años, con más o menos ponchazos, seguimos adelante porque nos gusta esta idea de pensar Paraná con la línea barriletera.
—¿Cómo se sostiene la revista en papel?
—Es muy compleja la cuestión del papel y sostener una publicación editorial impresa. Lo cierto es que la publicación se sostiene con publicidades estatales, de privados y de la gente que confía en la revista y que quiere poner ahí un granito de arena para que salga a la calle. Estamos sacando unas 700 revistas al mes, pagamos una imprenta, y debemos considerar que de los 500 pesos que cuesta la revista, 300 son para el vendedor y la vendedora; y los 200 restantes se utilizan para volver a sacar la revista. Pero hoy estamos poniendo más dinero, no es algo que nos dé algún tipo de rédito. Simplemente, es el sostén de nuestros compañeros y compañeras vendedores, y la posición de una asociación civil que piensa la comunicación desde este lugar. Además, siempre estamos buscando socios y socias que quieran sumarse con un monto mensual, que es mínimo para poder sostenernos.
Oportunidades y respeto
A modo de balance del recorrido de la Asociación Civil Barriletes, Verónica Nardin, destacó: “Siento que Paraná es una ciudad tremendamente sensible con las situaciones de angustia y de pobreza, y hay millones de organizaciones que hacen un montón de cosas. En ese momento, en 2001 Barriletes ofreció la posibilidad a gente en situación de calle, de abrir la puerta y encontrarse con una oportunidad. Hoy es otro Barriletes que nos convoca a pensar otro modo de habitar el mundo que tenemos, en respeto con el otro, otra, otre, con su identidad. Creo que también es una oportunidad para remontar las imposibilitaciones, la violencia institucional, las diversidades, el colectivo de compañeras, compañeros, es un Barriletes que va mutando”.
Agregó que, “en un momento, Barriletes estaba habitado por niños, niñas, que querían jugar, crear, tener su propio proyecto de arte. Hoy hay otro territorio, es un campo para posibilitar nuevas oportunidades para lo que no se quiere ver o que está medio oculto. Es el lugar de las organizaciones sociales, que buscan entrelazarse. En estos momentos también hay un vínculo fuerte con la universidad pública, ha ido mutando un montón el campo y el horizonte de Barriletes, yo le propongo al público que sigan sosteniendo Barriletes, que estamos acá, que somos de carne y hueso y estamos peleando todos los meses para sostener esta hermosa institución”, dijo Verónica.
Pensar lo que viene
Hace algunas semanas, en la sede de Barriletes los integrantes de la asociación civil mantuvieron una reunión en su sede de calle Courreges 418. “Barriletes busca sostenerse porque estamos en medio de una sociedad que sesga un poco la posibilidad de autogestionarse. Entonces, el nuevo equipo de gestión -en el que ya no estoy-, se está preguntando qué puede pasar con el panorama que se viene. Qué lugar va a tener Barriletes en el caso que no se pueda denunciar, que no se pueda hablar, que no pueda volver a ser esa puerta de oportunidades para quienes no tengan. Es muy complicado sacar la revista, pagar los gastos, los insumos, pero hay un equipo que aspira a posibilitar ese otro horizonte, que a veces el mercado o la cosificación de los derechos no nos permite. Hoy tenemos que dar un mensaje de que es necesario continuar esto porque es el lugarcito en el mundo que tiene muchos compañeros”, remarcó Nardin.
Testimonio de un vendedor
Hugo Perezlindo es vendedor de la revista Barriletes desde hace siete años. “Empecé en el 2016, fue de casualidad. Había una revista en mi casa, yo hacía las cobranzas de una biblioteca y me quedé sin laburo. Vi la revista, llamé y me sumé a la familia de Barriletes. Siempre es una posibilidad de sumar en peso en estos tiempos problemáticos. La mayoría de mis 36 clientes reciben muy bien la revista, algunos ponen peros por los títulos de tapa pero todos los meses la esperan, me reciben muy bien y me ayudan con regalitos y ropas”, contó a BIEN!
