domingo , 24 noviembre 2024
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El naturalista de los mares

El Toba, enorme meteorito hallado en Campo del cielo (Chaco) y preservado de su posible desaparición por Doello Jurado.
Nacido en Gualeguaychú, en 1884, Martín Doello Jurado, biólogo, paleontólogo y oceanógrafo desarrolló una destacada tarea en el campo científico de nuestro país. Egresado del Colegio Histórico de Concepción del Uruguay y fue parte de un destacado grupo de investigadores. Falleció en 1948.

En la tarea de la divulgación histórica, en particular la historia entrerriana, hay escasas referencias a la ciencia y sus protagonistas. Abunda el reconocimiento a militares, políticos, en menor medida escritores, educadores y otros profesionales, pero es una rareza hallar menciones al desarrollo de la ciencia, salvo que se trate de científicos venidos allende los mares para explorar nuestras tierras y riquezas. Ya nos referimos en una nota anterior a José María Sobral que es más conocido como el “alférez”, un rango militar menor, y no como uno de los pioneros de la geología en el país.

El caso que nos ocupa en esta ocasión es el de Martín Doello Jurado, biólogo, paleontólogo y oceanógrafo nacido en Gualeguaychú el 4 de julio de 1884, y fallecido en Buenos Aires el 9 de octubre de 1948.

Martín Doello Jurado, en un retrato de 1948.

Doello Jurado fue uno de los notables alumnos que emergió de la cantera que es el histórico Colegio del Uruguay y luego continuó estudios superiores en la Universidad de Buenos Aires donde cursó la carrera de ciencias naturales. Junto con los hermanos Florentino y Carlos Ameghino, Eduardo L. Holmberg y Ángel Gallardo, Doello Jurado integró la última generación de naturalistas que caracterizó a las ciencias naturales argentinas, principalmente a fines del siglo XIX.

Ángel Gallardo, a quien consideraba su maestro, lo nombró Naturalista Viajero del Museo Nacional de Historia Natural y así inició sus estudios sobre invertebrados marinos de nuestra plataforma continental que tendría como resultado la sección de Moluscos e Invertebrados del Museo. Realizó campañas hidrobiológicas y paleontológicas por el sur del país: Comodoro Rivadavia en 1917, Puerto Belgrano en 1920 y Tierra del Fuego en 1921 (donde fue Jefe de la primera Misión Científica de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires).

De esas exploraciones descubrió la existencia en los mares argentinos de organismos que se creían extintos y presentó los primeros informes sobre representantes de la fauna magallánica en zonas profundas frente a Mar del Plata. Uno de sus descubrimientos fue una especie de molusco, del género Pecten, que bautizó Pecten Patriae D J, un homenaje al buque Patria de la Armada Nacional que utilizaba en sus travesías.

Posteriormente asumió la Dirección del Museo de Historia Natural (entre 1924 y 1945), ejerció como profesor de Paleontología en la Universidad de Buenos Aires y fue uno de los fundadores de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, la Sociedad Ornitológica del Plata y las revistas Physis y El Hornero. Fue también académico de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Buenos Aires y de la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba.

En sus estudios en el Mar Argentino descubrió los bancos de mejillones comestibles que a partir de ese momento comenzaron a explotarse y consumirse en el país.

Tal vez sea tediosa la reseña de su incansable labor, pero contribuye a valorar la dimensión de la tarea de Doello Jurado. Y hay más, mucho más.

Con tesón logró que se decretase zona de reserva a la selva marginal de Punta Lara y la construcción del moderno edificio del Museo en el parque Centenario. Capítulo aparte merecen las decenas de publicaciones en revistas científicas del país y del extranjero.

EXTRATERRESTRE DE HIERRO

En 1923 se produjo el impactante hallazgo de un objeto extraterrestre en el territorio de Santiago del Estero, cercanías de la localidad chaqueña de Gancedo. Un enorme meteorito de hierro, uno de los tantos que vieron caer a través del tiempo los nativos de la zona que dieron origen al topónimo “Campo del cielo”, fue hallado por el hachero Manuel Costilla en la estancia El Rosario. El objeto sideral fue bautizado como El Toba.

El gobierno de Santiago del Estero se puso en contacto con los museos de La Plata y Buenos Aires para tramitar su preservación. En este último se hizo eco su director, Doello Jurado, que rápidamente se puso en campaña para su traslado.

En febrero de 1924 se dirigió al ministro de Justicia e Instrucción Pública, Antonio Sagarna -otro entrerriano-, poniéndolo en autos del asunto y solicitándole “quiera interponer su alta influencia a fin de obtener, sea con la cooperación de elementos del ejército nacional, sea de las autoridades provinciales, la ayuda material necesaria, y siempre que no se oponga a ello inconvenientes de orden legal”. José Sellés-Martínez en su publicación M. Doello Jurado y la adquisición del meteorito El Toba por el Museo de Historia Natural en el año 1924 dice que “con el fin de acelerar el proceso sin aparecer presionando al ministro, señala Doello Jurado citando a Antenor Álvarez (gobernador de Santiago del Estero), que ‘Nuestro informante nos induce a proceder con la celeridad posible, pues los curiosos acuden al lugar para extraer trozos de la gran masa de hierro meteórico, y existe el fundado temor de que, si se conociese allí nuestro interés en obtener esa pieza, los destrozos aumentarían, si no tuviésemos elementos de fuerza para custodiarla’ y, por las dudas, añade: ‘En este sentido, la presencia de algunos representantes de la milicia nacional sería muy eficaz, en caso de que el Ministerio de la Guerra accediese a ello.’” Diez días después, el 5 de marzo del 1924, el Ministro accedió al pedido.

Con celeridad el 10 de marzo Doello Jurado solicitó al director de Ferrocarriles ayuda para el transporte del meteorito desde Santiago a Buenos Aires y el 14 de marzo le escribió al Jefe de la Dirección de Instrucción Pública, a quién trataba de “mi estimado Pizzurno”, pidiéndole que intercediera ante el Subsecretario para que este lo haciera ante el Ministro con el fin de obtener una carta de presentación para el “Naturalista y geólogo de este Museo Sr. D. Enrique de Carles”, rogándole celeridad pues Carles “debe salir el lunes o el martes”.

Al día siguiente, sábado 15, recibió una nota firmada de puño y letra por Pizzurno en la que éste le hacía saber que “la nota solicitada ya ha sido girada al Sr. Interventor de Santiago del Estero, subscripta por el Sr. Ministro”.

Para seguir leyendo

Sellés-Martínez, José M. (2016). Doello Jurado y la adquisición del meteorito El Toba por el Museo de Historia Natural en el año 1924. Revista del Museo de La Plata. Volumen 1, Número Especial: 285-290. Disponible en https://publicaciones.fcnym.unlp.edu.ar/rmlp/article/view/140

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