La Cruz Roja realizó un informe sobre el impacto del aislamiento.
Un reciente informe, realizado luego de una encuesta a más de 16 mil personas, advirtió las experiencias, percepciones y problemáticas que se vivieron en el globo. Cómo el reconocimiento y la valorización de los saberes acumulados permitieron mantener el funcionamiento en todo el planeta duranta la pandemia.
La pandemia por Covid-19 generó un punto de inflexión en todas las sociedades del mundo y la población del planeta debió modificar sus hábitos como consecuencia del SARS-CoV-2. Ante la necesidad de dar respuesta, se desplegaron un gran número de estrategias, con diversos resultados. Sobre este punto, la Cruz Roja publicó un informe global realizado tras una encuesta que se realizó a más de 16 mil personas, de diversos sectores, de los cinco continentes.
Los puntos analizados en el informe denominado Investigación global: Aprendizajes adquiridos por sectores estratégicos, efectuado en 90 países, fueron: el sector de salud público y privado (médicos/ as, profesionales de salud y/o directivos de instituciones de salud), transporte y logística (personal dedicado al transporte y logística de productos y mercaderías en distintos rubros), académico (instituciones educativas tanto públicas como privadas), empresarial (referentes de grandes, pequeñas y medianas empresas, industrias y servicios), Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y Organizaciones No Gubernamentales (ONG), y Medios de comunicación (titulares de medios, periodistas y conductores/as).
“La humanidad había atravesado otras pandemias, pero nunca antes un virus se había esparcido con tanta velocidad debido a su forma de contagio. Gracias a la difusión en los medios de comunicación y redes sociales, países enteros conocían al detalle cada riesgo y síntomas que provocaba la enfermedad, aún sin siquiera haber registrado un primer caso de manera local”, explicó el documento como contexto ante esta encuesta y advirtió que, “como primera respuesta, más de 150 países adoptaron duras medidas de aislamiento y cese de diversas actividades”.
Las decisiones
En ese sentido, advirtieron que “en muchos casos, las decisiones se tomaron de manera improvisada debido a la falta de preparación para enfrentar situaciones de estas características”, siendo que “la pandemia trajo aparejadas graves consecuencias en la economía, la educación, la salud pública, el empleo, los vínculos sociales y en la salud mental de las personas, entre otras implicancias”.
Es por eso que aseguraron que, como todos los ámbitos de la vida se vieron afectados, “no es posible hablar sobre un único abordaje de la pandemia, así como tampoco es factible generalizar sus consecuencias”. Siendo que, al realizar este trabajo, buscaron “incorporar aprendizajes para enfrentar asertivamente futuros eventos”.
Es más, según resaltaron: “El reconocimiento y valorización de los saberes acumulados por estos sectores, que permitieron mantener el funcionamiento del mundo, nos prepara para enfrentar futuros eventos similares de manera más efectiva”, para lo cual es importante “que las organizaciones humanitarias escuchen las voces de las comunidades no solo para responder a sus necesidades en contextos de emergencia o futuras pandemias; sino también para trabajar en fortalecer capacidades que fueron de utilidad en el abordaje de la pandemia”. Al tiempo que la investigación sugiere que el intercambio de información puede preparar a la sociedad para abordar de manera más efectiva eventos futuros similares.
Asimismo, el informe resalta la importancia de recopilar y valorar estos conocimientos como parte fundamental para mejorar la eficacia de las respuestas en eventos similares para detectar herramientas vitales para la planificación y acción futuras. Siendo que las conclusiones se refleja un amplio espectro de realidades que vive la sociedad, mientras que en las recomendaciones se indica que la labor de las organizaciones humanitarias no debería limitarse a responder a las necesidades inmediatas en tiempos de crisis, sino que deberían trabajar en estrecha colaboración con las comunidades para potenciar sus capacidades, recursos y conocimientos.
Estadísticas
Más allá de cada uno de los puntos analizados, existe un análisis general en el cual advirtieron que la gran mayoría (89%) de los encuestados, predominantemente trabajadores de la salud, se vacunaron contra el Covid-19, a pesar de la falta de una asignación de prioridad en el proceso de vacunación. Siendo que en el “60% de las personas pertenecientes a los sectores empresariales y de transporte y logística percibió no haber tenido prioridad para vacunarse”.
En tanto, en lo que se refiera a la situación económica, el relevamiento indicó que “el 45% de las personas encuestadas considera que su economía personal está igual que antes de la pandemia”, mientras que “el 50% no cree que su situación laboral haya mejorado o empeorado”, con un impacto significativo en el segmento de transporte y logística, en el cual “casi el 40% afirma que su economía personal empeoró”.
El temor también formó parte de las variables analizadas, siendo que “cerca del 70% de las personas encuestadas tuvieron un alto temor de contagio”, con cifras similares en todas las regiones y segmentos. “Se identificó un miedo similar de contagiar a las familias (73%)”, siendo que en América esta situación alcanzó al 83% y “entre el personal de salud al 81%”.
En tanto, el rol y desempeño de los gobiernos ante la crisis sanitaria mostró opiniones divididas. Es que “el 54% de las personas encuestadas considera que el Estado hizo un buen trabajo”, siendo que América fue la región con “mayores críticas al accionar del Estado (58%) y África la región en donde fue mejor valorado (64%)”.
Otra parte esencial ante esta crisis fue el papel que tuvieron las ONG y OSC, quienes “tienen una buena valoración de su labor, con una opinión positiva del 60% de las personas encuestadas”. “América y Europa son las regiones en donde reciben mayores críticas”, indicaron.
La valoración de la cobertura mediática de la emergencia sanitaria también ha tenido una evaluación positiva en general, con un 53% de los encuestados. En África, esta valoración ha sido mayormente positiva con un 73%. Al tiempo que, con un margen aún mayor, el 67% de los encuestados reconoció a las redes sociales como una herramienta útil para mantener a la sociedad informada durante la pandemia.
Por último, alrededor de la mitad (50%) de los encuestados perciben que su labor durante la pandemia no fue debidamente reconocida a nivel social. En América y Europa, este porcentaje descendió considerablemente, situándose en el 35% y 31% respectivamente; mientras que el accionar del transporte y logística recibieron un apoyo balanceado entre positivo (43%) y regular (36%); casi el 40% de las personas se sintieron discriminadas por el rol que desarrollaron durante la pandemia, siendo que el personal del sector salud fue el que mayor discriminación percibió (45%), seguido por el sector medios de comunicación (44%) y transporte y logística (42%).
Estrés, ansiedad y depresión
La salud mental, ante un cambio tan abrupto, se vio afectada. Sobre este punto se realizó un profundo análisis. Según advirtió el informe, “en todas las regiones la sensación predominante durante la pandemia fue estrés, seguida por ansiedad y depresión”, las cuales se mantienen como “las tres principales consecuencias en salud mental a partir de la pandemia”, siendo que “el Covid-19 se asoció con tasas aumentadas de trastornos psiquiátricos clínicamente significativos”.
Entre los aspectos identificados en el relevamiento, se advirtió que “el impacto psicológico del Covid-19 se agravó entre personas con complicaciones cognitivas, como neurodegeneración parcial, daño cognitivo y trastornos neuropsiquiátricos”, con “el 77% de las personas encuestadas que no tienen ni tuvieron acceso a un tratamiento psicológico/psiquiátrico actual o previo”.
Ante esta realidad, entre las recomendaciones indicaron la importancia de “continuar trabajando desde la promoción y prevención”, mediante “el involucramiento de las comunidades, independientemente de la formación profesional, desde la promoción y prevención de la salud mental comunitaria”. Incluso, llamaron a hacer “hincapié en la prevención del suicidio desde el trabajo con los factores protectores y sus guías”.
Otro punto destacado del relevamiento es la búsqueda por “la erradicación de la estigmatización y prejuicios que rodean a quienes sufren trastornos mentales”, al igual que en aquellos que están afectados “por situaciones, por ejemplo, de mucho estrés o angustia”, ya que esta “mirada” les puede impedir solicitar ayuda. “Este trabajo debe ser desarrollado de manera interdisciplinaria y comunitaria, pero liderado por profesionales de la salud mental y basados en programas de organismos que se aboquen a esto”, recomendaron los expertos.
Crisis sanitaria
Más allá de los puntos establecidos en los números generales, desde la Cruz Roja destacaron la importancia de “establecer la obligatoriedad en la entrega de elementos de protección y cuidado al personal” ante una nueva crisis sanitaria. Al tiempo que resaltaron la necesidad de “diseñar e implementar protocolos unificados sobre áreas de trabajo, tiempos de descanso, manejo de material sanitario y atención psicológica”, como así también “crear un fondo de asistencia al personal de salud para adquirir los elementos necesarios para la atención de la pandemia” y, además, “fijar y regular tiempos mínimos de descanso para el personal de Salud”.
La brecha tecnológica
El cambio en la educación, con los aislamientos, también quedó bajo el análisis de los expertos. En ese sentido, convocaron a “realizar intervenciones para reducir la brecha tecnológica entre las diferentes regiones”, además de “realizar campañas y desarrollar acciones con el fin de reinsertar en el mundo académico a aquellas personas que abandonaron estos espacios durante la pandemia” y “diseñar campañas de incentivos para la retención educativa futura”.
Siendo que, además, destacaron la importancia de “capacitar y actualizar al personal docente en materia de enseñanza virtual y garantizar el acceso a los insumos tecnológicos tanto de los/as estudiantes como de los/as docentes”.
ONG y OSC
Entre las recomendaciones realizadas desde la Cruz Roja, tras este análisis, se encuentra: “Desarrollar planes de contingencia para poder garantizar el desarrollo de sus actividades en caso de nuevas emergencias y/o eventualidades; capacitar al voluntariado y a las comunidades en base a las lecciones aprendidas por la pandemia; y fortalecer las capacidades y habilidades digitales tanto de las personas beneficiarias como del voluntariado”. Asimismo, convocaron a “desarrollar campañas y actividades de concientización sobre la importancia de las ONGs y su autosustentabilidad económica para la continuidad de sus tareas en contextos adversos”.
Transporte
“Cuando el mundo se paralizó, trabajadores del transporte estuvieron más visibles que nunca”, destacaron en el trabajo. Es que este sector fue esencial en el traslado de insumos médicos, ya que “mantuvieron conectadas las cadenas de suministro; permitieron que las ciudades permanecieran en movimiento para que el personal médico, de enfermería y otros roles clave pudieran seguir trabajando, y llevaron alimentos y bienes esenciales a nuestros hogares para que pudiéramos sobrevivir y mantenernos seguros”.
Entre los puntos esenciales, los expertos convocaron a “dotar a los trabajadores de mayor tecnología para facilitar los cruces fronterizos”, además de “instalar puestos de asistencia médica y centros sanitarios en pasos de frontera para apoyar a los trabajadores con chequeos médicos básicos”, como así también reforzar puntos fronterizos con puntos de atención múltiples; revisar y agilizar los trámites burocráticos en las fronteras y mejorar los mecanismos para asegurar coordinación y colaboración entre autoridades relevantes para facilitar el transporte entre fronteras; y “reconocer a trabajadores de transporte y logística como personal esencial, con las mismas garantías que otros trabajadores esenciales”.
Empresarial
Según destacaron los expertos de la Cruz Roja, es esencial “incrementar el programa de medios de vida de IFRC en regiones y países que tuvieron significativa caída en puestos de trabajo”, además de “trabajar junto a las empresas, especialmente las pequeñas y medianas (PyMEs) para adaptarse a los cambios que impulsó la pandemia”, como así también “implementar intervenciones para reducir la brecha digital y capacitar al personal del sector en el uso de nuevas tecnologías” y “capacitar y actualizar al personal en materia de trabajo remoto y/o híbrido y dotar de los insumos tecnológicos requeridos”.
Detectar las fake news
Por último, en lo que se refiere a los medios, este revelamiento indicó que “es clave para todos los sectores que los medios de comunicación unifiquen su comunicación sobre las nociones claves vinculadas a la pandemia o emergencia en curso para así limitar fake news y brindar seguridad a la ciudadanía en general”, además de “armar y dar seguimiento a protocolos de seguridad en ámbitos de trabajo y en el trayecto de movilidad entre espacios laborales y domésticos” y “promover procesos internos de validación de información y detección temprana de fake news”, siendo esencial “capacitar y actualizar al personal sobre nuevas tecnologías aplicadas al sector de medios de comunicación en todas sus modalidades”.