La Colectividad Española fue uno de los grupos inmigratorios más numerosos que llegaron al país entre la mitad del Siglo XIX y principios del Siglo XX.
Fernando Ponce
Especial para EL DIARIO
Enracimados en la necesidad de proveerse ayuda mutua y amparo, los que fueron llegando aportaron al progreso de los territorios que ocuparon y contribuyeron a modelar una identidad plural que, por suerte, aún nos define.
Esta institución nació para mantener vivos los lazos culturales y genealógicos de su comunidad inmigrante con la patria de origen, incorporando luego servicios sociales de variada índole, como una mutual, atención médica, deportes y recreación y educación.
Según los registros, el 1º de mayo de 1859 se constituyó la Asociación Española de Socorros Mutuos, luego Sociedad Española de Socorros Mutuos y Beneficencia. Su impulsor y primer presidente fue el presbítero José María Velasco. Al transcurrir los años se decidió la construcción de una sede definitiva, para lo cual se inició un registro de accionistas entre los que figuraban destacados vecinos nativos de España o descendientes de españoles, como los Almendral, Alasá, Eguiguren o Torrealday.
La sede se inauguró el 14 de febrero de 1895, proyectada por el arquitecto vasco Santos Dominguez y Benguria. Luego de varias décadas, el edificio fue declarado en estado de derrumbe excepto la fachada que conservaba un buen estado. Así, se puso en valor en 1975 restaurándose totalmente y detrás de ella se construyó un nuevo edificio con concepciones espaciales modernas. Al año siguiente fue declarada de interés histórico y arquitectónico por la Municipalidad.
Según los estudiosos, el diseño de la fachada es un excelente ejemplo de la arquitectura ecléctica en estilo morisco. Están a la vista los elementos neomudéjares, propios de la arquitectura española influida por siglos de dominación mora.
Aquí se advierte un amplio ingreso formado por tres arcos ojivales sostenidos sobre pilastras y decorados ricamente a su alrededor por finas columnas agrupadas de a par y elementos lobulares en relieve. Es cierto, tiene el aspecto de un castillo medieval.
Hace casi medio siglo, el 12 de octubre de 1976, EL DIARIO publicó esta foto de la fachada del edificio, que aún se mantiene.
Fuente: Colección El Diario, que se encuentra disponible para la consulta en el Archivo General de Entre Ríos, Alameda de la Federación 222