Las personas que viven con este tipo de diabetes necesitan la administración diaria de insulina para controlar sus niveles de glucosa en sangre; si no tienen acceso a la insulina su vida corre peligro. Destacan el rol de la familia, amigos y escuela.
Se estima que entre 800 y 1.000 niñas, niños y adolescentes son diagnosticados por año en Argentina con diabetes tipo 1, aquella que se suele detectar a edades tempranas y que se da cuando el páncreas no genera insulina, según informaron desde la Sociedad Argentina de Diabetes al tiempo que advirtieron que en la actualidad hay tratamientos que permiten un mejor control de la patología.
Se estima que la diabetes tipo 1 representa a 1 de cada 10 personas con diabetes en Argentina; esta patología puede afectar a personas de cualquier edad, pero normalmente se diagnostica en niños o adultos jóvenes.
Las personas que viven con este tipo de diabetes necesitan la administración diaria de insulina para controlar sus niveles de glucosa en sangre; si no tienen acceso a la insulina su vida corre peligro.
“El rol de la familia, amigos y escuela es clave para acompañar. Es importante que todos lo sepan y estén al tanto. Una buena familia es la mejor insulina, que acompañe sin presionar, con equilibrio”, indicó Mabel Ferraro, pediatra especialista en diabetes y miembro de la SAD en un comunicado difundido por la organización.
Y continuó: “En cuanto a los amigos, que sepan sin sobreproteger, y respecto a la escuela, también que acompañe, que la familia no exija demasiado a la institución, pero es importante que todos sepan sobre la diabetes para que conozcan qué tienen que hacer o cómo deben actuar ante una hipo o hiperglucemia”.
Los síntomas más comunes que permiten sospechar diabetes tipo 1, independientemente de la edad, son sed anormal y boca seca, pérdida de peso repentina, micción frecuente, falta de energía, cansancio, hambre constante, visión borrosa y enuresis.
Estadísticas globales
Según la International Diabetes Federation (IDF) en 2022, a nivel global hubo 530 mil nuevos casos diagnosticados de diabetes tipo 1 de todas las edades, pero 201 mil de esos casos fueron en menores de 20 años.
“Es importante en adolescentes con diabetes la autonomía respecto al manejo de la patología. Y tanto en niños como el adolescentes es importante contar con un equipo interdisciplinario, que incluya psicólogo/a y que enseñe sobre la alimentación, autogestionar los cuidados y acceso al tratamiento”.
En referencia a la Argentina, Ferraro señaló que “desgraciadamente no hay datos actualizados; sólo hay datos parciales de incidencia pensando en esto y considerando la población actual podría decirse que, aproximadamente, entre 800 y 1.000 chicos inicia su diabetes cada año en nuestro país”.
Desde la SAD informaron que en los últimos años hubo avances “muy interesantes en cuanto a la forma de tratamiento con insulinas más fisiológicas o formas de administración continua que quieren acercase a la función del páncreas”.
“Un paso muy importante es el monitoreo de glucosa más frecuente o continuo que permite evaluar la evolución y la respuesta a la alimentación y el tratamiento. Es muy importante el seguimiento clínico y el acompañamiento del paciente y la familia por parte de un equipo de salud especializado y empático”, indicaron.
En el Mes Internacional de la Diabetes, la SAD convocó a la ciudadanía a monitorearse con el siguiente test online y a realizar la consulta médica con su especialista de confianza.
Del 15 al 18 de noviembre se desarrollará el XXII Congreso Argentino de Nutrición en la ciudad de Mar del Plata.
Además, ayer, en el Día Mundial de la Diabetes, monumentos y edificios públicos de diferentes puntos del país estuvieron iluminados de azul por esta causa.
ALGUNOS EFECTOS DE LA DIABETES
La diabetes que no está controlada está asociada a numerosas consecuencias para la salud, como el aumento de la posibilidad de enfermedad cardiovascular, lesiones en el pie conocidas como “pie de diabético” y la retinopatía diabética, entre otros, advirtieron especialistas que indicaron que estos efectos disminuyen si se logra mantener un valor adecuado de la glucosa.
“La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre están elevados. Esto puede provocar daño en los ojos, riñones, en los nervios y en el sistema cardiovascular”, indicó en una rueda de prensa la endocrinóloga Carla Musso, especialista de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD).
Musso advirtió que “si bien en algunos casos puede presentar síntomas como visión borrosa, falta de energía, sed excesiva, micción frecuente o pérdida de peso, en muchos casos la diabetes no da síntomas por lo que es fundamental detectarla mediante un análisis”.
“La glucemia elevada en sangre y otros factores de riesgo que comúnmente se asocian a la diabetes, como la hipertensión arterial o el colesterol elevado, favorecen al daño tanto de las arterias como del músculo cardíaco incrementando el riesgo de desarrollar diferentes complicaciones cardiovasculares, como infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca e inclusive trastornos del ritmo cardíaco”, señaló por su parte Hugo Sanabria , jefe de la Clínica Diabetes del ICBA Instituto Cardiovascular.
Y añadió que “los pacientes con diabetes sin un adecuado control tienen un mayor riesgo de lesiones en otros órganos como el riñón, afecciones en la retina que pueden ocasionar pérdida de la visión o mayor riesgo de lesiones en pie por alteraciones tanto de la sensibilidad como de la irrigación”.
En las últimas décadas se ha demostrado que un diagnóstico precoz de la enfermedad y un manejo de la glucosa en sangre y de los distintos factores de riesgo cardiovascular -como la hipertensión arterial, la dislipemia y el exceso de peso- reducen notablemente el riesgo de todas estas complicaciones.
“Un plan alimentario saludable y la actividad física son los pilares para un adecuado control de la diabetes. Por supuesto que disponemos de numerosos fármacos, muchos de ellos muy efectivos no solo en controlar la glucemia sino también en reducir el riesgo cardiovascular. Pero si no logramos que nuestros pacientes alcancen un peso adecuado y adopten hábitos saludables difícilmente logremos sostener a largo plazo un adecuado control”, planteó el doctor Sanabria.