Más de 300 millones de personas en el mundo conviven con esta patología que ocurre cuando los vasos linfáticos no pueden drenar de manera adecuada. Por qué el sedentarismo agrava la condición.
Esta afección aparece cuando los vasos linfáticos no son capaces de drenar de manera adecuada el líquido linfático, generalmente de un brazo o de una pierna.
En la mayoría de los casos, el linfedema es un trastorno que aparece en forma secundaria a otras afecciones que impactan sobre el correcto funcionamiento del sistema linfático, y que da como resultado la acumulación de líquido rico en proteínas en un área del cuerpo que ve aumentado su volumen, describió la Clínica Mayo de Estados Unidos.
El sistema linfático es el encargado de mantener la circulación de la linfa por todo el organismo, recogiendo las bacterias, virus y desechos, y transportándolos hacia a los ganglios linfáticos, donde son filtrados por los linfocitos, para su posterior eliminación.
Aunque suele afectar los miembros superiores o inferiores, el linfedema también puede presentarse en el tronco, abdomen, cara y/o genitales. “Una vez instalado, su curso es lento y progresivo, es una afección crónica, que sin el tratamiento adecuado evoluciona a formas invalidantes y afecta la vida social, psicológica, laboral y familiar de quienes la padecen”, explicó la médica especialista en Flebología y Linfología y consultora de la División de Cirugía Venosa y Linfática del Hospital de Clínicas, Mabel Bussati.
La enfermedad afecta el ánimo de quienes la padecen
Según la especialista, de acuerdo a una encuesta realizada desde el Hospital de Clínicas, se trata de una condición que no sólo duele o causa inflamación de miembros superiores y/o inferiores del cuerpo, sino que además preocupa, deprime y afecta la autoimagen de muchas personas que conviven con ella.
Conforme el estudio en el que participaron más de 300 pacientes que se atienden en el hospital-escuela que depende de la Universidad de Buenos Aires (UBA), un 70% se ha sentido “deprimido” por su afección, un 86% se sintió “preocupado” y un 84% vio afectada su apariencia por tener hinchazón. Además, un 70% refirió tener dificultades para trabajar, un 80% para hacer ejercicios, un 70% para hacer tareas del hogar, un 58% para caminar y un 51% para viajar en transporte público.
Para ella, “es fundamental tener presente que el linfedema no es un mero problema estético, sino una enfermedad crónica que puede afectar la calidad de vida de quien la padece. Hay una alteración de la autoimagen de los pacientes, que no pueden por ejemplo, vestirse de la misma forma, sienten pesadez y falta de movilidad. Esto provoca un cambio en el ritmo de vida familiar y cotidiana, generando estados de depresión y ansiedad en los pacientes”, sostuvo.
Causas
Esta afección puede aparecer desde el nacimiento o presentarse en la edad adulta, y afecta por igual a hombres y mujeres.
El espectro de causas es muy amplio y abarca tanto una enfermedad propiamente del sistema linfático como otras que lo pueden afectar secundariamente, como la insuficiencia venosa crónica no tratada o una infección bacteriana o por parásitos, entre otras.
“Es muy importante el diagnóstico y el tratamiento a tiempo para evitar formas discapacitantes. El diagnóstico se alcanza mediante un estudio no invasivo, el eco doppler, que permite detectar los sitios de reflujo o insuficiencia, y brinda información al médico para determinar el mejor tratamiento para cada persona, en el cual el autocuidado y la participación de la familia son fundamentales -precisó la especialista-. Esto es porque, además de abarcar una mejora en los hábitos cotidianos, hay que aprender a convivir con síntomas y situaciones nuevas”.
Desde la Clínica Mayo consideraron que “con menor frecuencia, el linfedema se debe a afecciones hereditarias en las que el sistema linfático no se desarrolla de manera adecuada”.
Sin embargo, enumeraron las causas más comunes de esta condición:
– Cáncer. Si las células cancerosas bloquean los vasos linfáticos, puede producirse un linfedema. Por ejemplo, un tumor que crece cerca de un ganglio linfático o de un vaso linfático puede aumentar de tamaño hasta llegar a bloquear el flujo de líquido linfático.
– Tratamiento de radiación para el cáncer. La radiación puede provocar el proceso de cicatrización y la inflamación de los ganglios linfáticos o de los vasos linfáticos.
– Cirugía. En algunas cirugías contra el cáncer, se suelen extirpar los ganglios linfáticos para determinar si la enfermedad se ha diseminado. Sin embargo, esto no siempre da lugar a un linfedema.
– Parásitos. En los países en desarrollo, la causa más común de linfedema es la infección parasitaria, que obstruye los ganglios linfáticos.
El sedentarismo
Bussati agregó que “el sedentarismo acrecienta el problema. Y el aumento de peso que también se genera por la falta de actividad física agrava notablemente esta condición y deteriora al sistema linfático”.
Tratamientos
Existen diferentes tratamientos farmacológicos para el linfedema con medicamentos que actúan a nivel de la microcirculación y son fundamentales para disminuir los síntomas. Asimismo, el abordaje -según Clínica Mayo- puede incluir vendajes de compresión, masajes, drenaje linfático manual, medias de compresión, bombeo neumático secuencial, cuidado minucioso de la piel y, en raras ocasiones, cirugía para eliminar el tejido inflamado o para crear nuevas vías de drenaje.