Agustina Etienot es una apasionada por los perros. Es rescatista desde hace 14 años y hace tres fundó Rock my Dogs. Insiste en que Paraná es una ciudad que colabora y que lo más difícil es conseguir tránsito para los animales.
El amor por los animales y el compromiso con una causa social es tal que existen personas como Agustina Etienot, que dedican gran parte de su tiempo para cambiar la realidad de perros en situación de calle o de maltrato. Ella desde hace 14 años es rescatista y hace tres creó Rock my Dogs, junto con una amiga. “Hubo un cambio muy grande. Antes la gente no ayudaba con el tránsito y compraban en vez de adoptar. Habremos hecho 107 adopciones en este período”.
Todo a pulmón
Si bien se trata de diferentes agrupaciones, éstas trabajan en conjunto ya que el fin que las une es el mismo. “Estudiamos y trabajamos a la par. En mi caso, luego de nueve horas laborales, voy a la veterinaria, al tránsito, a alimentar a los perros de las plazas”.
Para recaudar dinero, realizan una feria americana por mes. Además, venden empanadas, rifas y reciben donaciones para poder solventar los gastos. Agustina afirmó que lo más difícil es conseguir tránsito, es decir, que haya quien cuide provisoriamente del animal hasta que sea adoptado.
Desde Rock my dogs trabajan en conjunto con el veterinario Guillermo Cura, a quien abonan los gastos de los tratamientos en cuotas. “Nunca podríamos ir al día pagando todo porque es costoso, sería imposible sin este tipo de profesionales. La gente dona dinero y, a fin de mes, publicamos todos los gastos en nuestras redes. Insistimos en que no tengan miedo de ayudar a un animal por lo económico. Siempre alguna respuesta le vamos a dar, necesitamos el espacio y el compromiso”.
Insistimos en que no tengan miedo de ayudar a un animal por lo económico
Una problemática de salud pública
Agustina lleva registrado el historial de cada caso, sus tratamientos, vacunas, castración y realiza un seguimiento inicial de seis meses luego de darlos en adopción para asegurarse de su correcta adaptación.
También conforma operativos de castración, ha brindado charlas en escuelas y quiere participar en proyectos para educar en términos de cuidado animal, ya que se trata de “una cuestión de salud pública porque el animal en la calle puede transmitir una enfermedad o provocar un accidente de tránsito”.
La difusión a través de las redes sociales es fundamental. “Todos los días tengo al menos 15 mensajes de personas que me cuentan de algún caso de perro en situación de calle o de maltrato. Estos son los más difíciles, siempre sugerimos acudir al diálogo con el vecino, pero a veces hay que hacer denuncias. Hay que recordar que el maltrato animal está penalizado”.
“Sos proteccionista en la medida de que te encargues de que el animal esté en buenas condiciones. Lo mismo cuando ponés un tarrito de agua en la puerta de tu casa. Para mí los perros son la perfección y salvarles la vida es impagable. Es difícil, pero si no te involucras esa realidad va a seguir existiendo. Está todo dado para cambiar, sólo es necesario que la gente colabore”, concluyó.