Una serie de obras realizadas por el maestro Mario Gargatagli fueron donadas al Museo Histórico Provincial. El legado, concretado por Marieta Gargatagli, hija del recordado artista plástico, fue recibida por el director de la institución, Rubén Clavenzani. El conjunto incluye documentación y fotografías sobre la vida y el trabajo del pintor.
El acervo patrimonial de la provincia se ha visto incrementado recientemente con la donación al Museo Histórico de Entre Ríos de una serie de obras del artista plástico Mario Gargatagli. El legado, que incluye documentación de la vida y el trabajo del pintor, fue realizado por Marieta, hija del recordado artista plástico.
Residente en Barcelona desde la década del 70, la donante se conectó con Rubén Clavenzani, director del Museo Martiniano Leguizamón, quien recibió el conjunto de pinturas, dibujos, fotografías y documentos.
Al concretar la donación, la hija del recordado artista, confió a EL DIARIO: “Mi padre venía a menudo al Museo Histórico, porque le gustaba mucho, En sus últimos años de vida le gustaba revisar la historia. Así que era un lugar que frecuentaba”.
El conjunto incluye cindo óleos y documentos que recorren de modo integral la trayectoria artística de Gargatagli, que nació en Santa Fe el 14 de enero de 1908 y falleció en Paraná, el 31 de diciembre de 1999, a los 92 años de edad.
EL LEGADO
El material recibido por el Museo incluye catálogos de salones de artes plásticas; y de exposiciones que recorren buena parte del siglo pasado. También permite reconstruir vínculos entre los grupos artísticos de la época, tanto de Santa Fe como de Paraná. “Se mencionan lugares donde se hacían esas exposiciones, que ya no están y se puede recordar que existían”, señaló la hija del artista. “También están los nombres de las personas que participaban, qué trayectorias tuvieron. Sobre todo mujeres, que hoy en día nos importa que estén presentes en la historia del arte. Es decir, ya estaban, solo que ahora las hacemos más visibles”, agregó.
“Ademas de los documentos, también hay fotografías y una serie de obras en papel que se conservaron en Paraná. También hay cinco óleos. Uno es un retrato de mi madre que se llamaba Marina Brusa, un cuadro de gran dimensión” añadió Marieta.
El conjunto está conformado por cinco óleos y 12 obras en papel. Incluye asimismo dibujos a lápiz en témperas y tinta china coloreada de distintas etapas de la trayectoria del artista.
Incluye también un autorretrato del pintor en la última etapa de su vida. “Lo pintó casi a los noventa años, y está inconcluso”, precisó la hija del artista. A ellos se suman una naturaleza muerta y dos retratos. Uno es un óleo y el otro una carbonilla.
El fondo donado al Museo Histórico tiene también trabajos de sus comienzos como pintor, bocetos de cuadros, cuando Gargatagli empieza a experimentar con la témpera, con las acuarelas.
RETRATISTA Y PAISAJISTA
Al referirse a la formación de su padre, Marieta Gargatagli expresó: “Papá era una persona muy hecha a sí misma”. Había empezado Bellas Artes “por casualidad”, ya que “trabajaba como letrista, tenía habilidad para el dibujo”.
“Un día, a comienzos de la década del 30, papá vio una exposición de (Benito) Quinquela Martín en el centro de Santa Fe. Nunca había visitado una muestra. Y entonces entró y quedó totalmente deslumbrado. Le pidió un catálogo a Quinquela Martín, que según contaba él mismo, le entregó uno a desgano, así como, `bueno, lléveselo´”.
Fue una revelación para el artista. Luego conoció el trabajo de Sergio Sergi, grabador italiano que llegó a Santa Fe en 1929. Sergi trabajó como profesor de dibujo y grabado, y como restaurador de obras del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez de Santa Fe. En la vecina ciudad participó de la fundación de la Escuela de Artes Plásticas.
Gargatagli se anotó para estudiar con él. Y al cabo de cuatro años le dieron una beca para seguir los estudios en Buenos Aires, en la Escuela Superior Ernesto de la Cárcova. “Todo eso tiene que ver con la gestión de Juan Mantovani, que fue un hombre que hizo mucho, sobre todo, por el desarrollo del arte en Santa Fe, en la provincia. Y entonces, bueno, se fue a Buenos Aires en el año 38 y terminó la carrera en el año 42”, recordó la hija.
Desde allí, por sugerencia de Cesáreo Bernaldo de Quirós se radicó en Paraná, donde fue docente, director de la Escuela de artes visuales y falleció en 1999.
“Aquí en Paraná formó su famiia. Y se quedó muy fascinado con el paisaje”, agregó la docente.
En la trayectoria de Gargatagli, uno de los momentos memorables es su viaje de estudios a París.
“Él fue uno de los beneficiados por la beca que otorgó en aquel momento el gobierno de la Provincia, durante la gestión del gobernador Raúl Uranga. Fue un milagro para todos los cuatro artistas que viajaron: Gloria Montoya, Roberto González, Gerardo Zapata y mi papá. Estuvieron bastantes meses en París y después recorrieron Europa. Fue un viaje, para mi padre y para todo el grupo, espectacular. Inolvidable. Sobre todo que tuviera ese apoyo provincial”, resalta Marieta Gargagali.
Para la hija del artista, el paisaje siempre fue motivo de su interés. “Le gustaba muchísimo. Tenía una cosa curiosa y es que conocía much.. Es decir, si uno caminaba con él, iba mirando así distraídamente, entonces decía, `mirá, esa hierba se come, cura tal o cual cosa´. Poseía una información extraordinaria, sobre los árboles y los pájaros. Es decir, era capaz de reconocer sus gorjeos. Cuando no lo conocía, se encargaba de averiguar qué era. Tenía una gran curiosidad por la naturaleza en sus detalles, algo que trasladó a su obra”.
