sábado , 2 noviembre 2024
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La paz, meta a alcanzar desde el respeto al otro

Para insistir en que es imposible alcanzar una paz duradera sin respetar las diferencias, visitó Paraná el imán Marwan Sarwar Gill. El líder musulmán entiende que esa premisa tiene absoluta vigencia tanto para imaginar una salida al conflicto entre Palestina e Israel como para superar los enfrentamientos en la actual coyuntura política argentina.

Redacción EL DIARIO

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Voces por la paz es una iniciativa que lanzó el Jalifa y líder espiritual de la Comunidad Musulmana Ahmadia, Su Santidad Mirza Masroor Ahmad, en medio del conflicto reciente entre Israel y Hamas. De origen alemán, el imán Marwan Sarwar Gill es el representante de Voces por la paz en Argentina. Visitó la región para promover una Mesa de Diálogo interstitucional que ya funciona en Santa Fe y que él espera conformar también en la capital entrerriana.

Voces por la paz es una iniciativa surgida ante la amenaza de que este episodio Palestina e Israel pudiera convertirse en una guerra regional y luego una mundial.

“El Jalifa sostiene para avanzar hacia una solución pacífica en este conflicto es fundamental garantizar el cese permanente al fuego, la liberación de todos los rehenes israelíes y la implementación de las leyes humanitarias”, le dijo a EL DIARIO, durante una entrevista. “A largo plazo no se podrá establecer la paz en la región sin actuar con justicia absoluta”, acotó. “La justicia es la clave para la paz y la coexistencia de ambos pueblos”, sentenció.

Ante una consulta, señaló que “el Jalifa instó a los países musulmanes a mostrar una postura firme y homogénea ante el conflicto e intermediar para que no haya más pérdida de vidas palestinas que no tienen nada que ver con Hamas. A su vez debe ser la obligación moral de la Naciones Unidas y los países occidentales, para asegurarse que todos involucrados en la guerra cumplan con las leyes humanitarias”.

–¿Cuál es su papel, en este contexto?

–Como Imán y Presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadia en Argentina quiero difundir este mensaje a lo largo y ancho de nuestro país y unir todas las fuerzas que avalan el mismo anhelo.

El ataque terrorista de Hamas y luego la reacción de Israel de castigar a los palestinos en Gaza de manera colectiva, ha marcado un antes y un después no solo en la propia región sino en todo el mundo. Por ejemplo, un efecto adverso de esta confrontación bélica es el llamativo aumento del antisemitismo y de la islamofobia a nivel global y también en nuestras sociedades.

Cabe señalar, que por el hecho de citar un relato bíblico o usar un término islámico no convierte una confrontación por motivos geopolíticos o territoriales en una guerra religiosa. Desgraciadamente hay en nuestra sociedad algunos que consideran, equivocadamente, que la sola mención del islam y del “Yihad” por parte de un musulmán constituye en sí mismos una amenaza para la paz, la democracia y la convivencia pluralista. La base de tal postura procede de atribuir, ciegamente, a la religión del islam, los delitos cometidos por un individuo o por un grupo que en nada representan los principios que esta religión encarna. Se ignora así que cada credo se define por sus propias fuentes y sus enseñanzas originales. En síntesis, como no se debe responsabilizar al judaísmo por las acciones del ejército israelí, asimismo el islam no es responsable por el actuar de Hamas.

Términos

–No se trata de un combate por cuestiones religiosas…

–Así es, el conflicto entre Palestina e Israel no es una guerra entre musulmanes y judíos. Tanto el judaísmo como el islam no son una amenaza para la existencia del otro, sino que son garantes de la fraternidad universal y de la convivencia pacífica. Ambas religiones no son la causa ni el origen de esta confrontación, sino la solución y la salida.

Martin Luther King solía decir que no le preocupaba tanto la maldad de los malos, sino el silencio de los buenos. De esta forma invito no solo a dirigentes políticos sino a toda la sociedad civil a alzar la voz y comprometerse con la paz y la santidad de la vida. 

El lema de nuestra Comunidad es “Amor para todos, Odio para nadie”, que es el resumen del islam y creo que es un mensaje muy relevante y actual también para nuestra propia sociedad en Argentina. Porque si bien tenemos diversos conflictos ajenos que amenazan la paz mundial, a su vez, tenemos nuestros propios desafíos sociales y económicos que han dividido la sociedad y causado ciertas tensiones y agresiones.

En el marco de los 40 años de la democracia es imprescindible plantearse como sociedad cómo podemos superar la grieta política que nos perjudica tanto como pueblo. El disenso y la diferencia de opinión son los pilares de una democracia, pero es fundamental construir un margen moral y ético donde la libertad de opinión no sea una excusa para expresar el odio y la violencia. Cada derecho democrático requiere también una responsabilidad moral y ética y debe ser nuestro anhelo conjunto alcanzar la unidad como sociedad a través de respetar la diversidad y aceptar las diferencias.

–¿Percibe un rechazo hacia el islamismo?

–Nací en Alemania, me formé como teólogo en Inglaterra y vivo hace 6 años en Argentina.

No percibo una islamofobia institucional en Argentina; sí hay malentendidos y prejuicios sobre el islam que se arraigan en la ignorancia. Islam literalmente significa paz en árabe, pero si preguntás a un argentino promedio tiene una imagen opuesta y una asociación contradictoria. Asimismo, sería beneficioso aclarar que el “Yihad” de un creyente no consiste en el lanzamiento de una guerra contra los judíos y los cristianos, sino que tal expresión alude a la lucha de un fiel contra su propio ego y su esfuerzo constante por el amor de Dios.

No hay un solo versículo del Corán, ni un incidente histórico en toda la vida del profeta, donde él hubiera propagado o impuesto el credo a alguien por la fuerza o por la coacción. Al contrario, el islam es un garante de la libertad religiosa y de la santidad de la vida.

Otro término que ha provocado muchos malentendidos aquí es la frase “Allahu Akbar” que no es una licencia abierta para actos violentos, sino que es en realidad un llamado de paz, de armonía y de unidad. Al’lah es el nombre personal de Dios y según el primer capítulo del Sagrado Corán Él es Señor y Creador de toda la humanidad. Entonces, si uno ama a Dios, debe amar y respetar a toda su creación. Por ello, el profeta Muhammad declaró que aquellos que no son misericordiosos hacia los demás, tampoco recibirán la misericordia divina.   

Por eso, una parte fundamental de mi trabajo es visitar los diferentes lugares, romper los muros y abrir las puertas del dialogo.

En general, pienso que Argentina es un lindo ejemplo de la convivencia interreligiosa y del diálogo entre las comunidades religiosas. Hay tantas mesas interreligiosas que funcionan en todo el país y brindan muchas herramientas para resolver los conflictos y fortalecer la amistad y las relaciones mutuas.

–Hay ejemplos que pueda citar como caminos a seguir…

–Sí, la Mesa del Diálogo Santafesino realizó el miércoles un Acto por la Paz, como un momento de reflexión para alentar la construcción de una sociedad pacífica, en el contexto de conflictos bélicos internacionales y de la transición política que está atravesando el país.

Fue el primer encuentro interreligioso en Argentina entre representantes judíos y musulmanes desde el reciente episodio de guerra entre Hamas e Israel y asistieron diversas autoridades provinciales y locales, referentes de varios credos, instituciones y organizaciones de la sociedad civil, estudiantes y docentes.

Fue un ejemplo bellísimo de nuestro modelo interreligioso que hemos desarrollado en Argentina y podría servir como faro de luz también para los políticos en pos de superar la grieta. El diálogo requiere un esfuerzo constante y es una tarea difícil porque al final construir es siempre más difícil que destruir.  

En este sentido, estoy también muy agradecido a las autoridades en Paraná que el año pasado firmaron un convenio en la lucha contra la islamofobia y están siempre dispuestos a colaborar con nosotros. Durante esta visita a Paraná tuve un encuentro muy importante con Santiago Halle que lo considero ya un amigo en este camino para promover el diálogo y la convivencia pluralista y vamos a realizar también pronto una actividad parecida en la capital de Entre Ríos.  

–Se lo ve a gusto en el país.

–Me siento muy cómodo en Argentina como musulmán por todo el apoyo que recibo de los distintos sectores de la sociedad. Por supuesto, queda mucho por hacer, pero se ve la predisposición y la buena voluntad.

Fue también muy emotivo, a nivel personal que me entregaran el mes pasado en Alemania, mi país natal, un reconocimiento como “Embajador por la paz”, por mi trabajo como Imam en Argentina. Por el mismo motivo también tuve el honor de visitar al Papa Francisco y tener una audiencia privada con él.

–Hay una idea de prójimo en la cosmovisión que describe.

–Una vez, mientras el profeta Muhammad estaba reunido con sus discípulos, pasó un grupo de personas judías llevando a un hombre fallecido al cementerio. Al verlos, el profeta se levantó para expresar condolencias. Uno de sus discípulos se asombró por el gesto hacia un no musulmán. El profeta respondió: “¿El hombre de religión judía no era un ser humano?”

Su respuesta es una regla de oro, implica que antes de dividirnos por las creencias o las etnias, hay que establecer la santidad de la vida de cada ser humano. Desde este principio, repudio enérgicamente tanto el ataque terrorista de Hamas contra civiles en Israel como el asesinato de civiles en Gaza por parte del ejército israelí.

Por un lado, el pretexto es la lucha contra la ocupación ilegal y por la soberanía; y, por el otro, la propia defensa y la reacción contra el terrorismo. Pero, ninguna circunstancia puede justificar la matanza de personas civiles, especialmente de niños. En sí mismo, el Sagrado Corán condena categóricamente la violencia contra civiles y enseña que quien asesina a un inocente es como si hubiera asesinado a toda la humanidad.

Incluso en estado de guerra, el islam no permite matar a mujeres, niños, ancianos y civiles inocentes. En esta reciente escalada de la guerra, Hamas dio el primer paso y atacó a ciudadanos israelíes.

En conclusión, quiero dejar sentado que repudio como musulmán enérgicamente tanto el ataque terrorista de Hamas contra civiles en Israel como el asesinato de miles en Gaza por parte del ejército israelí. Fuera cual fuere la premisa, es una tragedia y un fracaso de la humanidad no haber logrado santificar y defender la vida de tantas personas inocentes, especialmente de niños.  

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