Es fundamental evaluar si estamos listos para cumplir con los deberes y obligaciones que implican el cuidado de una mascota.
Adoptar un animal de compañía es uno de los actos más generosos que pueden llevarse a cabo, ya que “salvamos”, o mejor dicho, ordenamos la vida de un animal que necesita un hogar.
Un abanico de experiencias positivas se abre en la vida de una persona al adoptar ya que se trata de una pequeña gran victoria contra la crueldad y la desidia de muchos seres humanos que hacen sufrir a los animales.
La convivencia con animales de compañía tiene gran cantidad de beneficios ya que aumenta, de forma sobresaliente, la felicidad y el bienestar en muchos aspectos.
Sin embargo, conviene recordar que, sin duda, los animales de compañía traen consigo muchas cosas buenas pero al mismo tiempo representan una gran responsabilidad.
Antes de adoptar a un perro o a un gato, es fundamental tener muy en claro si estamos en condiciones de asumir todos los deberes y obligaciones que implica su cuidado y bienestar. Esto involucra fundamentalmente al momento familiar y la situación relativa para dar este paso.
Quienes adoptan animales de compañía deben hacerse cargo de que ese animal tenga cubiertas todas sus necesidades básicas y que reciba todas las atenciones adecuadas, para garantizar así su buen estado de salud y bienestar. Adoptar un perro o un gato debe ser a conciencia y será un compromiso que se deberá afrontar con responsabilidad y a largo plazo.
Se trata de una importante responsabilidad y de un paso muy trascendente en la vida. Si no se puede asumir esto correctamente, no será ése un buen candidato para la adopción.
Deben establecer buenos hábitos de alimentación, higiene, una rutina de ejercicio y fomentar la sociabilización, visitar al veterinario con regularidad para asegurarse de su estado de salud y conversar acerca de la castración.
Esa es la razón por la que muchos refugios de animales realizan exhaustivos cuestionarios para que los aspirantes a adoptar, a través de una serie de preguntas, reflexionen sobre si pueden o no responsabilizarse adecuadamente de los animales.
¿Qué tener en cuenta?
Entre muchas otras cosas, la mayoría de las veces relacionadas con el ambiente y por ende excluyentes, otras veces hay que destacar algunos aspectos no tan comunes ni tan frecuentemente considerados a la hora de adoptar:
-El lugar de descanso: ya sea en el interior o en el exterior de la vivienda, se trate de un departamento o de una casa, hay que considerar tanto la cantidad como la calidad de espacio disponible, entendiendo que es fundamental tener un lugar dedicado exclusivamente para el animal, en el que cuente con las comodidades necesarias básicas para asegurar su bienestar.
-La enfermedad o eventual ausencia del tutor: Como la adopción es una responsabilidad muy trascendente es importante plantearse una serie de escenarios y preparar un plan de acción para cada uno de ellos. De esa forma habrá que tener en cuenta con qué personas se puede contar, por ejemplo, en caso de enfermedad o ausencia prolongada por diversos motivos del tutor, para que el animal no quede desamparado.
-Las alteraciones de la estructura familiar: Cuando las adopciones se producen en el seno de una pareja, y esta se separa, llegan los problemas de todo tipo, que terminan afectando al animal. Una manera de evitarlo es decidir de antemano quién se haría cargo del animal o cuál sería la situación si se diera este escenario.
-El paseo diario: Tanto el tiempo como el tipo de paseo que se le puede dedicar es un factor determinante de una calidad de vida por encima de la media, para los perros en particular. Este es un factor absolutamente determinante del que depende una parte importante de su calidad de vida.
¿Cuáles son los beneficios de tener una mascota?
Pueden disminuir la sensación de soledad, estimular el contacto físico, como también, la comunicación. De hecho, se ha comprobado que durante la pandemia fue un gran soporte y compañía para muchas personas. Varios estudios han demostrado que la interacción con animales disminuye los niveles de cortisol (una hormona relacionada con el estrés) y disminuye la presión arterial, ya que al sacar a pasear a tu perro varias veces al día, realizas actividad física y estás en movimiento.
Otro es su aporte a los más pequeños, enseñándoles a ser responsables a la hora de cuidarlos e inculcando valores como la empatía o respeto. “La interacción de animales con niños con trastornos del espectro autista, específicamente con perros entrenados, permite una mayor independencia, autonomía y libertad”, mencionan especialistas.