La resolución que impulsaba un “alto al fuego humanitario inmediato”, y fue presentada en la ONU fue vetada el viernes por Estados Unidos, principal aliado de Israel, y uno de los cinco miembros con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Israel prosiguió ayer su ofensiva contra el movimiento islamista palestino Hamas en la Franja de Gaza, después de que Estados Unidos bloqueara una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un cese del fuego inmediato tras más de dos meses de guerra, una decisión duramente cuestionada por las facciones palestinas y varios líderes mundiales.
En el sur del enclave, un bombardeo israelí en la ciudad de Khan Yunis dejó seis muertos, mientras otras cinco personas perecieron en un ataque en Rafah, en la frontera con Egipto, indicó el Ministerio de Salud gazatí.
Por su parte, las brigadas Ezzedin Al Qasam, brazo armado de la milicia islamista, reivindicaron este sábado nuevos ataques con cohetes contra el sur de Israel.
De acuerdo el movimiento islamista, al menos 17.700 personas, en su mayoría mujeres y niños, fallecieron en los bombardeos y operaciones terrestres israelíes en Gaza desde el inicio de la guerra el 7 de octubre.
El veto estadounidense. Para el representante adjunto de Estados Unidos en la ONU, Robert Wood, la resolución estaba disociada de la “realidad” y “no hubiera movido ni una aguja en el terreno”. “Aunque Estados Unidos apoya una paz duradera, no respaldaremos una llamada al alto el fuego inmediato porque Hamas no está buscando ni una paz duradera ni una solución de dos estados”, indicó Wood, que dejó en claro que su postura “no cambia la noción estadounidense de que la forma en que Israel se defiende es importante, y debe respetar el derecho internacional y minimizar el daño a los civiles”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, valoró el veto de EE.UU. y dijo que “otros países también deben comprender que es imposible apoyar la eliminación de Hamas por un lado y, por otro, pedir el cese de la guerra, lo que impediría la eliminación de Hamas”.
El ministro de Relaciones Exteriores israelí, Eli Cohen, afirmó que un cese el fuego “podría impedir el colapso de la organización terrorista Hamas, que está cometiendo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad y le hubiera permitido seguir gobernado en la Franja de Gaza”.
Hamas, en el poder en Gaza, tachó la posición estadounidense de “inmoral e inhumana” y dijo que equivale a “una participación directa” en las “masacres”.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, consideró que EE.UU. es “responsable del derramamiento de sangre de niños, mujeres y ancianos palestinos en la Franja de Gaza a manos de las fuerzas de ocupación israelíes”.
Abbas, que gobierna en Cisjordania, afirmó que “la postura de EE.UU. lo hace cómplice de los crímenes de genocidio, limpieza étnica y crímenes de guerra cometidos por las fuerzas de ocupación contra los palestinos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén”.
Reacciones internacionales. Irán advirtió que el veto expone a Medio Oriente al riesgo de una “explosión incontrolable” de la situación.
Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que el Consejo de Seguridad de la ONU se ha convertido en el “Consejo de Protección de Israel”.
El chileno, Gabriel Boric, se sumó a los cuestionamientos a la decisión estadounidense y reclamó una reforma estructural “urgente” a la ONU ya que el mundo “no es el de 1945”.
La propuesta en el Consejo de Seguridad para un alto el fuego tuvo 13 votos a favor (China, Francia, Rusia, Albania, Emiratos Árabes Unidos, Brasil, Ecuador, Gabón, Ghana, Suiza, Japón, Malta y Mozambique), una abstención (Reino Unido) y el veto de EE.UU., uno de los cinco miembros permanentes que tienen esa facultad.
La embajadora británica ante la ONU, Barbara Woodward, explicó que su abstención se debió a que el texto no contenía una condena explícita a Hamas. Francia lamentó la “falta de unidad” del Consejo: “Al rechazar comprometerse a negociaciones, la crisis de Gaza se agrava y el Consejo no cumple con su mandato”, apuntó el embajador, Nicolás de Rivière.
Para China, es “consentir que siga la lucha mientras dicen preocuparse por las vidas y la seguridad de la gente de Gaza es contradictorio”.
El embajador adjunto ruso, Dmitri Polianski, responsabilizó a Estados Unidos de “firmar literalmente una sentencia de muerte para miles, sino decenas de miles de civiles más en Palestina e Israel”, publica Europa Press.
Otros países como Emiratos Árabes Unidos, Omán o Malasia también explicitaron su rechazo al veto, al igual que lo hicieron organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional, Médicos Sin Fronteras o Human Rights Watch.
Israel estima que aún hay 138 rehenes retenidos en Gaza e informó que una operación destinada a liberar a secuestrados había fracasado y que dos soldados fueron heridos en el intento. Hamas indicó que un rehén identificado como Sahar Baruch murió y difundió un video que muestra un cuerpo.
La guerra reavivó también las tensiones en Cisjordania, un territorio ocupado por Israel desde 1967, donde un operativo israelí mató a seis palestinos, según la Autoridad Nacional Palestina. Además, un bombardeo israelí en el sur de Siria mató a tres combatientes del movimiento chiita libanés Hezbollah y a un sirio, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.