Fernando Ponce
A días de que el Túnel Subfluvial esté cumpliendo un nuevo aniversario de su habilitación vale la pena bucear en la historia de su concreción.
En 1918, el legislador Alberto Méndez Casariego presentó el proyecto para financiar estudios orientados a la ejecución de un cruce terrestre entre las localidades de Ibicuy y Baradero.
La propuesta fue muy bien recibida, no así la selección del lugar que, por una parte, implicaba la ejecución de muchos kilómetros sobre el río y por otra, no concentraba la misma cantidad de habitantes que el área que comprenden Paraná y Santa Fe, dos capitales provinciales.
La idea tomó mayor dimensión, desde el punto de vista geopolítico, cuando se iniciaron las obras del Puente Internacional Paso de los Libres-Uruguayana que acercaría la Mesopotamia a Brasil. Fue en este momento cuando se empezó a barajar la idea de construir un túnel sin generar obstáculos en la navegación del río.
Durante el primer gobierno justicialista se concretaron los estudios faltantes; en tanto, una sucesión de propuestas de inusitado optimismo tecnológico, afianzaba la necesidad de una conexión vial aunque las circunstancias económico-políticas orientaron las acciones a la mejora del servicio de balsas.
La necesidad de un vínculo terrestre se hizo cada vez más presente entre diversos actores de toda la región, fue entonces que los gobernadores de Santa Fe y Entre Ríos, ante la falta de interés del Gobierno Nacional, encontraron la forma de resolverlo sin esperar su consentimiento.
Raúl Uranga y Carlos Sylvestre Begnis, haciendo uso del artículo 107 de la Constitución, que permite a las provincias celebrar acuerdos parciales para diversos fines con recursos propios suscribieron, en junio de 1960, un tratado interprovincial para la construcción de un túnel carretero subfluvial.
Además de destacada realización técnica, el Túnel Subfluvial es uno de los íconos de Entre Ríos y Santa Fe. En rigor, el viaducto no sólo cumplió con el cometido de ponerle fin al aislamiento mesopotámico, sino que se constituyó en expresión de federalismo con una fuerte imagen identitaria que motorizó transformaciones de magnitud que cambió la tensión de crecimiento de las ciudades y modificó la organización del territorio provincial.
La imagen de la firma del tratado interprovincial entre Raúl Uranga y Carlos Sylvestre Begnis, en la ciudad de Santa Fe, fotografía publicada en EL DIARIO el 16 de junio de 1960.