En Entre Ríos se notificaron en noviembre casos importados de Centroamérica y de la región del noreste argentino, y desde la provincia recomendaron descacharrizar y evitar la acumulación de agua en tanques, piletas y recipientes.
Con las recurrentes lluvias y la humedad se espera que haya un aumento de enfermedades transmitidas por los mosquitos, de las cuales la más frecuente es el dengue. Hasta el momento en Entre Ríos se han registrado casos importados (personas con antecedentes de viaje a zonas de alta circulación), pero si estos aumentan, la probabilidad de un brote crece.
Al respecto, el director General de Epidemiología del Ministerio de Salud de la provincia, Diego Garcilazo,sostuvo: “En nuestra provincia el dengue se comporta de forma estacional, con aumento de los casos durante el verano, cuando aumenta la población del mosquito que transmite la enfermedad por lo que es importante difundir las formas de protegerse del dengue. Las epidemias de dengue que se manifiestan en nuestro país vienen precedidas por un aumento de contagios en toda la región, a saber: Brasil, Paraguay, y Bolivia”.
Síntomas de alerta
Se define como caso sospechoso a aquel paciente que presente fiebre acompañada de uno o más de los siguientes síntomas: dolor detrás de los ojos, de cabeza, muscular y de articulaciones, náuseas y vómitos, cansancio intenso, aparición de manchas en la piel, picazón y/o sangrado de nariz y encías.
Lo más importante es saber reconocer en forma temprana los síntomas de dengue grave, porque estas personas se deben internar para administrar hidratación intravenosa y el tratamiento consiste en bajar la fiebre con paracetamol.
Cabe señalar que el dengue tiene tres fases clínicas y a la que más atención hay que prestarle es a la segunda, que es cuando la fiebre se va (luego de los 7 días usualmente). Allí es donde se debe monitorear la evolución del paciente porque es cuando más frecuentemente se observan las complicaciones.
Los signos revisten de gravedad cuando el dolor abdominal es intenso, se evidencia una imposibilidad de movilizar algunas articulaciones por la inflamación, presión arterial baja, mayor sangrado (ya sea de encías o en síntomas como tos, diarrea o vómito con sangre, y en el caso de las mujeres si se evidencian sangrados ginecológicos que no tienen relación con el periodo menstrual). Estos indicios deben alarmarnos ya que pueden dar cuenta de daños en otros órganos.
No obstante, si la fiebre baja y ya no se registran síntomas graves, la persona se recupera totalmente.