En Los Mandatos de Camilo Fink. Historia de un maestro rural, Mario Daniel Villagra Segovia, presenta una historia que enlaza en la amistad a un maestro rural y a un periodista. A la vez, da cuenta de procesos sociopolíticos vividos en la provincia y el país en la segunda mitad del siglo pasado.
Mario Daniel Villagra Segovia ha dado a conocer varios trabajos. Desde sus primeras investigaciones sobre la Asociación Gremial de Magisterio de Entre Ríos -con que se graduó en la Licenciatura en Comunicación Social de la UNER-, a la recuperación de aspectos de lo que fue el histórico Barrio del tambor, su trabajo se ha caracterizado por abordar temáticas ligadas a la provincia.
En los últimos diez años, este investigador y realizador audiovisual nacido en Villlaguay enfocó como tema de estudio el sistema literario enterrriano, y en particular algunos autores.
Sus documentales sobre tres poetas entrerrianos -Marta Zamarripa, Miguel Angel Federik, y Arnaldo Calveyra- a los que añadió otro sobre Silvia Baron Supervielle, dan cuenta de esta inquietud.
A la par, la publicación de sus Poemas del principiante y un libro sobre Gaspar Benavento han reflejado su interés en la literatura, a la que acompañó con un paso -con intermitencias- por el periodismo.
Desde la Villaguay natal, ciudad a la cual regresa cada tanto para reencontrarse con sus raíces, este entrerriano partió hacia el mundo, ya que actualmente se encuentra radicado en Francia, país en el cual -tras obtener una maestría en Estudios Hispánicos e Hispanoamericanos- trabaja actualmente en estudios doctorales.
En 2023 presentó su primera novela, escrita en una serie de entregas, que luego fueron compiladas en un volumen: Los mandatos de Camilo Fink. Historial de un maestro rural.
En este trabajo, publicado por el sello editorial Azogue Libros, Villagra Segovia sitúa su narración en lugares próximos y tipos humanos cercanos, reconocibles, de la provincia. Tanto en el espacio urbano como en la Entre Ríos profunda.
La primera muestra clara de esa decisión es el inicio de la novela, que se ubica en la redacción de un medio periodístico de Paraná, cuando coinciden en ella José, periodista, y Camilo, el maestro rural del título.
Los protagonistas del relato se conocen a partir de una infidencia, en la cual el docente desliza ante el periodista una inquietud: el propietario de la empresa en la cual este último es empleado, pretende anexar a una de sus estancias el predio que pertenece a una escuela rural.
Este nudo, que podría ser un eje que impulse la historia, queda sin embargo apenas como una anécdota inicial sobre manejos de los sectores de poder en provincias y opera como disparador de la historia de una amistad que se construye en el transcurso de seis meses, el tiempo cronológico en el cual el autor sitúa la acción.
En Los Mandatos de Camilo Fink, Mario Daniel Villagra Segovia comparte así con el lector un recorrido que le permite recuperar parte de su propia historia.
Hay un registro autobiográfico que atraviesa transversalmente lo que acontece en los distintos momentos que se hilvanan en esta historia tramada entre Paraná, Villaguay, Santa Fe y que incluye también el río, las islas, y otros puntos reconocibles de la geografía comarcana.
ESPACIOS CERCANOS
En esos escenarios, se suceden alternadamente los distintos momentos de la vida del docente al cual alude el título – Camilo – y su amigo periodista y militante gremial – José -. En el transcurso de una estructura que comienza en setiembre de 2001 -en el marco de una crisis sociopolítica y económica sin precedentes en el país- el escritor devela en sucesivas capas la historia de esos personajes. En especial de Camilo.
En sucesivos capítulos, el relato avanza al impulso de una estructura temporal que acelera el ritmo narrativo hacia el final de las 140 páginas. La última parte comprende los cuatro últimos días del año 2001. Y el cierre se presenta en febrero de 2002, con el eco de fondo de los hechos acaecidos en el país, en un diciembre frenético, dramático e inolvidable. Sucesos que, como es conocido, inauguraron otro momento histórico. Y que marcan de modo indeleble las vidas de José y Camilo.
En ese contexto turbulento y vertiginoso los dos amigos sobreviven como pueden con empleos temporales, a la par que atraviesan las diversas circunstancias, propias de la vida cotidiana de una ciudad capital de provincia en una Argentina inmersa -casi una constante- en una fenomenal crisis económica y política.
Mientras sucede el cataclismo social, económico y político, ambos ajustan cuentas con sus propios recuerdos y se dan permiso para construir una amistad que concluye con una despedida. En medio de estos hechos, el lector se introduce -a través de las confidencias de estos jóvenes-, en sus sueños, proyectos y también la rivalidad que instala el deseo y el amor y que instala el conflicto entre ambos.
Así, más allá de lo literario, la novela cobra también otro valor, ya que permite a su autor dar cuenta de diversos aspectos de lo social en la provincia y el país.
REGISTRO Y TESTIMONIO
Entre las dimensiones que a partir del pretexto literario se abordan en la novela, se presenta el proceso el proceso de cambio social vivido por Entre Ríos en el siglo XX, que comprende la migración de jóvenes a los centros urbanos, el despoblamiento del espacio rural en la provincia por la tecnificación del agro, el avance del complejo sojero y la ampliación de la frontera agraria que promueve el desmonte. En ese sentido se expone la modificación de la estructura de propiedad de la tierra, que ha marcado el perfil productivo entrerriano en la segunda mitad del siglo XX, vinculado a un modelo concentrador.
También hay un registro de las modificaciones en el imaginario político de una sociedad que deja a un lado algunas utopías y las reemplaza por otras.
En este sentido, Los mandatos de Camilo Fink. Historia de un maestro rural, resulta un fresco de una época que refleja la mirada de un autor joven. Un escritor que con esta novela entrega al lector páginas que quedan como registro y testimonio del camino de decenas de miles de compatriotas. Personas que, como el docente que protagoniza la historia, emprenden finalmente una aventura para concretar sus proyectos lejos de su terruño natal. Un proceso que ilustra la tragedia de un país que -tanto en el momento en que transcurre la novela como actualmente- deja que su futuro, es decir los jóvenes, elijan emprender el camino del migrante por falta de oportunidades.