Frente a la ciudad, en medio del canal del río, la vida se expresa en todo su esplendor. El islote Curupí se presenta, como oasis verde. Una maravillosa vitrina que permite apreciar las maravillas de la naturaleza. Flora, fauna, insectos, son elementos de una cadena vital que conforman un ecosistema que debe respetarse y preservarse. Para el visitante, las pasarelas configuran un circuito que se despliega ante la vista como un espacio vivo de aprendizaje y descubrimiento a cielo abierto. En este lugar que ha sido declarado área natural protegida e incorporado a la ciudad como parte del Parque Urquiza, los habitantes de la capital provincial y quienes llegan a la ciudad como turistas, tienen una oportunidad para reconectarse sintiéndose parte de un planeta que es su casa común.