Jugar es parte constitutiva de la actividad teatral. El juego es un disparador, el puntapié inicial que en la infancia da paso a simbolizar y, en alas de la fantasía, construir personajes, encarnar superhéroes, dar forma en acciones a mil aventuras. Ese registro de niñez siempre regresa cuando se lo convoca para trabajar en escena. Así el juego teatral -que combina placer con creación- se conjuga en un trabajo colectivo en el cual sus participantes comienzan a dar forma y a la vez a ser parte de una historia que se narra en conjunto. Tal como sucedió con la muestra del taller de Teatro Intenso, que coordinan Raquel Freijo y Tovio velozo, y se presentó en Casa Boulevard/Sala Metamorfosis, ante un público que siguió con interés el trabajo de quienes integran el taller.