La UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal, es decir la oposición dialoguista, coordina una estrategia común y ya pidió postergar la firma de los dictámenes para la semana próxima.
Redacción EL DIARIO
Sin respuesta al planteo sobre los cinco puntos que no están dispuestos a dejar pasar del proyecto de ley ómnibus, y en plena cuenta regresiva, sectores “dialoguistas” de la oposición apuraron la confección de un dictamen “preventivo” para firmar en comisión en caso de que La Libertad Avanza decida proceder sin cambios con el proyecto original.
El oficialismo contaría con el apoyo del PRO, la fuerza de la “oposición” más afín a su proyecto político y económico. El partido amarillo se encamina a avalar el proyecto incluso a costa de tolerar una serie de aspectos de la ley con los que tienen serias dudas.
En cambio, los 34 diputados de la Unión Cívica Radical, los 23 de Hacemos Coalición Federal, los 9 de Innovación Federal y dos representantes del bloque “Por Santa Cruz”.
La llave
Son 68 legisladores nacionales que tienen la llave para la aprobación del proyecto de “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, que se está debatiendo desde la semana pasada en el plenario de las comisiones de Legislación General, Presupuesto y Asuntos Constitucionales.
La Libertad Avanza, el PRO y los diputados satélites de estas dos fuerzas políticas suman 80 legisladores, por lo que necesariamente deberán pescar votos en aquella pecera de legisladores que están dispuestos a ayudar pero sin dar un cheque en blanco a sola forma.
A partir del mediodía de este miércoles, y en continuidad con una secuencia de conversaciones informales que empezó el lunes, las puertas del despacho del presidente de la Cámara baja, Martín Menem, se abrieron de par en par para recibir a líderes de Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal.
Postergación
Éstos llegaron con una propuesta concreta: que el oficialismo archive su plan de sesionar este mismo sábado, y postergar la firma de los dictámenes para el lunes o martes, con el objetivo final de sesionar el jueves o viernes.
Entraron y salieron en distintos momentos Miguel Pichetto y Emilio Monzó de Cambio Federal, Juan Manuel López de la Coalición Cívica, Carlos Gutiérrez del schiarettismo, el misionero Carlos Fernández y el neuquino Osvaldo Llancafilo.
El riojano tomó nota del planteo y se comprometió a traer una respuesta lo más pronto posible. La palabra final la tendrá el propio presidente Javier Milei, una vez que consume su vuelta de Europa tras su participación en la Cumbre de Davos.
Modificaciones
Por las dudas, este nuevo conglomerado de la oposición congenió un dictamen encorsetado en la cuestión económica, fiscal y administrativa, que pasa una guadaña sobre todos los capítulos que refieren a la reforma política, previsional, Código Civil, y también deja afuera los ajustes en la cultura y ciencia.
La idea es jugar en espejo con La Libertad Avanza para impedir que firme un dictamen de mayoría. Si el oficialismo firma un despacho con el PRO, la UCR y Hacemos Coalición Federal responderán con su propio dictamen, y “en la cancha se verán los pingos”.
La esperanza de estos sectores de la oposición amigable está cifrada en que el Gobierno acepte los cambios propuestos para evitar esa pulseada mano a mano, que los pondría en un lugar de extrema incomodidad, ya que su vocación es la de dar gobernabilidad a la gestión de Javier Milei, pese a todas las humillaciones recibidas en el último tiempo.
A todo o nada
La pelota la tiene el Poder Ejecutivo, que debe decidir en las próximas horas o a lo sumo días si juega a “todo o nada” con el riesgo de echar por la borda todo el proyecto, pero quedándose con la mística de “no ceder a la casta”, o anteponer el pragmatismo para salvar la mayor parte de la mega iniciativa de liberalización del mercado.
El partido se está jugando básicamente en la cabeza de Javier Milei, donde todavía resuena la cita del libro de los Macabeos que sostiene que “la victoria en el combate no depende de la cantidad de las tropas, sino de la fuerza que viene del cielo”.
La épica de la batalla en minoría demostró ser exitosa en las elecciones que lo consagraron presidente, pero la realidad parlamentaria es un territorio muy árido donde operan fuerzas bastante menos volátiles que las del electorado.