En un cuadro signado por numerosos festivales folclóricos provinciales que fueron suspendidos y mientras desde la esfera política se pone en entredicho si el Estado debe aportar a las manifestaciones de la música popular, inicia este sábado la 64ª edición con figuras como Abel Pintos, Diego Torres, Soledad, y Pedro Aznar.
El Festival Nacional de Folclore de Cosquín, el de mayor impacto entre los centenares que se realizan en el país, tendrá a partir del sábado una de las ediciones más complejas desde su creación en 1961: se realizará en un contexto atravesado por la crisis económica y mientras desde la esfera política se pone en entredicho si el Estado, en cualquiera de sus formas (nacional, provincial, municipal), debe aportar a las manifestaciones de la música popular.
La 64ta. edición del Festival se realizará desde hoy hasta el 28 de enero. La apertura se concretará el sábado desde las 22. Ese día subirán al escenario Atahualpa Yupanqui Las Voces de Orán, Franco Luciani, Horacio Banegas, Victoria Birchner, Ariel Ardit, Los Manseros Santiagueños, Flor Paz y Sergio Galleguillo. También los ganadores del Pre-Cosquín en las categorías “pareja de baile tradicional” y “solista vocal femenina”.
Si bien es evidente que este año la apuesta estará concentrada en figuras ajenas a las especies musicales folclóricas, uno de los puntos de atención ocurrirá sin embargo el miércoles 24 con una propuesta más tradicional. Será el día en que está previsto el retorno de La Juntada, confluencia entre Peteco Carabajal, el Dúo Coplanacu (Roberto Cantos y Julio Paz) y Raly Barrionuevo que en su momento dejó una huella mientras los intereses de los organizaciones de festivales miraban hacia otro lado.
TIEMPOS DIFÍCILES
“Es un tiempo difícil porque no todas las manifestaciones de la música, en especial aquellas que tienen que ver con la identidad, son para el Movistar Arena. Basta con ver qué rol cumple el Estado en materia cultural en los países europeos, que siempre se señalan como horizonte, para ver su importancia”, dijo a Télam el armoniquista rosarino Franco Luciani, que será parte de la jornada inaugural del Festival.
Raúl Cardinali, intendente recién electo de Cosquín, aclaró que la organización de la 64ta. edición del Festival fue “muy dificultosa” en términos de su sostenibilidad económica.
“Tenemos mucha expectativa a pesar de la situación y la ventaja de que todos los artistas quieren estar acá”, dijo el funcionario a modo de respuesta sobre las razones que permiten que Cosquín se realice mientras otros festivales se suspenden. “Ojalá para 2025 podamos pensar en un gran festival de la canción latinoamericana”, agregó.
NEGOCIACIONES
El impacto de la crisis, aun en Cosquín, se advirtió también en las gestiones para que la pantalla de la TV Pública televise el festival, como ocurre todos los años. El conflicto -que se resolvió recién el miércoles- se había desatado a partir de la negativa de los funcionarios nacionales a que el Estado nacional aporte fondos para la generación de las imágenes.
“Se cedió de ambas partes. Hubo un esfuerzo mancomunado y habrá televisación”, explicó Cardinali, sin informar los términos puntuales del acuerdo.
El Festival de Cosquín se realiza desde 1961, impulsado por un grupo de habitantes de la ciudad cordobesa, que decidieron organizar un espectáculo folclórico durante las vacaciones de verano con el fin de promover el turismo e incentivar la economía local. Las presencias de Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú, Mercedes Sosa, entre más, consolidaron con los años la fuerza del festival.