Un mágico y esplendoroso universo de formas, colores y aromas se despliega ante el visitante en el Islote Curupí. La naturaleza presenta allí, en el río y frente a la ciudad, la maravilla de la vida en su inigualable potencia. La biodiversidad sorprende cada jornada a quienes se llegan hasta este sector del Parque Urquiza para gozar de la presencia de miles de organismos vivientes en diversas manifestaciones. A veces la imaginación se ve superada por una combinación deslumbrante de valores cromáticos, que varían de acuerdo a la tonalidad que les otorga la luz en distintos momentos del día. El patrimonio natural -accesible en los espacios públicos, plazas y parques de la ciudad- resulta siempre una fuente de sorpresas para quienes saben reconocer su belleza y se aproximan con la sensibilidad a flor de piel.